Tiffany Trump, la hija segundona del presidente de EE UU se gradúa a los 26 años
La joven ha estudiado Derecho en la Universidad de Georgetown donde ha padecido las consecuencias de una fama no buscada
Como muchos otros estudiantes, Tiffany Trump, la cuarta hija del presidente de los Estados Unidos, se ha graduado por videoconferencia debido a la crisis del coronavirus. La joven de 26 años ha finalizado su carrera de Derecho en la prestigiosa Universidad de Georgetown, el mismo centro en el que estudiaron dos de sus hermanastros, Felipe VI o incluso el actor Bradley Cooper, entre otras figuras conocidas.
Las felicitaciones por parte de su familia han sido escasas o tardías. ...
Como muchos otros estudiantes, Tiffany Trump, la cuarta hija del presidente de los Estados Unidos, se ha graduado por videoconferencia debido a la crisis del coronavirus. La joven de 26 años ha finalizado su carrera de Derecho en la prestigiosa Universidad de Georgetown, el mismo centro en el que estudiaron dos de sus hermanastros, Felipe VI o incluso el actor Bradley Cooper, entre otras figuras conocidas.
Las felicitaciones por parte de su familia han sido escasas o tardías. Donald Trump ha dado la enhorabuena a la egresada cuatro días después del evento. “Felicidades a mi hija, Tiffany, por graduarse en la escuela de Derecho de Georgetown. Gran estudiante, gran centro. Justo necesito a una abogada en la familia. Muy orgulloso de ti, Tiff”, ha escrito el magnate inmobiliario en su perfil de Twitter. Aunque lo nieguen, la distancia entre padre e hija es evidente desde la campaña electoral de 2016.
Durante la carrera por la Casa Blanca, Tiffany Trump mantuvo un perfil muy bajo, siempre a la sombra de Ivanka Trump, la hija predilecta de su padre. La joven mantiene una mejor relación con su madre, la actriz Marla Maples, que con motivo de la graduación ha publicado un vídeo en Instagram en el que, muy emocionada, la felicita por su último logro: “No podemos celebrarlo de la manera que mereces, pero tu compromiso por aprender, crecer, por ser la persona más inteligente, por hacer esto y tener un impacto en la humanidad significa mucho y estoy muy agradecida”.
Cuando Donald Trump y Marla Maples se divorciaron en 1999, madre e hija se marcharon a vivir a California. Este es el lugar en el que la joven ha pasado la mayor parte de su vida, muy unida a la actriz, pero alejada de su familia paterna, afincada en Nueva York. De hecho, el empresario reveló en el programa de radio de Howard Stern en 2005 que Ivanka y Donald Jr. trataron de eliminarla de la herencia. “No sé cómo es la típica figura paterna”, comentó a la revista Du Jour, a lo que añadió: “No es el padre que me llevaría a la playa e iríamos a nadar, pero es una persona muy motivadora”.
Por ello, quiso resaltar este aspecto del candidato en la convención republicana de 2016, que siempre le ha llevado a sacar “la mejor versión de sí misma”: “Como mi padre, nunca me he amilanado ante los retos”. En su intervención destacó otras facetas de su progenitor, como que “su pasión por la excelencia es contagiosa” y que “es un hombre amigable, considerado y divertido”, para concluir con: “Le quiero con todo mi corazón”. Claro está que se trataba de un discurso escrito en plena campaña electoral, por lo que sus palabras pueden distar mucho de la verdadera relación entre ambos. Su baja presencia en el resto de actos sumado a que en el segundo debate las cámaras captaron cómo se alejó de su padre cuando este intentó darle un beso muestran otra realidad, diferente a la que intentaron vender.
A pesar del distanciamiento tan evidente entre padre e hija, Tiffany Trump ha sufrido por llevar el apellido del actual presidente. En 2017 fue invitada al desfile neoyorquino del diseñador Philipp Plein, pero nadie se quiso sentar a su lado. “Tiffany no se merecía ser humillada”, expresó el modista al portal TMZ tras ver las fotos de los asientos vacíos. “Odiad al hombre, vale, pero odiar a la hija es simplemente detestable”, añadió. Pero aquello pareció no importarle a la joven porque al día siguiente acudió a otro desfile, además de contar con el apoyo público de algunas celebridades como la actriz Whoopi Goldberg.
Un rechazo que también ha padecido durante los tres años que ha estudiado en la Universidad de Georgetown. Cuando se supo que la hija de Donald Trump estaba matriculada en este centro, algunos de los alumnos se alarmaron. Brenna Gautam, una estudiante de la misma carrera, contó al periódico The New York Times que en un grupo de Facebook que tenía con sus compañeros se había abierto un debate sobre la seguridad de todos ellos. “¿Cómo afectará su llegada a nuestros compañeros que se sienten amenazados personalmente por las políticas de su padre?”, comentó Gautam, refiriéndose a los estudiantes gais, transgénero o que pertenecían a minorías raciales.
Ya pasada la graduación, un compañero ha contado a la cadena CNN que “la mayoría de los estudiantes simplemente la han ignorado” durante estos años. Aunque era evidente su presencia en el campus por los agentes que la acompañaban a clase y los dos sedanes negros que aparcaban a la entrada de la universidad, pues forma parte del protocolo de protección del Servicio Secreto para los hijos del presidente. Poco más se sabe del paso de Tiffany Trump por la Georgetown, como que se ha especializado en Justicia Criminal y que ha sido presidenta del Cyberlaw Society, un club universitario sobre la seguridad de las plataformas digitales.
También ha vivido desde 2017 en Washington, pero lejos de su familia. Finalizó sus estudios de Sociología en la Universidad de Pennsylvania, con especialización en Derecho y Sociedad, y se mudó a la capital para proseguir en la Georgetown, aunque no se instaló en la Casa Blanca. Ella siempre va por libre y marcando las distancias con su padre y hermanastros. “Siempre he tenido los pies en la tierra. La gente no lo cree por ser quién soy, pero siempre he sido educada con muchos principios por parte de mis padres. Quiero que se me dé la oportunidad de crecer y ser simplemente Tiffany, no Tiffany Trump”, confesó a Oprah Winfrey con apenas 17 años.
Eso sí, tampoco descarta trabajar bajo el paraguas protector de su progenitor. En 2016 expresó sentir curiosidad por unirse al negocio familiar. “Por supuesto, estoy interesada. Sin embargo, me he matriculado en la facultad de Derecho, así que me gusta aportar un tipo diferente de habilidades a la empresa”, reveló en la cadena ABC. Por ahora se desconoce qué va a hacer con su futuro y si realizará finalmente el examen de acceso a la abogacía.