Los herederos de la Quinta del Buitre: una bailarina, un DJ y un economista
Solo un hijo de los integrantes de aquel mítico grupo de jugadores del Real Madrid ha conseguido triunfar en el fútbol: Adrián, el hijo de Míchel
Se llama Rafa, tiene 20 años y estudia fisioterapia, aunque la música es su verdadera pasión. Podría ser el perfil de un chico cualquiera de su generación, de no ser porque es el vástago del miembro de una quinta única de futbolistas. Su padre es Rafael Martín Vázquez, el inolvidable centrocampista ofensivo que formó junto a Emilio Butragueño, Manolo Sanchís, J...
Se llama Rafa, tiene 20 años y estudia fisioterapia, aunque la música es su verdadera pasión. Podría ser el perfil de un chico cualquiera de su generación, de no ser porque es el vástago del miembro de una quinta única de futbolistas. Su padre es Rafael Martín Vázquez, el inolvidable centrocampista ofensivo que formó junto a Emilio Butragueño, Manolo Sanchís, José Miguel González Míchel y Miguel Pardeza la llamada Quinta del Buitre. Un quinteto de canteranos del Real Madrid que llevaron al equipo blanco a conquistar seis Ligas, cinco consecutivas, o el récord mundial de partidos invictos como locales, 121 encuentros en el Bernabéu sin perder.
Aquel hito deportivo tuvo lugar a finales de los años ochenta y principios de los 90. Tres décadas después, los miembros de aquel grupo siguen siendo amigos y mantienen el contacto. La mayoría de ellos sigue vinculado al fútbol, mientras acaparan los focos sus descendientes. El último es Rafa, que acumula miles de seguidores en las redes a los que deleita con sus versiones de éxitos de reguetón. Entre los demás hijos de la Quinta hay una enorme variedad de perfiles, y entre todos ellos destaca uno, el de Adrián, el hijo de Míchel. El único que ha conseguido triunfar en el fútbol.
Rafa Martín es el pequeño de los tres hijos de Martín Vázquez con la que es su mujer, Patricia Iglesias, desde 1992. De su padre ha heredado la pasión por el balón y por el Real Madrid. Intentó hacerse un hueco como profesional del fútbol. Jugó en el Club Deportivo Canillas, en el barrio madrileño de Pinar del Rey, y después se presentó a unas pruebas para el Rayo Vallecano, que no pasó. Finalmente formó parte de la plantilla del Ford, un club creado por su padre y otro de los miembros de la Quinta, Manolo Sanchís. No es el único proyecto de ambos, que también lanzaron su propia bodega, de nombre Casalobos. También una empresa de jamones que no fue bien y tuvieron que cerrar.
Una vez abandonada la idea de ser futbolista como su padre, Rafa decidió estudiar fisioterapia y usar las redes sociales, donde demuestra buenas dotes de influencer, como ventana para proyectar su talento para la música. En su Instagram hace versiones de los éxitos de sus ídolos, principalmente estrellas del reguetón como J Balvin. Como las estrellas del momento a las que versiona, al hijo de Martín Vázquez le encanta vivir una vida llena de lujos, con coches de alta gama y escapadas a las pistas de esquí de Baqueira Beret, o a los clubes de playa de Marbella e Ibiza. Muchos de esos planes junto a uno de sus mejores amigos, Luca, el hijo de Zinedine Zidane.
El resto de hijos de la Quinta no ha desarrollado un perfil tan público. Los hijos del Buitre son un claro ejemplo. Emilio Butragueño, el goleador de aquel Madrid de leyenda, ha tenido tres de su matrimonio con su novia de siempre, Sonia González. Son Natalia, de 25 años, Emilio, de 24 y Raquel, de 18. Los dos mayores han desarrollado unas carreras profesionales discretas. Natalia es bailarina clásica. Comenzó a estudiar ballet en México cuando su padre jugaba allí, allá por 1997. De ahí a Madrid, a la escuela de África Guzmán, y posteriormente a una de las más prestigiosas del mundo, en Londres. Dedicada profesionalmente a la danza, pertenece desde hace seis al cuerpo de baile de la Ópera Nacional de Burdeos. Un trabajo compatible con la pasión por el Real Madrid, club donde su padre sigue trabajando como Director de Relaciones Institucionales.
Su hermano Emilio, pese a llevar el nombre y el apellido de uno de los más grandes futbolistas que han vestido la camiseta del Madrid, tuvo claro desde pequeño que no quería seguir los pasos de su padre. Emilio Junior tenía en el mundo de la empresa su gran vocación. Jugó al fútbol de pequeño, pero al igual que su padre estudió empresariales para hacer carrera en el mundo de los negocios. Tras licenciarse en Administración y Dirección de Empresas en el prestigioso ICADE y estudiar el posgrado en Boston, realizó prácticas en varias empresas. En la actualidad y desde hace un par de años trabaja como analista financiero en PJT Partners.
También comenzó ADE en Zaragoza Dani, el hijo de Miguel Pardeza, al que las lesiones no le permitieron despegar como futbolista. Jugó en las categorías inferiores del Madrid, pero a los 20 años decidió colgar las botas. Terminó la carrera de derecho y hoy trabaja en un despacho de la capital aragonesa.
Los hijos de Míchel con la que es su esposa desde hace 34 años Mercedes Morales son hoy, y a falta de la consagración de Rafa Martín, los herederos del carisma y éxito de su padre. Adrián, el mayor, ha conseguido dedicarse profesionalmente al fútbol en distintos clubes de Primera y Segunda división. A los 32 años juega en el Málaga, y tiene contrato hasta 2021. Su hermano Álvaro se ha dedicado al marketing deportivo. Los dos están casados y Adrián le ha dado a Míchel dos nietos, Nico, de seis años, e Ignacio, de dos. Los primeros miembros de la tercera generación de aquella mítica Quinta.