La princesa Aiko recibirá una formación de emperatriz
La única hija del emperador Naruhito de Japón comenzará sus estudios universitarios en abril, en el mismo centro que su padre
La princesa ha escogido las letras. Aiko, única hija del emperador Naruhito de Japón, comenzará sus estudios universitarios el curso que viene en la facultad de Lengua y Literatura Japonesa de la Universidad Gakushuin. La princesa Toshi sumará su nombre a la larga lista de miembros de la familia real nipona que han cursado sus estudios en este prestigioso centro, situado en Tokio....
La princesa ha escogido las letras. Aiko, única hija del emperador Naruhito de Japón, comenzará sus estudios universitarios el curso que viene en la facultad de Lengua y Literatura Japonesa de la Universidad Gakushuin. La princesa Toshi sumará su nombre a la larga lista de miembros de la familia real nipona que han cursado sus estudios en este prestigioso centro, situado en Tokio.
El sistema educativo Gakushuin comprende desde la escuela infantil hasta los estudios superiores. Sus orígenes se remontan al siglo XIX, cuando fue fundado por el emperador Ninko y establecido en Kioto, antigua capital imperial, con el propósito de instruir a las futuras generaciones de la aristocracia japonesa. El acceso de los plebeyos estuvo restringido hasta 1947, año en el que tras la ocupación posterior a la II Guerra Mundial Estados Unidos desbarató el sistema nobiliario conocido como kazoku. A día de hoy sigue siendo uno de las instituciones más elitistas del país, aunque recibe tanto a miembros de la nobleza como a narikin –nuevos ricos– o excelentes alumnos de todas las clases sociales. La universidad cuenta con 9.000 estudiantes y cuenta la leyenda que cada uno de ellos recibe una esmerada atención personal por parte de los servicios del centro. Por sus aulas han pasado tanto el actual emperador, quien obtuvo un máster en Historia, como su padre, el emérito Akihito.
Aiko se ha formado desde niña en centros pertenecientes al sistema Gakushuin, pero el camino de su educación no ha sido sencillo. A los nueve años fue víctima de acoso escolar por parte de sus compañeros, un incidente –revelado por la casa real japonesa en un sorprendente ejercicio de transparencia– que le llevó a estar apartada del colegio durante un periodo de dos meses. Al año siguiente padeció una neumonía por la que tuvo que ser hospitalizada. Al cumplir 14 años los problemas de salud regresaron, en esta ocasión en forma de una extraña dolencia cuyos síntomas incluían la pérdida de fuerza física y una enorme fatiga, a causa de la cual volvió a ausentarse de las aulas de nuevo.
Ahora, totalmente recuperada, Aiko se encuentra inmersa en completar el último curso en la escuela femenina de educación secundaria tras haber terminado las pruebas de acceso a la universidad, que se celebraron en septiembre y enero. Sin embargo, su cotidianidad se ha visto afectada, como la de todos los estudiantes japoneses, por la aparición del temido coronavirus. Esta epidemia, que en Japón ha provocado 581 infecciones y 12 víctimas mortales, llevó al gobierno liderado por el primer ministro Shinzo Abe a suspender todas las clases en febrero. Pese a todo, los actos de graduación en los que participará la princesa se celebrarán los próximos días 21 y 22 de marzo tal y como estaba previsto, con la única particularidad de que para prevenir posibles contagios el uso de mascarillas será obligatorio para estudiantes y familiares.
Será en abril cuando Aiko comience sus estudios de literatura japonesa, una decisión que cuenta con el visto bueno de sus padres y que entra dentro de lo esperado, ya que según la prensa nipona la princesa ha manifestado desde pequeña un agudo interés por las culturas extranjeras. Sus aficiones incluyen la poesía, la caligrafía tradicional, el piano y el violín.
De cara al futuro, es previsible que una vez concluida su etapa universitaria Aiko continúe su formación académica en el extranjero, tal y como hicieran sus padres. El emperador Naruhito estudió en Oxford, donde se graduó en Geografía con una tesis sobre la navegación en el río Támesis de Londres en el siglo XVIII. Su madre, la emperatriz Masako, también realizó un posgrado en la famosa institución británica, así como en Harvard. También seguiría de este modo los pasos de sus primas, las princesas Kako y Mako, hijas del actual heredero al trono del Crisantemo, el príncipe Akishino, quienes también asistieron a centros del Reino Unido.
No sería la primera estancia en el país para Aiko. En el verano de 2018, con 16 años, cursó un programa de verano en Eton, alma mater de los miembros de la familia real británica. Sus padres la enviaron allí para que perfeccionara su nivel de inglés y esta fue la primera ocasión en la que la princesa abandonó Japón por si sola o compartió dormitorio con otras estudiantes. En Japón todavía impera la ley sálica, por lo que Aiko no puede aspirar al trono y el día que se case perderá su condición real, pero de momento lo único que le aguardan son los libros y esperar que las leyes le sean propicias.