Comunicación, juegos y deporte: ¿Cómo hacer que tu perro sea feliz?
El can entró en nuestros hogares hace 33.000 años y, desde entonces, se ha adaptado con gran habilidad. Pero su naturaleza necesita ser expresada también en el ámbito doméstico, para que estos animales estén sanos y felices y no desarrollen fobias, agresividad, ansiedad por separación o embarazos psicológicos
La especie de los cánidos a la que pertenecen los perros tiene determinadas peculiaridades que necesitan ser expresadas para garantizar su bienestar en el ámbito doméstico. Por ejemplo, las personas necesitamos comunicarnos a través del habla y los perros con el lenguaje no verbal, el olfativo o a través del ladrido y otros sonidos guturales, como el aullido o el gruñido. Si los canes no pueden dar rienda suelta a su naturaleza pueden aparecer conductas desajustadas, como la agresividad.
Los tutores del perro son claves para surtir a su animal de los estímulos y el ambiente que precisa para estar sano. Su papel consiste en cubrir diversos aspectos, como el lúdico o el social en su día a día: “El juego y el ejercicio físico, son esenciales, ya que con esas actividades podrá satisfacer su instinto de caza, como acechar, perseguir o capturar. Además, por el hecho de jugar con otros congéneres o con su propietario, el animal está cubriendo su necesidad de caza cooperativa, algo muy común en los cánidos sociales”, explica Félix Zaragoza, profesor de etología de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Alfonso X El Sabio (Villanueva de la Cañada), en la Comunidad de Madrid.
La actividad física
Favorecer el movimiento corporal del perro es clave para su bienestar y se puede cubrir a través del juego. “De esta forma, se consigue una buena estimulación psicomotriz, lo cual es fundamental para el desarrollo psicomotor del animal, sobre todo en los primeros años de su vida”, asegura Zaragoza. Este experto apunta a otros beneficios de jugar con el perro: “Se cubren las necesidades de exploración y curiosidad, que tiene como animal depredador y oportunista que es”.
La posibilidad de sociabilizar
El hecho de que el perro pueda relacionarse con otros congéneres y su grupo humano es otro aspecto necesario para su salud mental. “Se trata de una especie eminentemente gregaria, por lo que necesita tener cubiertas sus necesidades sociales y de apego socio-afectivo. Esto lo puede realizar jugando con otros perros, pero también, y muy importante, llevarlo a cabo con su propietario, puesto que para ellos, es una figura de referencia segura y esencial”, continúa el especialista.
El instinto sexual
La faceta sexual del perro juega un papel importante en su desarrollo como especie y va unida a su forma de relacionarse con otros canes. “Los machos buscan hembras durante los paseos, lo que puede ocasionar que se pierdan, ya que es una llamada más potente que la de acudir de regreso con su familia”, explica Helena Bat, psicóloga especializada en etología y bienestar animal. No obstante, en la actualidad, los animales adoptados se entregan castrados para evitar la cría descontrolada. “Esto genera unos cambios hormonales que pueden facilitar la convivencia, puesto que, habitualmente, se reduce la intensidad con la que se acercan a otros perros durante los paseos para olfatearles y averiguar si son hembras o machos”, explica Bat.
La tendencia a la huida
Un instinto canino que puede resultar peligroso en el ámbito urbano es el del escapismo. “Escapar sin control cuando los perros sienten peligro, como al escuchar un ruido fuerte -pirotecnia-, puede provocar que se pierdan o resulten atropellados”, advierte la etóloga.
Instintos caninos funcionales
Cuando un perro se dedica a actividades como el pastoreo o la caza, su naturaleza e instinto se aplicarán a ese contexto. “Los objetos en movimiento van a llamar su atención y en función de su carga genética para desempeñar ese papel, responderán con la persecución”, explica la experta. “Para estos perros es recomendable fomentar el control de los impulsos, lo que no implica pedirles que estén quietos cinco minutos antes de comer, sino trabajar con ellos, progresivamente, para que ante estímulos llamativos se sientan medianamente relajados”, aclara la especialista.
Consecuencias de no cubrir los instintos caninos
Los perros que no pueden expresar su naturaleza pueden desarrollar problemas de comportamiento. “Suelen estar relacionados con una respuesta de estrés o ansiedad debido a situaciones de miedo e indefensión por falta de control del entorno, debido a estímulos como ruidos, personas o animales, pero también por aburrimiento y frustración debido a la falta de estímulos o de contextos adaptados a su naturaleza”, retoma Félix Zaragoza. “Las situaciones habituales son estereotipias - repetición de movimientos de forma compulsiva-, ansiedad por separación, fobias, agresividad, embarazos psicológicos o evacuación de forma desajustada”, añade. Cuando se producen estas conductas desajustadas, la salud del perro puede peligrar: “Puede causar lesiones o enfermedades a sí mismos o a otros, ya que también resultan complicadas de manejar para las personas con las que convive”, aclara el experto.
La falta de compañía y el exceso de soledad van en contra de la naturaleza de los perros. “Por ejemplo, si los dejamos solos en una parcela para que nos esperen los fines de semana, les provocará un gran malestar psicológico, porque necesitan referentes que les indiquen qué hacer”, aclara por su parte Helena Bat. Los canes necesitan guía para averiguar cuál es su cometido en la familia. “Precisan estimulación física y mental para entender qué deben hacer en su vida cotidiana”, añade la especialista.
Prevenir perros insatisfechos en casa
Dedicar tiempo a hacer actividades con los canes y pasar tiempo con ellos es la mejor garantía para que estén sanos, felices y vivan acorde a su naturaleza. “El juego es fundamental, porque el animal lo percibe como un trabajo en equipo con su dueño, que fuera del entorno doméstico, se percibe como una actividad cooperativa asociada a la caza, lo que fortalece las relaciones sociales y el vínculo afectivo”, añade Félix Zaragoza. “Es tan sencillo como demostrar al perro que se le quiere y él también lo hará, de manera incondicional”, concluye el experto.