David Noble y ‘Wollemia nobilis’: la sorpresa de encontrar un árbol desconocido para la ciencia
En 1994, este guardabosques australiano consiguió uno de los descubrimientos más importantes del siglo pasado para la botánica al encontrar un pino descrito como un fósil viviente. “Fue increíble que algo tan grande hubiera pasado desapercibido durante tanto tiempo”, recuerda ahora
“Fue en 1994 cuando vi por primera vez los pinos. Estaba explorando un cañón a lo largo de un arroyo con dos amigos míos, Tony y Michael, donde habíamos bajado haciendo rapel. Recuerdo sentirme intrigado por saber qué especie de árbol, de aspecto extraño, era el que estaba más adelante”. Con este sencillo comienzo, el guardabosques australiano David Noble estaba a punto de realizar uno de los descubrimientos más importantes del siglo pasado para la botánica. Entonces, el pino de Wollemi (Wollemia nobilis) saltó a la fama como una nueva especie dentro de la familia de las araucarias (...
“Fue en 1994 cuando vi por primera vez los pinos. Estaba explorando un cañón a lo largo de un arroyo con dos amigos míos, Tony y Michael, donde habíamos bajado haciendo rapel. Recuerdo sentirme intrigado por saber qué especie de árbol, de aspecto extraño, era el que estaba más adelante”. Con este sencillo comienzo, el guardabosques australiano David Noble estaba a punto de realizar uno de los descubrimientos más importantes del siglo pasado para la botánica. Entonces, el pino de Wollemi (Wollemia nobilis) saltó a la fama como una nueva especie dentro de la familia de las araucarias (Araucariaceae), unas plantas portadoras de piñas, como los pinos (Pinus spp.). Se acababa de hallar un nuevo fósil viviente, ya que sus rasgos morfológicos lo emparentan con registros fósiles conservados desde hace millones de años. En honor de David Noble se le dedicó el epíteto de la especie, nobilis.
Apasionado del barranquismo, este botánico continúa relatando aquel día en el parque nacional Wollemi, en la región de las Montañas Azules. “Estaba húmedo y fresco a la sombra del cañón. Debajo de los pinos no había mucho sotobosque y estaba bastante abierto, así que nos sentamos bajo estos extraños árboles para almorzar. Recuerdo haber comentado que tenían un aspecto peculiar, pero la conversación se centró en cómo saldríamos del cañón para regresar antes del anochecer”. Así que abandonaron el rodal de menos de un centenar de ejemplares de esa extraña conífera.
“Recogí una hoja pequeña de uno de los árboles, y se la llevé al naturalista Wyn Jones, quien trabajaba para el Servicio de Parques Nacionales en ese momento. Siendo un hombre ocupado, la dejó a un lado y dijo que ya se pondría en contacto conmigo. Unos días después me preguntó si la hoja era de un arbusto, pero cuando le dije que era de un árbol grande su interés creció e insistió para que le llevara a verlo”.
David Noble debió esperar todavía unas semanas para que se confirmara lo que él ya sospechaba: “Pasó más de un mes antes de que se dieran cuenta de que el árbol era algo extraordinario y desconocido. Fue increíble que algo tan grande hubiera pasado desapercibido durante tanto tiempo, y solo a un par de horas de Sídney. El hecho de que los árboles hayan sobrevivido durante tanto tiempo y se hayan mantenido vivos en un pequeño cañón remoto, protegidos del fuego y la sequía, es fascinante”.
Pregunta. ¿Cuándo decidió elegir un trabajo como el suyo, cuidando de los bosques?
Respuesta. Cuando estaba en la escuela secundaria decidí que quería trabajar con el medio ambiente. Así que estudié Biología, Geografía y Química, lo que me ayudó posteriormente con mi carrera universitaria de Control Ambiental y Gestión de Parques. En la universidad estudié Botánica y Fotografía, y me interesé en identificar las plantas que me rodean.
P. ¿Cómo es un día en su trabajo?
R. Trabajo como guardabosques del Servicio de Parques Nacionales y Vida Silvestre de Nueva Gales del Sur (Australia). Cada día es diferente, y puede incluir luchar contra el fuego en verano, buscar a turistas extraviados, planificar nuevas instalaciones para los visitantes o estar delante del ordenador escribiendo informes.
P. Usted también es un explorador. Parece uno de esos botánicos que pueden viajar miles de kilómetros para ver una pequeña flor en el medio de la nada.
R. Sí, pero no tuve que viajar muy lejos. El pino de Wollemi estaba escondido en un cañón al oeste de Sídney.
P. ¿Qué sintió en el momento que finalmente se supo que era una especie nueva?
R. Asombro, fue inesperado. Encontrar un árbol tan grande, tan cerca, pero aún desconocido. Tuve el privilegio de haber podido encontrar el pino de Wollemi. No esperaba que fuera posible descubrir una nueva especie en 1994.
P. ¿Suele regresar al lugar donde crece el pino de Wollemi? ¿Puede describir cómo es?
R. No se permite regresar a nadie. El lugar se mantiene en cuarentena para proteger a las plantas de enfermedades. La última vez que vi los pinos de Wollemi fue en 1995. Crecen en lo profundo de un cañón, en un entorno salvaje. No hay casas, carreteras o senderos cerca para caminar. Un lugar intacto y virgen cuya ubicación se mantiene en secreto. Aunque las Montañas Azules no son altas, ciertamente son muy complejas. La vegetación también puede ser muy espesa y ralentizar el avance de los caminantes.
P. Aparte de las enfermedades que menciona, ¿hay algún otro peligro que pueda afectar a la población de Wollemia?
R. Los pinos de Wollemi estarán a salvo siempre que la humanidad no interfiera. Los incendios de 2019 y 2020 fueron tan devastadores que había una sensación de desesperación. Sabía que los pinos estarían bien, ya que se habían quemado antes y se habían regenerado. Pero el cambio climático es el tema principal que debe abordarse pronto.
P. ¿Cuida de algún jardín?
R. Vivo en una propiedad de 40 hectáreas y tengo mi propio huerto y árboles frutales. Cultivo aguacates, manzanas, frutales de hueso y muchas variedades de cítricos.
P. Desde su descubrimiento, el pino de Wollemi se cultiva asiduamente y con éxito. ¿Ha plantado alguno?
R. Sí, he sido invitado a plantar pinos de Wollemi en el Real Jardín Botánico de Kew, en Inglaterra, y en Hungría, Eslovaquia y la República Checa. Me gusta pensar que mi hallazgo hizo que la gente se diera cuenta de que todavía hay descubrimientos por hacer en áreas silvestres remotas. Ahora que la especie se ha propagado por todo el mundo, en jardines botánicos y en los propios jardines de la gente, el pino de Wollemi sobrevivirá mucho tiempo en el futuro, y la gente podrá verlos madurar y cambiar.