Ignacio Ramiro
38 años / Gestor de compras de Iberdrola
Las aduanas chinas colapsaron. Ante la emergencia, el mundo entero acudía al mayor fabricante global para comprar material sanitario. La sobredemanda trajo inflación y el Gobierno del gigante asiático, tratando de ordenar el caos, impuso controles que en la práctica llevaron a que se acumularan los retrasos. Y, a pesar de las infinitas trabas, Ignacio Ramiro, gestor de compras de Iberdrola, logró traer a España en tiempo récord más de 80 toneladas de material sanitario que la compañía eléctrica ha donado a los hospitales nacionales.
Desde las primeras llamadas de teléfono hasta que comenzaron a aterrizar los aviones con la carga transcurrieron apenas dos semanas. Esa, tal como reconoce Ramiro, es su virtud: tener previstas dos, 10, 100 alternativas ante cualquier fallo posible; echar sobre sus hombros toda la presión y garantizar que sus encargos se entreguen en fecha.
Unos días antes de que se decretara el estado de alarma, Ignacio Ramiro, como buena parte de los 36.000 empleados de Iberdrola (el 90%), se marchó a casa. La seguridad, le dijeron desde la empresa, era lo primero. Fue trabajando desde su vivienda de Guadalajara, aprendiendo a compartir espacio con su mujer, Cristina, diseñadora de moda, y acostumbrada, en su caso, a desarrollar su labor sin salir del domicilio.
Entre el material adquirido hay 438 respiradores y 4,6 millones de mascarillas sanitarias, además de 120.000 trajes y 20.000 gafas de protección
“Hemos acudido a nuestros proveedores habituales que, a su vez, nos han indicado los mejores fabricantes. Si lo hemos logrado ha sido, sin duda, por nuestro alcance global. Ya compramos indumentaria laboral y equipos de protección individual para nuestros trabajadores, pero la diferencia es que esos pedidos, normalmente, suponen entre uno y dos millones anuales, y solo este ha alcanzadolos 25 millones”, explica Ramiro.
Entre el material adquirido hay 438 respiradores y 4,6 millones de mascarillas sanitarias, además de 120.000 trajes y 20.000 gafas de protección. “Con cada compra aprendo algo”, dice complacido Ignacio Ramiro, que repasa su crecimiento en sus 10 años en Iberdrola, en especial durante los dos que pasó construyendo la interconexión de una planta de generación en México y otra cerca de Boston, en EE.UU. “Tras esta compra, creo que no podré mirar de la misma forma lo que hay en los hospitales. Mi hermana, sin ir más lejos, trabaja en una farmacia y se ha vuelto conversación recurrente entre ambos si tiene o no mascarillas y a qué precio.”
Recalca Ramiro que la coordinación con los distintos proveedores y las Administraciones públicas ha sido la clave del éxito. Se ha pasado para ello –y seguirá así bastante tiempo, augura– las 24 horas del día, los siete días de la semana, pendiente del teléfono móvil. “Compensa. Al menos estoy en casa, con mi mujer, y nuestro compromiso es importante.”
“Al principio no tenía idea de las clases de respiradores que existían. Hemos investigado mucho sobre los distintos productos. Los proveedores nos remitían certificados y especificaciones técnicas y nosotros compartíamos la información con profesionales, que las validaban, y con las Administraciones. Todos juntos efectuábamos la comprobación. Ha sido un gran esfuerzo, pero hemos logrado que, a pesar de la excepcionalidad de las circunstancias, de la dificultad, todo lo adquirido provenga de los fabricantes oficiales autorizados por el Gobierno chino y funcione correctamente.”
Ignacio Ramiro dice ser un optimista sin remedio y, por eso, cree que este debe ser un punto de inflexión. “Las empresas se han puesto su traje más social, estamos comprobando lo que podemos conseguir junto con los ciudadanos. Y no me refiero solo a paliar la crisis sanitaria, también la económica que acarreará.”
Ramiro lo dice porque Iberdrola, que ya hizo 3.500 contrataciones en 2019, planea otras 5.000 incorporaciones para este año, y porque acelerará su plan de inversiones que, en 2020, ascenderán, por primera vez en la historia, a 10.000 millones de euros.