Carlos Sacristán
29 años / Auditor de BBVA
Si esta hubiera sido una primavera normal, Carlos Sacristán habría estado estos meses, en su tiempo libre, diseñando sobre un plano la disposición de camas óptima para alojar a trabajadores, visitantes y artistas en la XXII edición del Sonorama Ribera. Las habitaciones escasean en Aranda de Duero (Burgos), más cuando los asistentes al festival duplican en agosto la población o cuando, como en 2018, músicos como Liam Gallagher ocupan una planta entera de un hotel. Por eso, este auditor de BBVA, ligado desde los 16 años a Art de Troya, asociación organizadora del Sonorama, concibió esa solución, ese hospedaje, que ya lleva cinco años ofreciéndose. Pero esta, a todas luces, no es una primavera normal y, con el azote de la pandemia, ha tenido que cambiar su diseño para convertir ese pabellón, refugio temporal de melómanos, en un hospital de campaña que dé soporte al Hospital Santos Reyes de la localidad burgalesa.
“Llegó a oídos de mi padre que el Ejército planteaba montar un hospital, precisamente en pabellones del recinto ferial, y yo me dije: ¡Pero si eso es lo que coordino yo todo este tiempo!”. Se puso inmediatamente en contacto con los responsables de Art de Troya y, a través de estos, con el Ayuntamiento de Aranda y los gerentes del hospital, a quienes en cuestión de días le presentaron un proyecto viable.
“El banco me ha enseñado a saber tomar decisiones acertadas con agilidad. Investigué, escuché a doctores y expertos y al poco ya teníamos un proyecto viable para el hospital de campaña”
“Esta capacidad me la ha dado mi trabajo en el banco: saber escuchar a todos y tomar decisiones acertadas con mucha agilidad. Investigué cuáles estaban siendo los problemas en Italia para que se contagiaran tantos sanitarios y cuáles aquí, qué necesidades fundamentales tenían los enfermos y, también, los héroes de todo esto, los médicos. Consulté a todos los doctores que tenía alrededor y así llegamos a la conclusión de cómo era viable alojar hasta 200 camas con separación de tres metros, reclinables para aquellos que sufrían de neumonía y se ahogaban”. No se les escapó ni un detalle: zonas de enfermería, pasillos amplios que permitían el paso de ambulancias y de los servicios de catering o reparto, puertas cercanas al área donde los más graves estarían aislados.
A Carlos Sacristán los primeros indicios de la alerta le pillaron en Colombia, ejerciendo su trabajo de auditor. A su regreso, BBVA les permitió a él y a su equipo trabajar desde casa, adelantándose casi dos semanas a las medidas gubernamentales del estado de alarma. “En el banco están muy implementadas rutinas de teletrabajo, llevo dos años y sigo alucinando: hemos sido muy rápidos porque estamos muy preparados”.
Este ingeniero de caminos y experto en Big Data que normalmente trabaja en Madrid, en las oficinas centrales de BBVA, tenía que auditar un banco panameño y decidió hacerlo desde su hogar familiar, en Aranda de Duero. Una suerte, porque eso le permitió estar a pie de obra.
“Cada día recibimos mis compañeros y yo vídeos: ‘Hoy se han dado dos altas, hoy cinco’. No hay nada que nos pueda dar una felicidad mayor. Esa fue la razón de todo esto”
La Asociación Art de Troya involucró a proveedores locales, que donaron prestos todo lo que hacía falta y rescató material almacenado de ediciones anteriores del festival: somieres, mantas, sábanas. “De pronto, había concejales que venían a decirme: ‘¿Dónde coloco esta cama?”. Todo el mundo arrimó el hombro rápido.
Mientras, los gestores del hospital Santos Reyes entrenaban al personal que habían reclutado para la causa, en apenas una semana: licenciados con el MIR que todavía no habían tomado plaza y enfermeros en paro. A partir de ese instante, los sanitarios tomaron control de la gestión del hospital de campaña.
“Cada día recibimos mis compañeros y yo vídeos: ‘Hoy se han dado dos altas, hoy cinco’. No hay nada que nos pueda dar una felicidad mayor. Esa fue la razón de todo esto”, dice Sacristán.
“De pronto, había concejales que venían a decirme: ‘¿Dónde coloco esta cama?”. Todo el mundo arrimó el hombro rápido
Por este hospital de campaña han pasado 25 hospitalizados por covid-19, de los cuáles se han recobrado ya 7. Está funcionando tan bien que la Junta de Castilla y León se ha planteado mantenerlo y convertir Aranda, gracias a su hospital oficial y a este oficioso, en recinto ideal para convalecientes de la Comunidad, ante posibles repuntes.
“Es un orgullo, aunque, claro; nosotros seguimos planificando el Sonorama, queremos que el festival, en un formato adaptado para garantizar la seguridad de todos, pueda celebrarse. Que no se vaya la música. Creo que no vamos a poder contar con este pabellón…”