Sánchez logra salvar la prórroga del estado de alarma con Cs y PNV pero agrieta el pacto de investidura con ERC
El Gobierno ha conseguido 177 votos a favor, 162 en contra y 11 abstenciones
El Gobierno ha logrado este miércoles prorrogar por quinta vez el estado de alarma gracias al apoyo de Ciudadanos, PNV, Más País, Coalición Canaria, PRC y Teruel Existe (177), pero esta vez ha contado con más votos en contra que nunca 162 (PP, Vox, ERC, JxCat, Compromis, Foro Asturias y la CUP) y 11 abstenciones (EHBildu, BNG, Unión del pueblo navarro y Nueva Canaria). En la votación dos diputados de Vox se han equivocado y han apretado el sí y la portavoz del PSOE, Adriana Lastra, también se ha confundido y se ha abstenido...
El Gobierno ha logrado este miércoles prorrogar por quinta vez el estado de alarma gracias al apoyo de Ciudadanos, PNV, Más País, Coalición Canaria, PRC y Teruel Existe (177), pero esta vez ha contado con más votos en contra que nunca 162 (PP, Vox, ERC, JxCat, Compromis, Foro Asturias y la CUP) y 11 abstenciones (EHBildu, BNG, Unión del pueblo navarro y Nueva Canaria). En la votación dos diputados de Vox se han equivocado y han apretado el sí y la portavoz del PSOE, Adriana Lastra, también se ha confundido y se ha abstenido. Como ya ocurrió en la anterior votación un diputado de ERC, Joan Josep Nuet, ha roto la disciplina de voto y se ha abstenido pese al criterio de su formación. Después de conocerse el resultado EH Bildu ha hecho público un comunicado en el que explicaban que la decisión de abstenerse se debe a un acuerdo que han alcanzado con el PSOE y Unidas Podemos por el cual el Gobierno se compromete a derogar por completo la reforma del 2012 antes de que se termienen “las medidas extraordinarias” puestas en marcha para afrontar la crisis que ha provocado el coronavirus.
Sin este acuerdo el resultado de la votación hubiera sido de 177 votos a favor, 167 votos en contra y 6 abstenciones.
El debate para la aprobación de este quinta prórroga hasta el 7 de junio inaugura un periodo de gran incertidumbre en el Congreso y en la política española. ERC, uno de los socios básicos para la investidura de Pedro Sánchez, lamentó el giro dado por el Gobierno al negociarlo con Ciudadanos, reafirmó su posición negativa en esta votación y avisó del resquebrajamiento del acuerdo que llevó al presidente socialista a La Moncloa, algo que pondría en peligro los próximos Presupuestos del Estado. “Hoy enrabiamos a mucha más gente, llevándonos por delante el espíritu de la investidura, que despertó mucha ilusión”, aseguró el portavoz de Esquerra, Gabriel Rufián. Ciudadanos, con sus 10 escaños, y PNV, con seis, han ayudado al Gobierno a que la prórroga continúe. Pero Cs ha aprovechado para advertir al presidente de que ellos no son socios permanentes, que solo persiguen ser “útiles” y que han sido los que le acompañaron en la investidura los que le están dejando solo.
La legislatura se complica. El Gobierno salvó este miércoles la quinta prórroga del estado de alarma con el apoyo de Cs, PNV, Más País y Coalición Canaria, además de la abstención a última hora de EH Bildu a cambio de la derogación de la reforma laboral. Ese pacto con la izquierda abertzale puede trastocar los equilibrios en el Congreso: deja descolocados tanto a Cs como al PNV, en plena precampaña vasca. El bloque de la investidura, además, se agrieta. ERC acusó al presidente Pedro Sánchez de alejarse del “espíritu de la investidura” con su pacto con Cs. El partido de Inés Arrimadas dejó claro que no será socio estable del Ejecutivo.
El debate para la aprobación de la quinta prórroga del estado de alarma —hasta el 7 de junio— abre una etapa de gran incertidumbre en la política española. La mayoría con la que Pedro Sánchez fue investido presidente del Gobierno hace menos de medio año se ha agrietado, en tanto que el apoyo que ayer tuvo de Cs no nace con vocación de permanencia: La Moncloa tendrá que negociar iniciativa a iniciativa con el partido de Inés Arrimadas. Además de las medidas excepcionales contra el coronavirus, el Gobierno necesita sacar adelante unos Presupuestos. Y eso no va a resultar nada fácil: esas cuentas públicas tendrán que lidiar con la crisis económica que traerá la pandemia, y con las enormes dificultades para forjar mayorías en el Congreso.
Más aún después del movimiento de última hora del PSOE y Unidas Podemos: los dos partidos de la coalición de gobierno pactaron con EH Bildu la abstención de sus cinco diputados —que no eran necesarios para que la prórroga saliera adelante, aunque el Gobierno llegó a temer perder esa votación— a cambio de derogar “de forma íntegra” la reforma laboral. Ese pacto se firmó a las ocho de la tarde con la aquiescencia del presidente Pedro Sánchez. Pero al filo de la medianoche, el PSOE rectificó al asegurar que la derogación no será “íntegra”: de esa manera se cumpliría el acuerdo PSOE-Podemos, que incluiría la derogación tan solo de los aspectos más lesivos de la reforma laboral.
Tras esa ceremonia de la confusión, e incluso después de rectificar, ese movimiento deja descolocado todo el tablero, tanto a Cs —nada partidario de dar marcha atrás en las reformas—, como al PNV, que además está en plena precampaña electoral vasca.
Antes de todo ese sainete, el mayor dolor de cabeza del Ejecutivo procedía de los equilibrios entre pactar con Ciudadanos y ERC. Los votos del partido de Arrimadas son incompatibles con los de Esquerra, tal como se encargaron de subrayar ambos partidos. La mayoría de la sesión de investidura sufrió ayer fisuras por el flanco de ERC, muy molesto por el pacto con Cs: “Hoy enrabiamos a mucha más gente, llevándonos por delante el espíritu de la investidura, que despertó mucha ilusión”, se lamentó el republicano Gabriel Rufián.
El ambiente de la sesión fue de lo más bronco. PP y Vox estuvieron durísimos contra el Gobierno. Pero la novedad, en el Congreso, estuvo en el tono de reproche de ERC y de Compromís. Y al finalizar la sesión se conoció el acuerdo con Bildu, que puede provocar aún más dificultades al Ejecutivo a la hora de buscar mayorías.
Esquerra centró buena parte de la atención. El Gobierno negoció con los republicanos hasta última hora, al igual que con el PNV. Los nacionalistas vascos se avinieron a votar a favor pero no hubo fumata blanca con Esquerra. Los argumentos para el rechazo de ERC giraron en torno a la exigencia de más competencias para Cataluña, más el compromiso de que activar la mesa de negociación bilateral. El Gobierno no sepulta esta mesa, pero subraya que ahora lo importante es salvar vidas. El Ejecutivo, además, aduce que la negativa de ERC no está justificada: la prórroga introduce “la cogobernanza” con las autonomías, si bien bajo la responsabilidad del Ministerio de Sanidad.
El desencuentro, en fin, fue ostensible con los partidos de la investidura, en tanto que el PP y Vox arremetieron contra absolutamente todo lo que ha hecho el Gobierno. Sánchez usó su intervención inicial para desglosar las medidas acordadas, pero añadió un mea culpa en toda regla por los “errores cometidos”. Nunca había sido tan claro en el reconocimiento de fallos.
“Aspiramos a sacar adelante los cuatro años de investidura con fuerzas distintas a la derecha, pero ahora estamos hablando de defender la salud pública”. Esta es la intención de Pedro Sánchez, que no logró conmover a los socios que le dieron la presidencia. “La mayoría de la investidura se desvanece”, resumió Íñigo Errejón, de Más País, a pesar de que él si votó a favor. No entró en ninguna pelea el portavoz del PNV, Aitor Esteban, que a sí reconoció avances para las comunidades autónomas con la cogobernanza y anunció con sobriedad el apoyo a la prórroga.
La bancada de la derecha se atrincheró en la negativa. “Es incapaz de proteger a los españoles más allá de esta brutal reclusión”, consideró Pablo Casado (PP). “Su plan ha sido un fracaso”, dijo, tras atribuir a Sánchez “miles de fallecidos” por sus errores. “La historia no le absolverá”, cerró.
Manifestaciones
Casado defendió las protestas contra el Gobierno. El líder de Vox, Santiago Abascal, fue más allá y se quejó de que el Ejecutivo quiera prohibir a su partido las manifestaciones que ha convocado el próximo sábado con el argumento de que pueden poner en peligro la seguridad sanitaria. Vox cargó también contra Cs por apoyar el estado de alarma. El portavoz de ese partido, Edmundo Bal, le replicó que hay que tomar decisiones “con la cabeza, no con las tripas”. Bal, sin embargo, no fue nada complaciente con el presidente Sánchez: “No vuelva a la unilateralidad, no fomente el miedo, cumpla con los acuerdos para España y nos tendrá a su lado. Pero si no cumple, ya ve lo solo que está”, apuntó el portavoz.
La oposición destacó que el actual estado de alarma restringe libertades y derechos. Sánchez discutió ese argumentario con un informe de la Abogacía del Estado que viene a decir que no pueden garantizarse las condiciones de distanciamiento social sin la prórroga. Varios grupos mostraron preocupación por la crispación y la polarización de la sociedad; otros la atribuyen al malestar que se ha instalado en la calle por culpa del Gobierno. La portavoz socialista, Adriana Lastra, condenó los escraches que sufren varios dirigentes de su partido. Ana Oramas evitó el dramatismo y mostró su preocupación por el enfrentamiento social, que le recuerda a las dos Españas de un Antonio Machado doliente, y a las pinturas de Goya.
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