El Café Central se aferra a un resquicio legal para seguir abierto hasta fin de año
La clausura del histórico establecimiento estaba prevista inicialmente para el próximo 12 de octubre
Cambio de guion. O, mejor dicho, de partitura. Los dueños del Café Central (Madrid) han decidido prolongar su actividad hasta finales de este 2025 pese a la negativa de la familia propietaria del inmueble a renovarles el contrato de alquiler, que expiró el pasado mes de enero. Los titulares de este club de jazz en la Plaza del Ángel ...
Cambio de guion. O, mejor dicho, de partitura. Los dueños del Café Central (Madrid) han decidido prolongar su actividad hasta finales de este 2025 pese a la negativa de la familia propietaria del inmueble a renovarles el contrato de alquiler, que expiró el pasado mes de enero. Los titulares de este club de jazz en la Plaza del Ángel se habían resignado desde julio a la clausura y habían anunciado que el próximo 12 de octubre echarían el cierre con un concierto del pianista Joshua Edelman, el artista que más veces ha pisado su escenario, con más de 700 actuaciones. Sin embargo, el equipo jurídico que vela por los intereses de la sala ha encontrado “un resquicio legal” en los plazos de comunicación que permitirán prolongar la actividad del histórico café hasta finales de 2025.
El Central ya tomó hace semanas la decisión de no rescindir la sociedad para prolongar la actividad en algún nuevo emplazamiento que, por ahora, aún no se ha encontrado. Sin embargo, el balón de oxígeno jurídico permitirá ahora a la sala celebrar dos meses y medio más de música en vivo después de la anunciada fecha de defunción. “El partido está perdido y nos tenemos que ir”, admiten desde el local, “pero de pronto hemos pasado de ultimar las liquidaciones de proveedores a organizar una suerte de ‘conciertos de resistencia’ de cara a las 10 últimas semanas del año”.
De hecho, el programador del Café, el asturiano Javier González, emprendió ayer mismo de urgencia la misión de encontrar músicos para el cartel de la segunda mitad de octubre y los meses de noviembre y diciembre, después de tener la agenda ya completamente bloqueada por lo que iba a ser el “adiós definitivo”. La semana del 13 al 19 de octubre, la primera después del teórico punto final, la protagonizarán el dúo de tango-jazz que integran Sheila Blanco y Federico Lechner, el Pepe Rivero Trío y el Dany Noel Trío. A partir de ese momento desfilarán por el angosto palco del Central nombres como los de Gabriel Szternsztejn, Guillermo McGill, Menil y, desde Chicago, The Electric Soul Company.
“No me está quedando más remedio que diseñar una programación a salto de mata”, se sinceró González, “tirando de músicos amigos de la casa y de artistas que ya se habían tanteado para las últimas semanas y entonces no estaban disponibles”. Son soluciones de urgencia, pero el entusiasmo del gremio jazzístico lo suple todo. Por ejemplo, el pianista cubano Pepe Rivero ha comprometido su presencia los días 15 y 16 de este mes “a pesar de que ni siquiera sabe bien con qué contrabajista contará para esos días”.
El anuncio del cierre del Central, comunicado el pasado 23 de julio, provocó una importante conmoción en los círculos culturales de la capital y de muchos otros países, ya que la revista Wire colocó a este establecimiento como el octavo club de jazz más importante de toda Europa. “Suceden en este mundo cosas que nunca pensé que llegaría a ver, como el fin de la democracia en mi país o el cierre del Central”, reflexionaba este mismo domingo el cantante y compositor estadounidense Leo Sidran, que viajó ex profeso desde Nueva York para despedirse de este escenario –en el que ha actuado todos los años desde 1998– el pasado fin de semana. Javier González admitió a este periódico que existen “distintas ofertas sobre la mesa” para recolocar el Central, “pero ninguna por ahora satisfactoria del todo”. Y añadió: “el principal objetivo es no alejarnos de la almendra central de Madrid. Después de 43 años de historia a cinco minutos de la Puerta del Sol, mudarse a un distrito periférico no parece una solución ideal, por espacioso que fuera el inmueble”.