Tres lugares perfectos para refugiarse del frío y tener una cita en Madrid
El Jardín de Diana, El Punch Room y El Lucky Dragon son tres buenas experiencias en el centro para tomar algo
Buscar el lugar perfecto para salir en invierno en Madrid puede ser a veces una misión complicada, sobre todo si lo que se busca es huir del frío. El otro día un grupo de amigos estaba sentado en una terraza y se preguntaba dónde había en la capital una azotea en donde poder sentarse a tomar algo sin congelarse en el intento. Madrid Te Enreda existe para misiones así.
En plena Gran Vía, la azotea del ...
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Buscar el lugar perfecto para salir en invierno en Madrid puede ser a veces una misión complicada, sobre todo si lo que se busca es huir del frío. El otro día un grupo de amigos estaba sentado en una terraza y se preguntaba dónde había en la capital una azotea en donde poder sentarse a tomar algo sin congelarse en el intento. Madrid Te Enreda existe para misiones así.
En plena Gran Vía, la azotea del hotel Hyatt, el Jardín de Diana, se ha transformado en un auténtico refugio de montaña lleno de mantas y cócteles calientes, lo que la hace el lugar perfecto para tomar algo sin tener que sacrificar las vistas. Además, hemos descubierto el escondite perfecto a pocos pasos de Cortylandia para huir de las multitudes: el bar clandestino del hotel Madrid Edition, bautizado Punch Room. Por último, pero no menos importante, el Lucky Dragon, en pleno corazón de Malasaña, es el bar perfecto para pasar la tarde con una cita en el centro de Shanghai.
Un refugio invernal en la mitad de Gran Vía
El beach club del Jardín de Diana (Gran Vía, 31) se ha transformado en un refugio invernal para esta temporada, lo que lo hace el lugar perfecto para los amantes de las azoteas en invierno. Entre cojines, mantas y muebles de madera, los clientes pueden disfrutar de ese terraceo que gusta tanto a los madrileños mientras disfrutan de las mejores vistas sobre la Gran Vía. Y sin pasar nada de frío.
La experiencia empieza con un chupito de vino caliente cortesía de la casa para entrar en calor. Para comer, se pueden pedir las exclusivas fondues de Diana que sin duda elevan la experiencia a otro nivel con opciones como la fondue de setas del bosque y la fondue trufada.
Pedir uno de sus cócteles es imprescindible. La recomendación de la casa es el cóctel Princesa, que lleva ginebra, lima, sirope de canela, guayaba, fresa y clara de huevo; y el Freya, que, créannos, sabe a Navidad y lleva Baileys, té chai, sirope de jengibre, leche de almendras y bitter de cacao. Una cita bajo la estatua de Diana Cazadora que está cuidando la noche de Madrid siempre es un acierto.
Un bar clandestino de ponches
El Punch Room en el hotel Madrid Edition (plaza de Celenque, 2) es un bar clandestino ambientado en la ley seca de Estados Unidos, donde entre una chimenea y sillones muy cómodos llenos de mantas, la gente puede ir a pasar una tarde muy divertida probando los diferentes ponches que tienen en su carta.
El plan perfecto es ir a comer por el centro, quedarse un rato jugando billar en el lobby y después sentarse frente a la chimenea en el local clandestino. El bar abre de miércoles a domingo de 19.00 a 2.00. Para los responsables del lugar, el Punch Room ubicado al lado del lobby del hotel es, sin duda, el lugar que hay que conocer en la temporada invernal.
El gran protagonista del local es el ponche en sus diferentes variedades, que están compuestas por cinco elementos: destilados, especies, agua, cítricos y azúcar. El recomendado de la casa es el Saracen Punch, que es un postre líquido a base de ron, licor de plátano y chocolate, sherbet de kumquat y bergamota. Es recomendable reservar.
Un viaje al centro de Shanghai sin salir de Malasaña
Sobre la calle Estrella, a la altura del 3, hay un curioso dragón que indica la entrada a un bar: el Lucky Dragon, un local que se ha vuelto tendencia entre los jóvenes como uno de sus lugares favoritos para salir de fiesta por Malasaña, además de ser un punto de encuentro de la escena creativa de Madrid.
El plan perfecto es convertir el local en una parada obligatoria antes de cualquier noche de fiesta. También puede ser el sitio ideal para disfrutar de una cita por la tarde en un entorno muy íntimo. Todo el lugar desprende una atmósfera que evoca un callejón en Chinatown inundado de farolillos chinos, neones fulgurantes y dragones mitológicos que danzan sobre la pista de baile.
Su director creativo y cofundador, Edgar Kerri, asegura que están transformando todo el lugar para poder abrir hasta las 5.30 y “darles la mejor noche a los clientes con cócteles auténticos chinos, pero siempre respetando la esencia de Malasaña”.
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