La madre de Isaac, una víctima mortal de las bandas: “No estoy preparada para hablar con los padres de los asesinos de mi hijo”

—Nines, ya tenemos al que asesinó a tu hijo. Ahora no puedo hablar mucho, pero quería que lo supieras ya

Nines es Ángeles Triano, la madre de Isaac López, un chico de 18 años acuchillado en un túnel de Madrid en julio de 2021. El investigador del grupo VI de homicidios la llamó cuando el reloj aún no marcaba las ocho de la mañana. Llevaba al único de los acusados del asesinato que era mayor de edad s...

—Nines, ya tenemos al que asesinó a tu hijo. Ahora no puedo hablar mucho, pero quería que lo supieras ya

Nines es Ángeles Triano, la madre de Isaac López, un chico de 18 años acuchillado en un túnel de Madrid en julio de 2021. El investigador del grupo VI de homicidios la llamó cuando el reloj aún no marcaba las ocho de la mañana. Llevaba al único de los acusados del asesinato que era mayor de edad sentado en el asiento de atrás del coche y se dirigían al juzgado. “Supuso algo de alivio, porque ya vas ubicando lo que ha pasado y dejas de imaginarte otras cosas”, reconoce la madre de la víctima. Desde este lunes, ese chico que iba en el coche detrás de agente de homicidios se sienta ante un juez de la Audiencia Provincial de Madrid para responder por el crimen. David Bárcena es un miembro probado, según la policía, de la banda violenta Dominican Don’t Play (DDP) y es el que blandía el cuchillo que penetró en el cuerpo de Isaac, según declaró él mismo el día de su arresto. El acusado tiene la misma edad que tendría ahora su víctima si siguiera viva: 20 años. Bárcena se enfrenta a una condena de prisión permanente revisable.

Los otros tres implicados, que tenían de 15 a 17 años en el momento de los hechos, fueron condenados a entre cuatro y seis años de internamiento en régimen cerrado en un centro de reforma. “Se me vino el mundo encima al enterarme de que tres de ellos eran menores”, reconoce Nines. Los tres ya condenados también aceptaron el delito de pretenencia a una organización criminal, por ser miembros de los DDP. Uno de ellos, de hecho, era uno de los cabecillas de la banda, algo que queda claro al leer los mensajes que enviaba al resto de los intregrantes en los que les obligaba a aportar dinero y con los que presumía de sus machetes.

Uno de los padres de los ya sentenciados ha transmitido su pesar por lo sucedido a Nines a través del abogado que la representa, Juan Manuel Medina, y también ha solicitado pedirle perdón en persona. Algo de lo que, por el momento, ella no se ve capaz: “No estoy preparada para ver a los padres de los asesinos de mi hijo. En esta historia hay una víctima que ha perdido la vida y ese es Isaac, pero tampoco querría estar en el lugar de los padres de los hijos que han asesinado. También ellos tienen que estar pasandolo mal. Tienen que vivir con ello: ir a comprar, al trabajo, que tus vecinos sepan que tu hijo ha matado a una persona...”.

La investigación duró cuatro meses. 120 días en los que la mujer se preguntaba diariamente cuál era el rostro de esas sombras que habían atacado a Isaac como una manada cuando el chico acababa de salir de casa. La autopsia concluyó que a Isaac le habían asestado cuatro puñaladas por la espalda que podía ser de una o de múltiples manos. Después de la agresión, escaparon en tres patinetes que habían alquilado con la tarjeta de otra persona. “A Isaac lo habían amenazado por ir con algunos amigos, la policía encontró un vídeo en el que sale él con otro chico al que están increpando. Por eso creo que ya lo habían marcado y ese día fueron a por él”, cuenta Nines. Su hijo tenía una discapacidad reconocida por tener asperger. “Su condición también hacía que él no viera el peligro en ningún sitio”, asegura.

Desde el principio tanto a Nines como a su abogado Juan Manuel Medina les llegaron todo tipo de rumores, de posibles nombres, de supuestos motivos por los que irían detrás de Isaac, pero la policía tiene que trabajar con pruebas. Los investigadores de homicidios reunieron tantas que tres de los autores ya están cumpliendo condena y el cuarto, al que se juzga esta semana, reconoció que fue el autor. Los agentes recopilaron y analizaron minuciosamente las imágenes de los chicos en los patinetes, estudiaron las conversaciones de teléfono y encontraron búsquedas en internet sobre el crimen. “¿Yo que soy? ¿Soy ya soldado?”, pregunta un Bárcena ansioso por el reconocimiento de la banda a uno de los menores que después le acompañó en el crimen de Isaac. Tal vez, él pensó que clavando ese cuchillo se ganaba esos galones. En su declaración ante la policía aseguró que ese día estaba muy afectado por las drogas y el alcohol y también por la muerte reciente de un familiar.

Lo que más le duele ahora a Nines es no ver el arrepentimiento de los culpables ni del acusado. Aunque ha tratado de mantenerse al margen, sí que ha podido ver un videoclip que grabó uno de los menores sentenciados meses después de cometer el crimen, cuando salió de la medida de internamiento provisional hasta que se dictara sentencia. A pesar de todo, ella siempre ha mantenido un discurso contario al odio. “Son niños matando a niños”, dijo ella desde el principio y repite hoy. “Aun así no podemos dejar de actuar con firmeza y hacer pedagogía. Esta sería la segunda pena de prisión permanente revisable por un asesinato de bandas. Si con esto conseguimos que no haya más Isaac López Triano, habremos conseguido algo”, la secunda su letrado, Juan Manuel Medina.

El año 2021 y especialmente el 2022 fueron devastadores por el incremento de la violencia entre los DDP y su banda enemiga, los Trinitarios. Solo el año pasado hubo seis víctimas mortales, dos de ellos, menores de 15 años. Sin embargo, esa brutalidad ha descendido en 2023, al menos en el número de asesinatos, ya que solo se ha registrado uno en todo el año. Fuentes policiales aseguran que el conocido como plan antibandas puesto en marcha a finales de 2021 y reforzado en 2022 ha dado sus frutos y se han neutralizado en gran medida las agresiones graves.

Isaac fue una víctima inesperada de esta guerra de niños matando a niños, según la definición de su madre. “Quiero que pase ya el juicio y dejar atrás el túnel, dejar de vivir todos los días en ese túnel”, dice Nines en referencia al lugar del crimen y también a la oscuridad en la que la sumió su pérdida. Poco después, abandonó Madrid y se mudó a Galicia, de donde es su pareja, David. “Para mí esto es el pasado, me gusta estar ahí más aislada, de hecho estoy buscando una casa que esté aún más apartada de una ciudad”, cuenta en medio del bullicio de la Gran Vía. Se le hizo imposible quedarse en ese piso del barrio de Pacífico desde cuya ventana se divisa ese túnel en el que Isaac se metió para no salir.

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