La mejor Italia se vive en Madrid
El restaurante Baldoria, la heladería Véneta y los talleres de Art of Dimension son tres planes perfectos para volver a la rutina después de las vacaciones
Italia está de moda en Madrid. En este mundo globalizado en el que las distancias se han reducido a golpe de clic es posible encontrar cualquier rincón en cualquier parte del mundo. Es por ello que los lugares no siempre están donde se supone que deberían estar o donde uno se los espera.
Por ejemplo, es posible encontrar una de las mejores pizzas napolitanas en la madrileña calle de Ortega y Gasset, o el mejor gelato italiano en la Puerta del Sol. Si a esto le añadimos la posibilidad que ofrece Art of Dimension de aprender a fabricar las joyas que hacen las delicias de pasarelas ...
Italia está de moda en Madrid. En este mundo globalizado en el que las distancias se han reducido a golpe de clic es posible encontrar cualquier rincón en cualquier parte del mundo. Es por ello que los lugares no siempre están donde se supone que deberían estar o donde uno se los espera.
Por ejemplo, es posible encontrar una de las mejores pizzas napolitanas en la madrileña calle de Ortega y Gasset, o el mejor gelato italiano en la Puerta del Sol. Si a esto le añadimos la posibilidad que ofrece Art of Dimension de aprender a fabricar las joyas que hacen las delicias de pasarelas de moda como la de Milán, la conclusión es clara: la mejor Italia también se puede vivir en Madrid.
La mejor pizza del mundo
“Es la mejor pasta que he comido en mi vida”, exclama sin el menor atisbo de duda una comensal al probar el primer bocado de su pasta con trufa recién hecha en una rueda de queso. La mujer está disfrutando de una cena en compañía de tres amigas en el restaurante Baldoria (Calle de José Ortega y Gasset, 100).
Baldoria es un auténtico italiano fundado en el corazón de Madrid por Ciro Cristiano. Cristiano es el antiguo chef ejecutivo del Grupo Big Mamma, que tiene también restaurantes reconocidos en la capital como Belmondo y el Villa Capri. Ahora está al frente de su primer local propio.
La experiencia en el restaurante es espectacular. Su decoración está inspirada en la isla napolitana de Procida, y su comida es artesanal con productos traídos de Italia. Además, todas las noches hay música en vivo desde un balcón que da al salón.
La recomendación de la casa es empezar por sus croquetas alla Parmigiana y después para compartir una pasta cacio y tartufo, una pizza Rocket Bresaola y para terminar dos postres: la Pannacotta Exótica y la tarta de queso. El ticket medio son 40 euros.
El mejor ‘gelato’ de España
Una de las mejores heladerías del mundo acaba de aterrizar a pocos metros de la Puerta del Sol. Véneta todavía no ha hecho su inauguración oficial en Madrid, pero ya es tendencia en redes por sus largas colas. Todo el mundo quiere probar el helado de Maurizio Melani.
Melani se enamoró de España mientras se tomaba un año sabático del mundo de las finanzas. Por azares del destino acabó en Valencia, un lugar desde el que decidió rendir tributo a su país haciendo el mejor gelato de España.
A Melani se le iluminan los ojos cuando habla de helado. Asegura que el suyo es solo para paladares exigentes que saben reconocer la calidad: de no ser así, explica, sería simplemente un helado caro más. El secreto, el de siempre, la materia prima: “Llevo décadas viajando por el mundo para obtener los productos de mejor calidad”.
El laboratorio donde se producen los helados está en el sótano de la propia heladería, lo que asegura a sus clientes que siempre están comprando un producto muy fresco.
Entre los más de 40 sabores que ofrece, Melani recomienda probar sus gelatos premiados: el pistacho paradise, que ganó un premio como mejor helado de Europa, y el de galleta de la abuela, que obtuvo premios como mejor helado de España dos veces y fue finalista de mejor helado del mundo. El ticket medio son cinco euros.
Joyería y resina en Pozuelo
Llega septiembre y, con él, aunque no lo parezca, da comienzo la operación bikini de 2024. Vamos, que no todo puede ser comer. Para empezar a movernos, nada mejor que un plan muy divertido y diferente para el que solo hay que utilizar la imaginación y las habilidades manuales que se tengan. Hablamos de los talleres de resina y joyería que hace en su taller Inés Candel.
Lo que empezó como un pasatiempo para Candel, ahora es su vida. La artista dejó hace apenas unos años el mundo de las empresas para dedicarse a las manualidades después de perfeccionar sus habilidades con cariño, tesón y paciencia. Poco a poco, casi sin terminar de darse cuenta de su éxito, fue creando sus primeras obras con resina que empezó a vender.
Antes de darse cuenta realmente de que aquello podía constituir un negocio en sí mismo, le preguntaron si, más allá de la creación de las propias joyas, le interesaría enseñar a hacerlas. Tras pensarlo un par de veces, la idea de compartir su conocimiento le terminó gustando. Hoy, Candel crea y enseña. Y no le va nada mal: empezó haciendo talleres privados de apenas una o dos personas y, ahora, cada vez que promociona sus talleres en sus redes, los llena.
Duran tres horas aproximadamente y cuestan 75 euros. El taller de resina de mar, por ejemplo, incluye una hora de teoría y dos de práctica en donde los alumnos culminan desde cero una obra de mar, una tabla de cortar y un marcapáginas que pueden llevarse a casa.
En el taller de joyería, por otra parte, los asistentes podrán aprender todo lo que necesitan sobre la resina y después pueden crear sus propios colgantes, anillos o pendientes y un marcapáginas con flores naturales que podrán llevarse a casa. Las plazas son limitadas y los grupos reducidos para hacerlo más íntimo. El taller se encuentra en Pozuelo de Alarcón, en la Calle Demetrio de la Guerra, 2.
El plan perfecto es irse de brunch, escoger unos de los talleres para aprender y llevar las creaciones propias a casa y terminar el día, por qué no, paseando por las calles de un municipio madrileño que en muchos aspectos aún está por descubrir.
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