El fichaje mejor guardado del PSOE para la alcaldía de Madrid, que se anunciará cerca de La Almudena

El candidato socialista para la capital de España en 2023 es un cargo relevante y se “ha estado bregando en los barrios” en los últimos años

El secretario general del PSOE, Juan Lobato, durante el XIV Congreso Regional de PSOE de Madrid, el 13 de noviembre.JUAN BARBOSA

Si se teclea en Google “candidato PSOE Madrid”, el buscador más sabio del mundo generará más de dos millones de resultados en medio segundo. Pero la realidad es que no tiene ni idea. Solo un puñado de altos cargos socialistas que se cuenta con los dedos de una mano conoce el nombre de quién será el candidato o candidata a la alcaldía de la capital de España para las elecciones de mayo de 2023. El hermetismo se ha instalado en la sede nacional y regional. El partido vive en un quién es quién permanente desde el 15 de septiembre. Horas de tertulias. Decenas de noticias. Miles de conjeturas.
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Si se teclea en Google “candidato PSOE Madrid”, el buscador más sabio del mundo generará más de dos millones de resultados en medio segundo. Pero la realidad es que no tiene ni idea. Solo un puñado de altos cargos socialistas que se cuenta con los dedos de una mano conoce el nombre de quién será el candidato o candidata a la alcaldía de la capital de España para las elecciones de mayo de 2023. El hermetismo se ha instalado en la sede nacional y regional. El partido vive en un quién es quién permanente desde el 15 de septiembre. Horas de tertulias. Decenas de noticias. Miles de conjeturas.

No hay un día sin un posible nombre en diferentes medios de comunicación, como si fuera un mercado de fichajes futbolístico. Prácticamente, un ministro al día ―que si Félix Bolaños, Fernando Grande-Marlaska, Margarita Robles, Pilar Llop, Reyes Maroto― algún diputado reconocido, concejales actuales de la corporación, el poeta Luis García Montero. Hay apuestas entre altos cargos del Gobierno. Hasta el mismísimo expresidente José Luis Rodríguez Zapatero —que lo niega— ha estado en el candelero. La realidad se conocerá en unos días. Aunque, según una fuente con mucho peso orgánico en el PSOE, gusta mucho una fecha simbólica: el día 9, que coincide con el Día de la Almudena, la patrona de Madrid.

Los entonces candidatos a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Rafael Simancas (derecha), y a la alcaldía de la ciudad, Trinidad Jiménez, junto al último alcalde socialista de la capital, Juan Barranco (izquierda), en la campaña de 2003. Ricardo Gutiérrez

Más allá de las conjeturas, este es el perfil sobre el candidato o candidata que traza desde su austero despacho una de las “tres o cuatro personas” que conoce el nombre: “Tiene un grado de conocimiento alto entre los ciudadanos. Tanto la militancia como las agrupaciones locales van a interpretar inmediatamente que es una persona comprometida. Ha estado bregando en los barrios de la capital. Cuando a esta persona se le ha pedido ir a un sitio, ha ido siempre durante estos últimos 10 años. Todo el mundo va a entender desde el primer minuto que quiere dedicarse a Madrid. No tiene 70 años. El mensaje es que se va a dedicar a Madrid. Va a estar durante los próximos años porque necesitamos a alguien que aguante. Actualmente, figura en un cargo relevante. En cuando se anuncie, se dirá: ‘¡Claro!’”.

Cambio de táctica

El PSOE se replanteó sus opciones electorales para Madrid a principios de agosto. A partir de ahí todo se precipita. La hipotética candidata hasta la fecha, la actual delegada de Gobierno, Mercedes González, renuncia el 15 de septiembre empujada por la dirección nacional y, sobre todo, regional. “Su conocimiento entre el electorado madrileño era escaso”, recalca un socialista que vio las encuestas internas en verano para justificar el cambio de táctica. “No llegaba al 5%”. Lo mismo sucede con las dos otras ediles del Ayuntamiento que sonaban para la terna: Mar Espinar, la actual portavoz del grupo, y Enma López. “No las conocen, no pueden ser candidatas”, sentencia.

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Juan Lobato, el secretario regional del partido, se reúne entonces con Pedro Sánchez en La Moncloa a primeros de septiembre. Ahí, según esta fuente, plantea dos nombres al presidente del Gobierno con perfiles muy diferentes. El presidente sugiere alguno más, pero finalmente ve con buenos ojos las dos sugerencias de Lobato. Sobre todo, gana el mensaje de que esta vez tendría que pesar más la decisión de la dirección socialista madrileña, más allá de paracaidistas o candidatos mediáticos, como había ocurrido con el exseleccionador de baloncesto Pepu Hernández en 2019, un cabeza de cartel elegido directamente por el presidente.

Pepu Hernández, Pedro Sánchez y Ángel Gabilondo, durante la campaña electoral de mayo de 2019. ULY MARTIN

De los dos nombres sugeridos, uno gustaba más que otro. “Este acepta de inmediato, pero se pacta guardar silencio durante seis semanas”, cuenta quien conoce el nombre de 2023. El otro ni siquiera sabe que estuvo en la preselección. Tras el sí, la estrategia es clara. Hay que potenciar primero la imagen de Lobato entre los madrileños. El candidato a la Comunidad de Madrid tiene en frente a Isabel Díaz Ayuso y a Mónica García, dos pirámides de popularidad entre el electorado. Lobato ha aprovechado estos días para acudir a programas de televisión, pisar la calle y conceder entrevistas en medios nacionales. La fecha límite que marca el partido para conocer los nombres antes de la celebración de primarias es el 20 de noviembre. La previsión es que el candidato municipal se anuncie entre el 5 y el 15 en un acto conjunto con Lobato. La presentación y el lugar no están aún cerrados, aunque sobre la mesa está la icónica plaza del Dos de Mayo.

El desafío para el aspirante es descomunal. La última vez que el PSOE gobernó la capital de España sonaba en la radio Mujer contra Mujer de Mecano, estaba a punto de caer el Muro de Berlín y el Consejo de Ministros de Felipe González aprobaba que la mujer, al fin, entrara en el Ejército. De aquello hace ya 33 años. “La primera regla de un político retirado es no enredar”, recuerda por teléfono Juan Barranco, el último alcalde socialista que tuvo Madrid, entre en 1986 y 1989. “Tengo la impresión de que el partido está cometiendo errores del pasado en esta decisión. Hay que apostar por gente que tenga vocación, sea cual sea el resultado. El Ayuntamiento de Madrid no puede ser una estación de tránsito o un trampolín. Madrid merece ser una dedicación plena. Hay que recuperar la confianza de los madrileños que hemos ido perdiendo año tras año”.

Los números son claros. La más de una veintena de fuentes del partido consultadas reconocen que el PSOE se juega en 2023 su futuro en Madrid, donde ahora mismo es la cuarta fuerza. Hace 19 años, allá por 2003, cosechó 625.148 votos. Desde entonces, ha perdido 401.566 papeletas. O dicho de otra manera: el 64,23% de sus votantes. Aquel año se presentó Trinidad Jiménez con su famosa chupa de cuero negra. La exministra, que ahora trabaja en Telefónica, ha preferido no contestar a ninguna pregunta de este diario.

Zapatero designa a Miguel Sebastián como candidato a la alcaldía de Madrid, en 2007. EFE

El sillón del PSOE en Madrid se parece al banquillo del Real Madrid, donde uno tiene los días contados desde el primer día que acepta el cargo. En 2007 asumió la responsabilidad el economista Miguel Sebastián, a petición del entonces secretario de Organización, José Blanco. “Me propuso Pepe porque hicieron una encuesta interna. Yo estaba de asesor de Zapatero en La Moncloa, pero estaba dispuesto a ello”, cuenta por teléfono. “Hoy toca buscar candidatos en la ciudad. Hay que ir a por perfiles como Manuela Carmena, que se involucren y que se queden”. Sebastián no llegó a recoger el acta de concejal tras las elecciones. A los pocos días pidió su reingreso como profesor en la Universidad Complutense.

De los últimos candidatos, solo dos se han mantenido los cuatro años en la oposición: Jaime Lissavetzky, entre 2011 y 2015, y Antonio Miguel Carmona, de 2015 a 2019. “Lo normal es que se esté ocho años”, cuenta por teléfono ―y ya jubilado―Lissavetzky, que también fue secretario de Estado para el Deporte con Zapatero. “Hay que hacer apuestas de dos legislaturas. El PP lo hizo muy bien con Alberto Ruiz Gallardón, que no ganó hasta las terceras elecciones”.

―¿A qué atribuye esta caída libre de votos?

―Yo soy químico, no politólogo. [Ríe]

Carmona, que ahora ejerce como alto cargo en Iberdrola en España, pero que durante 2015 era una figura en ascenso dentro del partido municipal empujado por el bum de las tertulias televisivas, confiesa que esto no se soluciona con candidatos. “El problema aquí es el PSOE. Quien sea elegido debe quedarse, pero si lo eligen a dedo y luego lo retiran…”.

Antonio Miguel Carmona, junto a la entonces sede de su candidatura al Ayuntamiento de Madrid en 2015.ALEJANDRO RUESGA

Tras Carmona, elegido por el entonces secretario regional Tomás Gómez, el partido volvió a apostar de nuevo por los llamados paracaidistas, figuras alejadas de la política e incluso estrambóticas de la siempre tumultuosa federación madrileña. Sánchez sorprendió a todos con Pepu Hernández, el exseleccionador nacional de baloncesto. Antes se contactó con Vicente del Bosque y con Alfredo Pérez Rubalcaba, que declinaron.

Hernández no ha querido atender a este periódico. Duró dos años (2019-2021). Dejó al partido en cuarto lugar, tras Más Madrid, PP y Ciudadanos. Tras su salida, la edil Mar Espinar tomó el timón del grupo. Todavía no ha descartado si se presentará a las primarias contra el nombre que se conocerá en unos días. “Estoy centrada en trabajar por los madrileños”, dijo el martes. “No me deja tiempo para estar al serial [de nombres diarios que salen en los medios]”.

Los ocho ediles del grupo municipal permanecen expectantes. “Mucha incertidumbre” y que la situación interna es “complicada”, recalcan un par de ellos. Otro veterano concejal apunta: “A mí me gustaría que fuera alguien vinculado al PSOE y a Madrid. Y que se pensara en una apuesta de futuro. Ganar la capital es muy difícil, pero gobernar es accesible. Hay que construir proyectos de futuro”. Mientras tanto, en el palacio de Cibeles se frotan las manos. “Ojalá sea un ministro o una ministra, así las elecciones se medirán en clave nacional y diremos que es un enviado de Sánchez”, cuenta una fuente que trabaja codo con codo con el alcalde, José Luis Martínez-Almeida. “Cuanto más fuerte sea el candidato o candidata, mejor para nosotros”.

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