La Comunidad Madrid confirma oficialmente a los sindicatos que reabrirán los 37 centros de urgencias que cerraron y todos con médicos
Las centrales sindicales consideraban que tener servicios sin médicos, como proyectaba la Comunidad, era una línea roja que no estaban dispuestas a aceptar. El cierre de los centros hace dos años provocó continuas protestas.
La rectificación de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, sobre la reapertura de los 37 Servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP), sin excepción, se ha confirmado con el último paso: el de sentarse a negociar cómo se hará con los sindicatos. Y tiene fecha: a lo largo del mes de octubre, algo que ya anunció la dirigente en el pasado debate de la región. Es un tanto que, p...
La rectificación de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, sobre la reapertura de los 37 Servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP), sin excepción, se ha confirmado con el último paso: el de sentarse a negociar cómo se hará con los sindicatos. Y tiene fecha: a lo largo del mes de octubre, algo que ya anunció la dirigente en el pasado debate de la región. Es un tanto que, por un lado, se apuntan los ciudadanos que salieron a la calle en Getafe, San Fernando de Henares o distintos distritos de Madrid durante los meses de junio y julio gritando en defensa de la sanidad pública. Y otro para la oposición y los representante de los trabajadores, que han presionado para conseguir revertir una de las medidas estrella del Gobierno del PP que anunció a bombo y platillo ante los medios: de los 37 servicios de urgencia extrahospitalarias (de los centros de salud), solo iban a abrir 17, siete de ellos sin médicos. Nada de eso pasará al final. Este jueves, la administración se comprometió con los sindicatos en la mesa sectorial y puso fecha en el horizonte para poner en marcha el nuevo plan. “Ahora ya sí nos lo podemos creer”, aseveró Julián Ordóñez, de UGT, que hasta el momento no se creía las promesas de rectificación lanzadas al aire.
Hay alguna novedad, también es verdad, aunque afectará poco a los pacientes. La nomenclatura de los SUAPS y los SAR (Servicio de Atención Rural) desaparecerá y el servicio se englobará en lo que se conocerá ahora como Puntos de Atención Continuada (PAC). Entre unos y otros, habrá un total de 78 puntos de atención al ciudadano, los mismos que había antes de la pandemia, cuando la Comunidad de Madrid los cerró para mover a sus profesionales al Hospital Enfermera Isabel Zendal (HEIZ). Además, también habrá un cambio más, de carácter administrativo, ya que los PAC (y sus profesionales) pasarán a depender de la Atención Primaria, en lugar de estar bajo la tutela del Servicio de Urgencia Médica (SUMMA 112) como hasta ahora. Sí que habrá algo que afectará directamente a los pacientes: las 19 Unidades de Atención Domiciliaria (UAD) provisionales creadas durante la pandemia se mantendrán bajo la tutela del SUMMA y los nuevos PAC, todos, tendrán una plantilla conformada por médicos, enfermeros y celadores, una línea roja que habían planteado los sindicatos en su negociación colectiva.
“La plantilla de los nuevos PAC estará conformada por las categorías de médico, enfermero/a y celador), todos ellos profesionales de los SAR y el personal de los SUAP desplazados forzosamente en el Zendal”, festejaba este jueves Mariano Martín-Maestro, portavoz de CC OO. La intención, recalcaba, es que la apertura se produzca durante el mes de octubre. “Y se negociará en mesa sectorial el proceso de creación y modificación de plantilla, la reordenación de efectivos, la nueva jornada de trabajo y los complementos salariales”, insistió, algo que la Administración se ha comprometido a hacer.
Julián Ordóñez, de UGT, que a finales de junio se mostró incrédulo ante la promesa de Ayuso de dar marcha atrás, también celebraba lo que considera “el éxito de los ciudadanos, de que la gente salga a la calle a protestar por algo”. Aunque puede que lo que hay detrás de esa rectificación, añadía, esté más relacionado con una campaña electoral que empezará dentro de nada. “Pedir el voto con gente protestando en la calle por algo como la sanidad no queda muy bien”, ironizaba.
“A pesar de nuestras dudas previas nos han planteado un cambio de modelo. Ya veremos cómo se va desarrollando”, añadía Ángela Hernández, secretaria general del sindicato de médicos Amyts, “porque no nos han aportado ninguna documentación”. “Hay una oportunidad [de hacerlo bien]. A nosotros nos gustaría que se abriera una negociación seria y consensuada del plan, que lleva sin negociarse desde el 2007 y parece que ahora desde la consejería quieren correr un poquito más, quizás por tiempos políticos”, añadía.
El origen de la polémica comenzó hace dos años, cuando se cerraron los 37 SUAP para derivar a sus trabajadores por cuestiones organizativas. Durante todo este tiempo, muchas han sido las protestas de ciudadanos y trabajadores para que volvieran a abrir a sus puertas. Pero la bomba estalló el pasado 20 de junio. La Comunidad de Madrid anunció entonces que iba a cambiar el modelo de las urgencias extrahospitalarias ahora que ya había pasado el pico más alto la pandemia de coronavirus. Y eso, a pesar de que la tensión se notaba en las urgencias hospitalarias, que asumían a todas aquellas personas que antes del 22 de marzo de 2020 acudían a su centro de salud, cuando se bajó la persiana en principio de forma temporal.
Lo temporal se convirtió en definitivo. El consejero de sanidad, Enrique Ruiz Escudero, reunió a la prensa para contar su plan, y lo hizo de la mano del entonces director general de Asistencia Sanitaria de la Administración, Jesús Vázquez, uno de los ideólogos de la nueva estructura. Ambos desgranaron lo que horrorizó a oposición, sindicatos y pacientes: de las 37 urgencias de los centros de salud iban a desaparecer del todo y, en su lugar, abrirían solo 17 puntos de atención de urgencias, 10 de ellos con médicos y siete solo con enfermeras, y que llevarían hasta un nombre nuevo: centros de atención continuada (PAC).
Desmantelamiento de la red
Las protestas no tardaron en llegar. Las calles se llenaron de gritos por lo que, entendían los manifestantes, era un desmantelamiento de la red de la sanidad pública. La presidenta experimentó un conato de rechazo entre algunos vecinos del distrito de Vallecas, que la increparon cuando fue a principios de julio a visitar un supermercado.
“Lo que estamos viviendo en estos días es una utilización de los centros sanitarios por parte de la izquierda y, en concreto, los alcaldes de izquierdas de la Comunidad de Madrid, que ya se han organizado para ello y que están utilizando instalaciones públicas, correos del Ayuntamiento, cuentas públicas de redes sociales para hacer campaña contra la Comunidad de Madrid”, insistió entonces la presidenta, sin mencionar las imágenes que se estaban publicando en diferentes medios como EL PAÍS sobre las largas colas de pacientes esperando en las urgencias de los hospitales madrileños. “Lo único que hace es trasladar una imagen falsa de la Sanidad Pública de la Comunidad de Madrid, que es de las mejores del mundo”.
De las mejores del mundo o no, diez días después del anuncio del nuevo plan de las urgencias extrahospitalarias, Ayuso anunció una marcha atrás. Poco después, a finales de julio, se anunció el cese de Jesús Vázquez como director general de Asistencia Sanitaria de la Administración. Y ahora la rectificación ya es efectiva: el nuevo plan, que tiene en cuenta a todos los centros, comienza, previsiblemente, durante el mes de octubre.
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