Ayuso acusa a Vox en el Parlamento regional de perjudicar la convivencia en Madrid con su estrategia política

La presidenta choca con su socio en la Asamblea, donde Monasterio la culpa de no tomar medidas para evitar incidentes como los vividos en París, en la final de la Champions

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, interviene en el pleno de la Asamblea de Madrid este jueves.Miguel Osés (EFE)

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, abre en canal la alianza del PP con Vox en Madrid mientras este jueves muestra en la Asamblea todos los conflictos larvados entre dos socios mal avenidos. Ocurre que este mes hay elecciones en Andalucía, y que para las de Madrid queda menos de un año. Que los dos partidos pelean por seducir a los mismos votantes. Y que toda la tensión acumulada por las seman...

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La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, abre en canal la alianza del PP con Vox en Madrid mientras este jueves muestra en la Asamblea todos los conflictos larvados entre dos socios mal avenidos. Ocurre que este mes hay elecciones en Andalucía, y que para las de Madrid queda menos de un año. Que los dos partidos pelean por seducir a los mismos votantes. Y que toda la tensión acumulada por las semanas de campañas electorales pasadas y futuras estalla cuando Rocío Monasterio, la portavoz de la extrema derecha, dibuja un Madrid apocalíptico e inseguro, en el que en breve, dice, pueden vivirse episodios como los del pasado fin de semana en París, donde se sucedieron los robos y las peleas alrededor de la final de la Champions (Real Madrid, 1-Liverpool, 0).

“Muchos madrileños han visto el horror de Saint-Denis”, dice Monasterio sobre el departamento parisino en el que se disputó el partido. “Han visto cómo mujeres eran abusadas, cómo gente era atracada, y rodeada, y estos franceses de origen africano que atacaban a todos los madrileños que iban allí es lo que tendremos en los barrios de Madrid si usted no toma medidas”, advierte a Ayuso. “Vox tomará medidas”, anuncia. “Usted no se atreve hacerlo. Y no queremos acabar como Saint-Denis”.

Quejas a gritos

Esa breve intervención, oculta en una más larga relacionada con las rebajas de impuestos, incendia inmediatamente la Cámara autonómica. Serigne Mbayé, diputado de Podemos nacido en Senegal, al que Monasterio ya dirigió alusiones racistas en junio de 2021, se queja a voz en grito mientras la presidenta de la Cámara, María Eugenia Carballedo, le reclama silencio. A sus gestos le acompañan los de otro compañero de partido, Jacinto Morano, que no da crédito ante lo que está oyendo. El momento provoca una rara coincidencia. Pocas veces habrán coincidido en los últimos años Podemos y Ayuso, que toma la palabra para dirigirse a su socia en los términos más duros.

“No pierden la oportunidad de hacer siempre lo mismo, de provocar de la misma manera y de mezclarlo todo”, lamenta la líder conservadora, que ya se quejó en un pleno anterior de que Vox ponga en la diana constantemente a los menores extranjeros no acompañados que llegan a la región. “Me parece absolutamente irresponsable”, subraya. “Debe ser que en los grupos de trabajo [electorales] les dicen que arremeter de una determinada manera contra la emigración les da votos”, sigue, vinculando la intervención de Monasterio con las elecciones autonómicas de Andalucía. “Pues bienvenidos a una política que a mí me parece que es nefasta, y que crea muchísimo más perjuicio a la convivencia en la Comunidad de Madrid que soluciones”, remarca. “Porque si usted fuera a la raíz de los problemas, y quisiera realmente acabar con ellos, a mí no me vendría a hablar de políticas que no tienen nada que ver con la Comunidad de Madrid (…) De mí depende la integración, dar oportunidades a todos los ciudadanos. ¡Qué irresponsabilidad!”.

Cultura de la violación

El choque culmina varias semanas de desencuentros entre dos partidos que juegan constantemente al gato y al ratón. El PP ha rechazado apoyar distintas propuestas de Vox sobre rebajas impositivas. Por su parte, Vox ha amagado con tumbar leyes del PP, para finalmente apoyarlas, como ocurrió con la ley de autonomía financiera. El balance no es solo un reflejo de quién tiene en este momento la sartén por el mango (Ayuso), sino también de lo difícil que resulta el día a día de una legislatura en la que el PP no tiene mayoría absoluta, pero gobierna como si la tuviera. Con el resultado de las elecciones de 2021 como trampolín, y las de 2023 como acicate, la formación conservadora actúa en el Parlamento regional con agresividad. Hasta el punto de que este jueves en la sesión de control al Gobierno la presidenta parece fiscalizar a la oposición, en lugar de que ocurra lo normal, que es lo contrario.

“Hacen política muy baja, de muy poco nivel”, le espeta la presidenta a Alejandra Jacinto, coportavoz de Podemos, que la había acusado antes de fomentar la cultura de la violación por haber llamado, en la sesión de la semana pasada, “malcriadas” a las feministas y tildar de frívola la ley del aborto.

“Son unas manifestaciones asquerosas”, le afea Jacinto a la presidenta. “Según usted, ¿qué cree que nos debe pasar a las mujeres que volvemos a nuestras casas después de habernos tomados unas copas? ¿Cree también que es propio de malcriadas llevar minifalda? Tiene la oportunidad de rectificar”, insiste. “¿Retira usted sus palabras?”

Y no, Ayuso no las retira. Al contrario, responde al ataque. Lo mismo ocurre cuando interviene Juan Lobato, portavoz del PSOE. O cuando Monasterio, líder de Vox, le afea su política económica: ”[Muchos de los cargos de Vox] no se fueron del PP a Vox por principios, sino porque se quedaban fuera de las listas. Dar lecciones de principios ahora me parece tremendo”, espeta la presidenta.

Mónica García, durante su intervención en la sesión de control. Miguel Osés (EFE)

Todo ello se suma para que Mónica García, la portavoz de Más Madrid, tire de ironía cuando llega su turno en la sesión de control. “Ya que viene todos los jueves a hacer de oposición de la oposición, qué le parece si hago yo de presidenta y ocupo la vacante que lleva vacía tres años”, le suelta a Ayuso.

No parece que a la presidenta le haga gracia la broma. Al poco abandona el pleno. Tiene una larga lista de tareas, según transmite una fuente de su confianza: reorganizar el grupo parlamentario (en el que Pedro Muñoz Abrines será el nuevo portavoz); el partido (con una convención en octubre) y el Gobierno (prevé cambios en cargos intermedios). Todo, con una meta: impedir el crecimiento de Vox en Madrid para intentar llegar a la mayoría absoluta en las elecciones de 2023.

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