Los osos y madroños homenajean a los héroes de la pandemia de Madrid

Chulapo por un lado, chulapa por el otro. El oso y el madroño nunca ha sido tan madrileño como en la escultura de Jorge Gil, uno de los ganadores del certamen de diseño ¡Muchas gracias, Madrid!, organizado por EL PAÍS y la Cadena SER, en colaboración con el Ayuntamiento de Madrid, para rendir homenaje a los héroes y colectivos profesionales que estuvieron en primera línea en la lucha contra la pandemia. Gil, hijo de madre gata y de padre burgalés, contempla su diseño transformado en realidad: un oso que viste el típico traje de la capital y que, a través de un beso, da las gracia...

Chulapo por un lado, chulapa por el otro. El oso y el madroño nunca ha sido tan madrileño como en la escultura de Jorge Gil, uno de los ganadores del certamen de diseño ¡Muchas gracias, Madrid!, organizado por EL PAÍS y la Cadena SER, en colaboración con el Ayuntamiento de Madrid, para rendir homenaje a los héroes y colectivos profesionales que estuvieron en primera línea en la lucha contra la pandemia. Gil, hijo de madre gata y de padre burgalés, contempla su diseño transformado en realidad: un oso que viste el típico traje de la capital y que, a través de un beso, da las gracias a todos los trabajadores esenciales, representados en la cima del madroño. “Cuando decidí participar, no pensaba en ningún momento que iba a ganar. Lo hice porque sentí que era importante darles las gracias por cómo nos cuidaron”, comenta el diseñador, que este viernes ha acudido a la inauguración de esta exposición a cielo abierto para ver su obra.

El paseo central del Matadero acogerá hasta el 19 de diciembre las 40 reproducciones de la célebre estatua de Antonio Navarro que artistas aficionados o profesionales han versionado de forma original. Además de los creadores y de los numerosos curiosos que este viernes paseaban por el Matadero, han acudido a la inauguración algunos de los miembros del jurado del concurso, como la delegada de Cultura, Turismo y Deporte, Andrea Levy; la policía municipal Ana Padilla y, en representación de los ciudadanos, Juan Altares, que se infectó de covid. En nombre del diario EL PAÍS y de la Cadena SER —cuyas respectivas directoras, Pepa Bueno y Montserrat Domínguez, formaron parte del jurado—, acudieron a la inauguración la directora adjunta de EL PAÍS Eugenia de la Torriente y la directora de Radio Madrid, Gema Rodríguez. También el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, ha sido miembro del jurado, y este viernes se acercó a conocer a algunos de los ganadores del concurso durante la inauguración de la exposición.

“A la hora de elegir, los jurados tenían una visión y una experiencia muy distinta, aunque todos de alguna forma hemos tenido que lidiar con la covid”, explica Altares, cuya experiencia como paciente grave de covid fue recogida en un reportaje de EL PAÍS. “Por mi parte, me dejé guiar por mis sensaciones y me fijaba mucho en lo que me transmitía la imagen, aunque en algunos casos los textos eran esenciales para entender el mensaje de los creadores”.

Cada una de las estatuas se erige sobre un pedestal con las mismas medidas que el oso y el madroño original, ubicado en la Puerta del Sol desde 1967. Agradecimiento, pero sobre todo esperanza, son los mensajes que más destacan entre las 40 esculturas. Los hermanos Paloma y Vicente Delgado ganaron el primer premio del concurso. El jurado ha premiado su proyecto —que bajo el título El cielo de Madrid te ama reproduce una estatua con nubes y un corazón en la espalda del oso— por la universalidad de su mensaje, a pesar de la sencillez. “Porque con poco, transmite mucho. Es un diseño que abraza a todos, transmite esperanza y refleja a todo el mundo”, recogió el acta de la votación.

Algunos de los osos llevan las mascarillas y los uniformes de los sanitarios, en otro están representados los balcones llenos de flores desde donde se aplaudía a las ocho de la tarde durante el confinamiento. O colchones donde por fin se puede descansar después de un duro día de trabajo, como en el proyecto de Justina Arranz (92 años), la más anciana de todos los concursantes. “En todos los meses de confinamiento, siempre estuve buscando algo que hacer, una forma de expresar mi agradecimiento”, afirma Arranz en su casa en el distrito de Tetuán. No ha podido participar en la inauguración de este viernes por razones de salud, pero se emociona al ver las fotos de la escultura de su proyecto que le enseñan sus hijas.

El madroño de Andrea Wizner es la barrera contra el virus, que se va entrelazando poco a poco con las raíces del árbol, mientras que en el oso están retratadas las caras de los sanitarios, trabajadores de la limpieza, policías y conductores de metro. “No contaba con las dificultades que iban a tener los artistas a la hora de pintarlo a mano”, admite Wizner. “El resultado es increíble, me hubiera gustado que hubieran estado aquí hoy para darles las gracias”. El trabajo de trasladar los proyectos ganadores desde el papel al formato 3D ha sido llevado a cabo por cinco artistas de la empresa madrileña Porexplan Decoración Temática. Las copias están compuestas de materiales resistentes que aguantan a la intemperie, ya que a partir del 10 de enero y hasta el 18 de febrero se podrán admirar en diferentes calles y plazas de los 21 distritos de la capital. Algunas de estas estatuas han sido adquiridas por empresas ―Ford, Santander, El Corte Inglés, BBVA, Carrefour, Ecoembes e Iberia— que, además de haber patrocinado su creación, destinarán una parte de los ingresos a fines benéficos.

En la base de las esculturas se encuentra una placa con el nombre de los dibujantes y el mensaje de agradecimiento que han querido transmitir. Javier Serra estudia diseño industrial y con su obra ha querido subrayar la importancia del Metro de Madrid, que ha conectado a los madrileños durante la pandemia y ha permitido acercar a los trabajadores esenciales a sus lugares de trabajo. La inspiración vino de la cantidad de horas pasadas en el transporte público para llegar a la universidad, sobre todo en la línea 3, cuyo color amarillo destaca sobre el negro del oso. “Quise homenajear incluso a los distribuidores que han abastecido los supermercados, todos han sido esenciales para que el mundo siguiera girando”, concluye.

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