Madrid-Nueva York-Washington-Valencia: el maratón de siete días de Díaz Ayuso
La presidenta regional, distinguida como maratoniana de honor por la prueba de la capital, llena de compromisos su agenda en plena lucha por controlar el PP de Madrid
Hubo un día en el que Isabel Díaz Ayuso rompió a llorar delante de dos señoras. Estaban casi solas. En la meta de una media maratón. Acalambrada, llegaba de las últimas. “Con heridas de guerra”, rememora. El atleta Chema Martínez la escucha contarlo este viernes, embutido en una chaqueta color plata, que para eso está aquí quien fuera el segundo mejor maratoniano de Europa. Y no pierde ripio. Siente, dice luego, que ...
Hubo un día en el que Isabel Díaz Ayuso rompió a llorar delante de dos señoras. Estaban casi solas. En la meta de una media maratón. Acalambrada, llegaba de las últimas. “Con heridas de guerra”, rememora. El atleta Chema Martínez la escucha contarlo este viernes, embutido en una chaqueta color plata, que para eso está aquí quien fuera el segundo mejor maratoniano de Europa. Y no pierde ripio. Siente, dice luego, que en esas palabras hay verdad y dolor, alegría y sudor, el esfuerzo del corredor popular. Mientras Díaz Ayuso recibe el título de maratoniana de honor del Maratón de Madrid, los presentes atienden embelesados a la presidenta, como si fuera una mezcla de la política Margaret Thatcher y de la maratoniana Paula Radcliffe. Y le dedican hipérboles y alabanzas, almíbar sobre almíbar, para agasajarla.
―Estamos dirigidos por una presidenta que aglutina los mejores valores tanto del deportista como del servidor público: trabajo, dedicación, constancia y solidaridad, dice el maestro de ceremonias. Por ello estamos orgullosos de entregarle el título de maratoniana de honor.
Es una distinción más de las que ha recibido Díaz Ayuso en los últimos días, convertida en el sol que más calienta, al que se acercan todos para que les proporcione la foto y los minutos en los informativos que a lo mejor no tendrían solos. Y ella, claro, se deja. Díaz Ayuso cabalga la ola de la fama sin decirle no a nada. En el corazón de su estrategia está la máxima ocupación posible de los espacios mediáticos, según reconocen dos de sus antiguos asesores. Cuanto más, mejor. Y se aplica a la tarea con entusiasmo, por tierra, mar y aire, entregada a la propaganda, también ahora, que se ha lanzado a la pelea por controlar el PP de Madrid.
Maratón político
Este viernes le ha tocado al maratón. El martes fue el premio del torneo de fútbol cadete Vicente del Bosque. Hace una semana, el premio Llama de la Libertad, del Instituto Bruno Leoni. En medio, aperturas de cursos universitarios, charlas ante estudiantes, visitas a ferias. Siempre perseguida por las cámaras, como volverá a ocurrir en los próximos días. De Madrid a Nueva York y Washington, la presidenta regional inicia este sábado un viaje por EE UU que cerrará para volar a Valencia y participar en la convención nacional del PP. Todo en siete días.
Un maratón político al que hace de previa la ceremonia del maratón deportivo. A ella llega este viernes Díaz Ayuso subida a dos tacones finos como agujas.
―Antes corría mucho, lanza a la puerta del acto, como queriendo explicar que la distinción como maratoniana de honor tiene total sentido, que ella también es y ha sido corredora, que sabe, como los que la acompañan, que Madrid es un infierno de cuestas, diseñado sin querer para que su maratón rompa las piernas de los corredores, y con ellas sus esperanzas.
Díaz Ayuso recoge un trofeo y una medalla, posa con una camiseta del maratón, y luego avanza hacia el micrófono pisando con paso decidido la alfombra roja. Es ahí, mientras los atletas extranjeros le miran sin saber quién es, que para eso vienen de Kenia y Etiopia, cuando intenta contar sus verdades, compartir sus dolores, y recordar sus batallas.
“La última media maratón, cuando llegué a la meta, casi sola, debí ser de las ultimas”, recuerda. “Había dos señoras esperándome, aplaudiendo, emocionadas, me puse a llorar”, sigue. “Esos calambres que te duran dos días te llenan de orgullo. Ya van para toda la vida. Son heridas de guerra”.
Coral Bistuer, que fue estrella del taekwondo, luego rostro televisivo, y ahora es alto cargo de la Comunidad, asiente a cada afirmación de la presidenta. Marta Rivera de la Cruz, la consejera de Cultura, también muestra su respaldo. Díaz Ayuso, que grabó su último video electoral corriendo, se despide sin prisa. De corrillo en corrillo, atiende a todos. En la calle, no esprinta. En el maratón de la política, ella compite metro a metro, y con objetivos muy distintos a los que tenía como atleta.
El sábado viaja a Estados Unidos. De allí volará a la convención nacional del PP. Señales todas de que trabaja para que cuando llegue a donde está yendo ya no haya solo dos señoras. Quiere ser la primera en la línea de meta, sea esta la de las primarias del PP de Madrid, la de las elecciones autonómicas de 2023, o cualquier otra. Y por eso tiene la agenda pública con más actos, ceremonias, intervenciones y entregas de premios de cualquier político de España.
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