El grito desgarrador y valiente de Ana Rayo

La actriz lleva a los escenarios ‘Despierta’, en la que recorre su propia historia marcada por una educación machista y el intento de asesinato de su madre

La actriz Ana Rayo presenta 'Despierta', su próximo monólogo en el escenario del Teatro Español.Jesús

“No me voy a callar nunca…ni muerta”. Las últimas palabras del desgarrador monólogo que la actriz Ana Rayo lleva al teatro tienen eco luego en su camerino. “Nunca me callaré. Espero que muerta sigan resonando mis palabras”. Ana Rayo se abre en canal sobre el escenario, donde cuenta su historia real de educación y estereotipos machistas, de insultos y vejaciones, trastornos alimentarios, terapias y del intento de asesinato de su madre por su compañero sentimental. Las voces y pensamientos de su madre, Luz se llamaba, se cuelan en esta confesión, seca y cruda, que combina mucho dolor y ternura y...

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“No me voy a callar nunca…ni muerta”. Las últimas palabras del desgarrador monólogo que la actriz Ana Rayo lleva al teatro tienen eco luego en su camerino. “Nunca me callaré. Espero que muerta sigan resonando mis palabras”. Ana Rayo se abre en canal sobre el escenario, donde cuenta su historia real de educación y estereotipos machistas, de insultos y vejaciones, trastornos alimentarios, terapias y del intento de asesinato de su madre por su compañero sentimental. Las voces y pensamientos de su madre, Luz se llamaba, se cuelan en esta confesión, seca y cruda, que combina mucho dolor y ternura y grandes dosis de humor. Despierta, bajo la dirección de Natalia Menéndez, estrena temporada en la sala pequeña el Teatro Español, donde se representará desde el día 10 de septiembre hasta el 31 de octubre.

No fue ni la rabia ni el dolor lo que le llevó a Ana Rayo (Madrid, 1971) a escribir su propia vida, que es todo un repaso a la historia de la mujer en España. “Fue la necesidad. Cuando me puse a escribir solo me salía esta historia y solo me hablaba mi madre. Tomé conciencia de que es tan potente la historia que hemos vivido mi madre y yo, tiene tanto que ver con lo que le ha pasado a las mujeres y a nuestro país, que no tuve más remedio que escribirla. Pensé que iba a ser útil a más mujeres”. La madre de Rayo murió en 2015, tras 18 años con una incapacidad física del 98% y sin daños cerebrales, tras ser atacada a las puertas de la comisaría de policía de Fuengirola (Málaga) por su compañero sentimental, danés para más señas, que había asesinado a otra mujer en su país de origen.

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Entre bailes, risas, zapatos de tacón o pies descalzos, en un escenario que puede ser un barco o a una casa, con cajones que esconden sorpresas, Rayo cuenta anécdotas terribles, como que, tras un intento de suicidio de su madre, cuando ella tenía dos meses, pasó tres días sin comer ni beber, sin que nadie la atendiera, hasta que su padre se decidió a llamar a su abuela, o cuando, con seis años, descubrió asombrada a su madre acercarse a un piano en una tienda y empezar a tocarlo. “Ella tenía la carrera completa de piano y nunca la dejaron ejercer, ni trabajar”, recuerda la actriz.

El desgarro de Ana Rayo ya lo vivió. Ahora en el escenario, dice que la función es sanadora. “Para llegar hasta aquí, para poder hacerlo desde la alegría, creo que hay que sanar mucho antes. Me está costando mucho el duelo de mi madre. Lo que me ha ayudado a soportar el dolor o a sentirlo es entender los porqués. Entender que mi madre no fue una mala persona porque me dejó tres días sin comer o mi padre no es un capullo porque fuera incapaz de cogerme en brazos. Todo empieza en la educación. La educación es igual de mala para hombres y mujeres. Los hombres se sienten unos privilegiados, pero la mayor parte de ellos son unos cobardes porque no saben enfrentarse a las emociones. A mi madre la educaron para someterse. Mi madre se liberó en la forma, pero en la realidad nunca fue libre”, explica la actriz, que se ha enfrentado a diferentes opiniones en su familia acerca de esta confesión pública. “Esto no es una sorpresa para ellos. Me conocen y saben que yo nunca me he escondido de nada”.

La actriz Ana Rayo presenta 'Despierta', su próximo monólogo en el escenario del Teatro Español.Jesús Ugalde

El ensayo del pasado martes terminó, en un rincón oscuro del teatro, con un largo abrazo entre la intérprete y la directora, que terminó con risotadas y ojos llorosos. Poco después, en el camerino, Natalia Menéndez, que conoció a la madre de la actriz, aseguraba que la historia de Ana Rayo, “un parque temático de emociones, mezcla de ternura, tragedia, humor y crítica”, tiene mucho que ver con su manera de enfrentarse a la vida. “Mis tripas están también aquí” decía la directora del Teatro Español. “Ya basta” añade Menéndez, para quien esta confesión más allá de la denuncia de la violencia machista y se adentra en la educación “errada y equivocada” que las mujeres, recibimos en este país. “Tenemos que cambiar las formas educativas. Solo cuando entendamos que somos iguales en derechos y obligaciones podremos avanzar. Despierta es un grito hacia una educación en igualdad. Así lo entiendo yo. Es evidente que estamos ante una historia personal de dolor y tragedia, pero hay una reflexión de cuando empieza todo esto y porqué”, asegura la directora de escena, para quien la defensa del feminismo y la educación en igualdad es tan frágil que no se puede bajar la guardia.”

Despierta, la palabra que le susurraba Ana Rayo a su madre en coma, no solo denuncia el maltrato machista, sino el mal trato. “Estamos programados para ser machistas, homófobos y racistas. Todos nosotros. Nos han educado para no tolerar ninguna diferencia. Reflexionemos sobre cómo cada uno de nosotros podemos mejorar la sociedad para que convivamos todos, una sociedad en la que todos nos sintamos bien. Y el mal trato hacia los demás. Yo he hablado muy mal a la gente y me he ido transformando y dándome cuenta del peso que tienen las palabras”.

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