Madrid 360, un plan con vistas a todos

Cuando llegamos a Cibeles en junio de 2019 nos encontramos con una política medioambiental deficiente, cegada, limitada a 472 hectáreas de la ciudad y exclusiva para 150.000 vecinos, en un territorio que abarca 128 veces más (60.437 hectáreas) y tiene 3.300.000 habitantes. Descubrimos una bandera medioambiental, la de Madrid Central, hilvanada sobre retazos electorales; una “medida estrella” que se activó de manera acelerada como estandarte frente a las urnas y, más allá del marketing que le...

Cuando llegamos a Cibeles en junio de 2019 nos encontramos con una política medioambiental deficiente, cegada, limitada a 472 hectáreas de la ciudad y exclusiva para 150.000 vecinos, en un territorio que abarca 128 veces más (60.437 hectáreas) y tiene 3.300.000 habitantes. Descubrimos una bandera medioambiental, la de Madrid Central, hilvanada sobre retazos electorales; una “medida estrella” que se activó de manera acelerada como estandarte frente a las urnas y, más allá del marketing que le rodeó para soportar los mítines de campaña de Más Madrid, en la práctica hacía aguas por la imperfección, la insuficiencia y los agujeros legales con los que había sido fabricada.

El sistema estaba tan trufado de fallos que no aguantó ni el primer mes en el que se encendieron las cámaras para sancionar. En consecuencia, el Ayuntamiento se vio obligado a anular las primeras 6.600 multas que emitió. Tampoco resistió el escrutinio de los tribunales por sus defectos de forma. Madrid Central no muere porque el Partido Popular lo llevara ante la Justicia, como también lo hicieron otras entidades y la Administración regional, sino porque sus creadores ondearon su bandera con mucha prisa, a media asta y con una nefasta gestión.

Desde el momento en que José Luis Martínez-Almeida tomó el bastón de mando, la política medioambiental se convirtió en una urgencia para cumplir con nuestras obligaciones comunitarias. En julio de 2019, la Comisión Europea comunicó a España que llevaría al país ante el Tribunal de Justicia de la UE por incumplir reiteradamente los límites de NOx en Madrid y Barcelona desde 2010 a 2017. Nuestros antecesores fueron incapaces de tejer en cuatro años medidas que de verdad contribuyeran a rebajar las emisiones contaminantes en toda la ciudad.

En septiembre de 2019 presentamos la Estrategia de Sostenibilidad Ambiental Madrid 360, que reúne las medidas más ambiciosas para luchar contra la contaminación que nunca antes ha tenido el Ayuntamiento. Madrid 360 no solo incluye una mejorada zona de bajas emisiones en el distrito Centro, incorpora una restricción gradual a los vehículos más contaminantes por todo el territorio. Nuestra política medioambiental no libra una batalla enfermiza contra el coche, porque el coche no es el problema, sino las emisiones que empeoran nuestra calidad del aire. Y ahí es donde hay que poner el foco: en promover el uso de tecnologías limpias y sostenibles, tanto en el transporte como en otras fuentes emisoras.

Madrid 360 nace para cumplir con Europa y convertir nuestra ciudad en capital de la movilidad sostenible, ofreciendo a los ciudadanos todas las alternativas en sus desplazamientos que contribuyan a la consecución de estos dos objetivos, haciendo compatible la mejora de la calidad del aire con las necesidades de movilidad de cada individuo. Y, en este sentido, estamos satisfechos del balance que en tan solo dos años ofrecemos a los madrileños.

El verano pasado peatonalizamos la Puerta del Sol, actuación que se está implementando en zonas demandadas de los 21 distritos. La bicicleta tiene cada vez un papel más protagonista en la ciudad e incentivamos su uso para que la tendencia siga ascendente: BiciMAD cuenta con 90 estaciones más -frente a las dos que se inauguraron en el anterior mandato-, alcanzando las 258 ubicaciones y cinco distritos nuevos; continuamos con la construcción de carriles bici, el más importante, el de Castellana, que constituirá el eje vertebrador de la movilidad ciclista y cuyas obras iniciaremos en este ejercicio.

Las obras del Nudo Norte, que ya están a pleno rendimiento, permitirán descongestionar el punto con más tráfico de toda España. En paralelo a su desarrollo, este año vamos a conseguir inaugurar tres aparcamientos multimodales para disuadir a los vehículos privados de llegar a la almendra central -el primero de ellos esta misma semana-, construcciones que tampoco pudo ejecutar el Gobierno de Carmena. También hemos reservado 110 millones en ayudas para que se produzca un trasvase hacia vehículos limpios (privados, taxis, autobuses, de mercancías) e impulsar la electromovilidad con la electrificación real de Madrid.

La promoción del transporte público es un hecho incontestable: hemos creado las Líneas Cero, las primeras dos líneas gratuitas de la EMT que tiene la ciudad, y, en total, se han puesto en marcha seis nuevas líneas y 45 kilómetros de carril bus adicionales. En 2023, no habrá un solo autobús de la EMT que funcione con diésel.

Aprovecho estas líneas para trasladar a los madrileños que estamos volcados en la lucha contra el cambio climático. En solo dos años vamos a ser capaces de aprobar las dos ordenanzas que sustentan las medidas más potentes de Madrid 360 para hacer frente a las mayores fuentes contaminantes: la Ordenanza de Calidad del Aire y Sostenibilidad -obtuvo la luz verde con la única oposición de Más Madrid en marzo-, que prohibirá las calderas de carbón desde el próximo año, y la Ordenanza de Movilidad Sostenible -que llevaremos a aprobación inicial en junio-, posibilitando volver a activar cuanto antes una nueva zona de bajas emisiones en Centro y la creación de otra en Plaza Elíptica, el punto de mayor contaminación que tiene Madrid, ofreciendo seguridad jurídica a nuestros ciudadanos.

Tenemos las herramientas y la capacidad de gestión. Madrid 360 es un plan efectivo, integral y no discriminatorio. Madrid 360 es un plan, por fin, con vistas a todos.

Borja Carabante, Delegado de Medio Ambiente y Movilidad en el Ayuntamiento de Madrid

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