Alejandra Jacinto, el fichaje estrella de Pablo Iglesias para Madrid
De 31 años, madrileña, licenciada en Derecho y Ciencias Políticas, es una de las imágenes del activismo por la vivienda en la región
Cinco policías antidisturbios se colocan frente a un portal de Lavapiés. Una muchedumbre de casi un centenar de personas se dirige hacia ellos coreando con fuerza: “¡Vergüenza!, ¡vergüenza!”. La tensión es máxima. Pepi, una vecina de 65 años, baja despacio las escaleras de su casa con una chaqueta roja. Acaba de ser desahuciada y quiere hacer unas declaraciones a los activistas que han tratado de impedirlo. Asoma la cabeza en el portal con la voz quebrada:
― ¡Habéis hecho lo que nadie hace!
Compungida, mira a todos lados: “Me habéis arropado. Valéis mucho. Venga, muchas gracias”....
Cinco policías antidisturbios se colocan frente a un portal de Lavapiés. Una muchedumbre de casi un centenar de personas se dirige hacia ellos coreando con fuerza: “¡Vergüenza!, ¡vergüenza!”. La tensión es máxima. Pepi, una vecina de 65 años, baja despacio las escaleras de su casa con una chaqueta roja. Acaba de ser desahuciada y quiere hacer unas declaraciones a los activistas que han tratado de impedirlo. Asoma la cabeza en el portal con la voz quebrada:
― ¡Habéis hecho lo que nadie hace!
Compungida, mira a todos lados: “Me habéis arropado. Valéis mucho. Venga, muchas gracias”. Y cierra la puerta. Sucedió una mañana de febrero de 2019. Este era el séptimo y último intento de desahucio que vivió la madrileña Josefa Santiago, Pepi. Entre aquella multitud se encontraba una de las pocas personas que logró frenar el primero, el segundo, el tercero, el cuarto, el quinto y el sexto. Era su abogada, Alejandra Jacinto, que por aquel entonces tenía 28 años: “Hemos intentado entrar para hablar en la comisión judicial porque somos partes personadas en la causa”, dijo. “No nos han dejado estar presentes, poniendo de manifiesto una irregularidad más en este procedimiento”. Dos años después, esta letrada madrileña es el fichaje estrella e independiente de Pablo Iglesias para la Comunidad de Madrid.
Hija de un periodista de radio y de una funcionaria del Estado, ha dado el salto a la política de la mano de Unidas Podemos. Madrileña, de 31 años y con una hija de solo cuatro meses, ocupará uno de los cinco primeros puestos de la lista a la Asamblea. Jacinto estudió Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Autónoma; una doble licenciatura que terminó en 2012 y que le permitió entrar inmediatamente en el mundo laboral. “Me dijo que estaba buscando algún despacho para iniciarse”, cuenta el letrado Javier Rubio, su primer jefe, con el que había coincidido unos meses antes en una manifestación contra las preferentes de Bankia.
“Con la llamada, volví a detectar que era una persona fuerte y con muchas cualidades para la abogacía comprometida”, dice. Rubio y Jacinto coincidieron en el Centro de Asesoría y Estudios Sociales, una cooperativa integral de profesionales y usuarios para la defensa de los Derechos Humanos desde dentro de los movimientos sociales.
Nadie sabe con certeza de dónde le sale a la futura diputada este activismo por la vivienda. Jacinto no ha sufrido ningún desahucio de cerca. Su entorno cuenta que ha vivido de alquiler en Lavapiés, Legazpi y Atocha. Eso sí, cuando se independizó hace ocho años, tuvo que regresar a casa de sus padres porque el casero le subió de golpe el precio del alquiler. La vivienda en Madrid no marida con la juventud.
Hace un año, EL PAÍS publicó un estudio que indicaba que una pareja de menos de 35 años y con ingresos medios solo podía encontrar un alquiler asequible en 13 de los 128 barrios de Madrid. Hace diez días otra noticia económica indicaba que un trabajador medio tarda siete años en juntar el dinero necesario para pedir una hipoteca con su salario. Más datos. Solo uno de cada cinco jóvenes pueden emanciparse en la región, según el Consejo General de la Juventud de la comunidad. La edad media se sitúa ya en 32 años, por encima de la media nacional. Con el fichaje de la madrileña Jacinto, Podemos tiene el perfil ideal para situar de lleno la vivienda en el centro del debate.
Quienes conocen de cerca a la futura diputada ponen el 15M como la fecha de inicio de su activismo. Sus padres son vecinos de la zona del parque de El Retiro. Sin embargo, en este barrio apenas se debatía sobre alquileres e hipotecas. Había círculos, pero de otros temas. Jacinto, que por entonces tenía 20 años, se presentó una mañana de 2011 en el barrio de Usera, donde le habían chivado que los problemas de la vivienda eran un debate diario entre vecinos y universitarios.
Al llegar, el grupo comenzó a preguntar a la entonces estudiante de Derecho como si fuera un teléfono de atención al cliente. “¿Qué es una cláusula abusiva?”, “a mi madre le ha llegado esta carta, ¿qué hay que hacer?”. Todas las dudas quedaban resueltas. Nadie enseña la burocracia de la vivienda.
“Ella es la típica persona que entra a una sala vacía y se llena”, cuenta Belén García, informática y activista de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Madrid desde hace nueve años. “Es muy creativa. Si este movimiento ha avanzado, es porque Alejandra Jacinto, como jurista, ha sido pionera. Puso imaginación donde solo había indignación”. En 2017, Jacinto propuso a todos los colectivos de la vivienda madrileña una gran recogida de firmas. Quería presentar una Iniciativa Legislativa Popular en la Asamblea de Madrid. Tenía en mente una ley urgente del derecho a la vivienda en la región. El texto necesitaba 50.000 firmas para pasar por la puerta de la Asamblea y lograron 76.773. Al entrar al Parlamento madrileño, se dieron de bruces con la negativa del PP y de Ciudadanos. La ley ni se tramitó.
“Fue un chasco”, reconoce un miembro que estuvo también en aquel equipo. “Pedíamos cuestiones básicas, como garantizar el acceso a la vivienda, ampliar el parque de vivienda social y, sobre todo, recuperar las viviendas públicas vendidas a los fondos buitre”. Era el tema del momento. En 2013, el PP vendió 2.935 pisos públicos a un fondo por 205 millones. La mayoría de los inquilinos y de las familias se enteraron por un burofax. La justicia les ha dado ahora la razón. La presidenta Ayuso tiene que recuperar de golpe todos los inmuebles. En el equipo jurídico que ha logrado esta histórica sentencia también está Jacinto.
Es una activista nata. Sus detractores le recuerdan que participó en un escrache a Begoña Villacís junto a cientos de activistas de la plataforma de afectados por la hipoteca en 2019 en un acto electoral. La entonces candidata de Ciudadanos a la alcaldía estaba a punto de dar a luz. Jacinto pidió disculpas días después. “Fue sumamente asqueroso”, ha recordado estos días la vicealcaldesa. “Es una indeseable”, ha opinado el alcalde del PP Martínez-Almeida.
Unidas Podemos sabe que la vivienda arrastra votos. Fue la diputada de la formación Isabel Serra quien puso el nombre de esta activista encima de la mesa tras una reunión con Pablo Iglesias al día siguiente del anuncio de su candidatura. Iglesias, que la conocía de oídas, la llamó por teléfono:
― Alejandra, quiero que formes parte de la lista de Unidas Podemos.
Jacinto, sorprendida, pidió algo de tiempo. No todos los días te llama un vicepresidente del Gobierno al móvil. 24 horas después, contestó: “Sí”.