Más de 1.000 facultativos madrileños, contra el discurso sobre la eutanasia del presidente del Colegio de Médicos

Manuel Martínez-Sellés declaró que la nueva norma “atenta contra la esencia de la medicina” y es “matar a un paciente”

Concentración de Derecho a Morir Dignamente en la Puerta del Sol, en Madrid, el 18 de marzo de 2021.Marta Fernández Jara (Europa Press)
Madrid -

Nueve de cada diez médicos en Madrid estaban a favor de la regulación de la eutanasia en diciembre de 2019, según una encuesta que realizó el Colegio Oficial de Médicos (Icomem). Ahora, con su aprobación en el Congreso de los Diputados, la propia institución se posiciona en contra a través de las declaraciones de su nuevo presidente, en el ca...

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Nueve de cada diez médicos en Madrid estaban a favor de la regulación de la eutanasia en diciembre de 2019, según una encuesta que realizó el Colegio Oficial de Médicos (Icomem). Ahora, con su aprobación en el Congreso de los Diputados, la propia institución se posiciona en contra a través de las declaraciones de su nuevo presidente, en el cargo desde el pasado septiembre, Manuel Martínez-Sellés. “Atenta contra la esencia de la Medicina”, “es matar a un paciente”, o “asusta porque puede tener unas consecuencias particularmente graves en un momento de pandemia”, son algunas de ellas. Estas afirmaciones han provocado malestar dentro del colectivo sanitario y parte de los profesionales madrileños, que no están de acuerdo, han publicado una carta abierta que en las primeras 24 horas firmaron más de 1.200 médicos. Su título: No nos representa.

De aquella encuesta de hace apenas un año quedan las hemerotecas, una publicación en la cuenta de Twitter del colegio y una entrevista al entonces presidente Miguel Ángel Sánchez Chillón en la web oficial en la que afirmaba que el Icomem tenía que avanzar junto a la población en esta cuestión: “Entendemos que el Colegio de Médicos de Madrid no puede quedarse atrás y no evolucionar con los tiempos. Hay reflexiones que, por duras que sean, hay que hacerlas, ya que nos encontramos y servimos a una sociedad que se encuentra en pleno debate y también sus organismos legislativos”. Pero el sondeo en sí ha sido eliminado de la página, del archivo de noticias y no aparece con ninguna búsqueda. Un giro que llegó con el nuevo presidente.

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El Icomem, que no ha respondido a las cuestiones de este diario, tuvo elecciones el pasado septiembre. Martínez-Sellés, jefe de Sección de Cardiología del hospital Gregorio Marañón, ganó con un 52% esos comicios en los que votó un 13,29% de los colegiados (6.215 de los 46.780). Pero la reacción ahora del millar de facultativos contra la exposición del presidente no está relacionada con la baja participación ni con la legitimidad. Lo explica Carlos Velayos, intensivista en el hospital de Fuenlabrada y uno de los firmantes de la carta: “Es una de las cosas que nos pasan, hay desafección y distancia con el colegio desde hace tiempo y se traduce siempre en baja participación en las elecciones. Cuestionar si nos representa no es por esto, aunque sí nos hace pensar a muchos ‘por qué no fui a votar’, es porque está diciendo algo que a muchos no nos representa”.

Velayos asegura que se sienten “incómodos” con estas declaraciones y que la carta es un “planteamiento público” para visibilizar que “hay otras formas de pensar”. “Esto no viene de una organización ni de un sindicato ni de un partido político ni de la anterior junta directiva, es la iniciativa de personas a las que no representan esas opiniones”, subraya. Al igual que entre el colectivo médico madrileño, las últimas cifras sobre la opinión ciudadana en cuanto a la regulación de la eutanasia, de 2019 por Metroscopia, apuntan a un amplio consenso. Entonces, el 87% de la población española respaldaba esta legislación.

“La población mira al colectivo médico con confianza, el prestigio de los médicos va más allá de una ideología, nosotros velamos por la salud de los pacientes”, afirma el intensivista, que cree que si una voz representativa se posiciona de forma tajante contra esta práctica, arguyendo que va contra la salud, puede provocar que “para mucha gente también signifique que va en contra de la salud”.

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Una dicotomía inexistente

Y las últimas declaraciones de Martínez-Sellés, que aseguró que la pandemia hubiese sido “más grave” si esta ley ya hubiese estado en vigor, son para Velayos “agresivas hacia la sociedad y hacia los médicos”. “La eutanasia no es algo que un médico ofrece o hace por su propia iniciativa, la iniciativa es del paciente y hay un proceso que lo regula. No se puede confundir la adecuación del esfuerzo terapéutico con dejar morir a los pacientes, ni meter en esa mezcla los cuidados paliativos”, anota.

En la carta, se describe como “lamentable e indigno que el presidente del Icomem considere que los médicos” pueden “dejar morir” a los pacientes “amparados en esta ley”. “Hacer esas declaraciones”, escriben, “es exactamente lo contrario a lo que se espera del cargo que ostenta, que debería encaminarse a defender los intereses de la profesión y de los colegiados”. Velayos cree que, en este caso, “las creencias propias no pueden exponerse como una verdad absoluta”.

En este sentido, el facultativo ahonda en que las decisiones éticas forman parte de la Medicina cada día: “Y la bioética es fundamental y por ello hay comités que ayudan a estas decisiones. La vida, efectivamente, es un bien absoluto. Y nuestro objetivo es siempre el bienestar del paciente y que se recuperen plenamente. Pero no siempre es posible curar y entonces hace falta aliviar, ahí entran los paliativos, imprescindibles, y con los que no se debe generar un debate frente a la eutanasia porque son dos cosas distintas”.

La nueva normativa ha provocado también el rechazo del colegio andaluz, en los mismos términos que el Icomem. De forma menos tajante, también ha sido criticada por la Organización Médica Colegial y del Comité de Bioética de España, que cree que no es un acto médico ni debe ser un derecho y ven flecos en cómo se regulará la objeción de conciencia de los profesionales.

Los firmantes de la misiva enfocan estas dudas desde otra perspectiva que quedan condensados en los tres primeros puntos: “Que esta ley regula un derecho de los ciudadanos sin que obligue a nadie a hacer uso de ese derecho”, “que no pretende ser la única forma digna y humana de morir, sino una más”, y que “con esta ley se busca escuchar los deseos y necesidades de las personas en relación a su sufrimiento y sus expectativas vitales haciéndolo con rigor y sin paternalismo para dar una respuesta adecuada a las personas que no desean seguir viviendo a pesar de haber puesto a su alcance todas las herramientas de las que dispone la medicina para curar o aliviar”.

[Puedes consultar aquí debajo la carta abierta promovida por los facultativos de Madrid y el listado de los firmantes hasta el mediodía de este 24 de marzo o verla en su ubicación original haciendo click aquí]



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