Así será la circunvalación verde de la capital

Una infraestructura verde de 75 kilómetros circunvalará la capital. El Ayuntamiento de Madrid ha desvelado este viernes los proyectos ganadores del concurso internacional de ideas convocado en julio para diseñar el Bosque Metropolitano, que se construirá a lo largo de 12 años y costará 77 millones de euros a las arcas municipales. Dura...

Una infraestructura verde de 75 kilómetros circunvalará la capital. El Ayuntamiento de Madrid ha desvelado este viernes los proyectos ganadores del concurso internacional de ideas convocado en julio para diseñar el Bosque Metropolitano, que se construirá a lo largo de 12 años y costará 77 millones de euros a las arcas municipales. Durante el primer año se actuará en seis distritos sobre una superficie de 70 hectáreas. El crecimiento radial de la capital ha generado una acumulación de dotaciones que en algunos casos torpedean la conexión entre barrios cercanos. El proyecto, impulsado por el Área de Desarrollo Urbano de Mariano Fuentes (Ciudadanos), está llamado a coser la ciudad.

Al tiempo, restaurará el entorno ecológico, reduciendo el impacto de las emisiones contaminantes. El planeamiento del Bosque se dividió en cinco áreas o lotes, cada uno con necesidades paisajísticas y medioambientales distintas. Los estudios pudieron presentar sus candidaturas solo a uno de ellos. En total, concurrieron 33 proyectos de distinta índole y nacionalidad. El jurado valoró de estos su visión de conjunto, la integración en el territorio, la reparación de ecosistemas dañados o la comunicación con el resto de la ciudad. El Foro de Empresas se encargará de sufragar los premios: 25.000 euros para cada uno de los cinco ganadores y 15.000 euros a los otros tantos finalistas.

Entre montes naturales. Este tramo noroeste de la circunvalación forestal conectará los cerros de El Pardo con las lomas de Valdelatas y la Casa de Campo, permitiendo el acceso por las autovías M-607 y M-40. El proyecto ganador lleva la firma de Pino Forestal, representada por la ingeniera Pino Pliego Alegría. El plan incorpora la renaturalización de la senda paralela al curso fluvial, creando un camino peatonal y para bicicletas e intensificando la plantación de especies de ribera. Un Puente de San Fernando rehabilitado servirá como enlace con el trecho noroeste del anillo verde ciclista, que ya rodea el casco urbano de la capital.

En el barrio de Valverde, distrito de Fuencarral, se instalará un centro de interpretación ornitológico, donde aprender a reconocer al águila imperial y a otras aves esteparias e insectívoras. A esta altura se adecuará la señalética del Camino de Santiago y los accesos a la Quinta del Duque del Arco, una casa de retiro del siglo XVII rodeada de un espeso jardín barroco propiedad de Patrimonio Nacional. Tras este palacete se encuentran los terrenos de la Mina del Cazador, colindantes con Aravaca, que alojarán instalaciones deportivas —campo de fútbol, pista de baloncesto, patinaje y hockey— y un área concesionaria con restaurantes y minigolf.

Uniendo parques urbanos. El espacio de este segundo lote se encuentra al noreste, fuertemente custodiado por edificaciones desde Valdebebas y los recintos feriales hasta Vicálvaro. Sin embargo, contiene elementos de valor ambiental —como el borde sur del Encinar de los Reyes, el Parque Juan Carlos I, el jardín del Capricho, la cuña de O’Donnell o el parque de La Elipa— que hasta ahora permanecían segregados por medio de grandes infraestructuras viales. El proyecto ganador unirá estas zonas verdes gracias a una gran avenida forestal, ideada por los arquitectos María Navascués Abad y Luis Climent Rosillo, que además levantará taludes como barreras naturales contra el ruido de las carreteras colindantes.

El eje vertebrador se extenderá a lo largo de casi 24 kilómetros y enlazará todos los parques existentes mediante una vía dirigida a peatones y ciclistas, que circularán en calzadas separadas, de tres metros de ancho para los primeros y cuatro para los segundos. La cuneta de esta avenida, explica el firmante, almacena la lluvia a fin de permitir el mantenimiento de especies arboladas de hoja caduca, que “proporcionen sombra durante el verano y permitan paseos soleados en el invierno”. El camino estará jalonado de quioscos, restaurantes, aseos, puestos de alquiler de bicicletas y de vehículos eléctricos descapotables, útiles para personas con movilidad reducida.

El anillo verde del sureste. Este ámbito se sitúa sobre los valles del Jarama y del Manzanares. Se trata de una red que integra diversos caminos agrícolas y sendas forestales con vías pecuarias conectadas al Parque Regional del Sureste. De entre ellos destaca la Cañada Real Galiana, el mayor asentamiento irregular de Europa que carece de suministro eléctrico desde hace cinco meses. El plan vencedor, proyectado por el paisajista David Gistau Cosculluela, no alterará la morfología de esa zona en conflicto, pero sí los alrededores donde también se erige la planta residual de Valdemingómez. El proyecto busca mitigar mediante especies arbóreas los malos olores, que ya se combaten con sistemas químicos.

La zona comunicará con El Cañaveral gracias a una plataforma elevada donde hoy se asienta una rotonda que rompe la continuidad ecológica de la Cañada Real. El subsuelo de ese paso arbolado alojará una nueva estación de la línea 9 de Metro, denominada Los Migueles, a la que precederá otra parada, Ermita Virgen de la Torre. En el área de los Ahijones, limítrofe con Rivas Vaciamadrid, se dispondrá una zona deportiva con equipamientos al aire libre. Este sector aparece separado del resto de la capital por culpa de la M-45, lo que Gistau resolverá recuperando caminos antiguos que darán servicio a San Fernando de Henares y Coslada. El plan incluye la creación de un cementerio naturalizado.

Los parques fluviales del sur. La propuesta del estudio Aldayjover ha ganado este cuarto lote del Bosque Metropolitano, que integrará la cuenca del Manzanares con arroyo de La Gavia y la periferia de la capital: Entrevías, La Atalayuela, Mercamadrid y Butarque. Una topografía ideal para las estaciones depuradoras convirtió a esta área en “desagüe de la ciudad”, a lo que se añade su “condición de acceso a Madrid”, como indica el proyectista Iñaki Alday. Su proyecto busca renaturalizar los vertederos para recuperar o crear nuevos hábitats; ensanchar las cunetas de los viales, convirtiéndolas en ejes de continuidad ecológica, y hacer de las depuradoras copiosos manantiales que transformen el paisaje.

Estructurará la movilidad un paseo a ambos lados del curso del río, desde el Parque Lineal hasta el Parque agrofluvial del Manzanares-Jarama. Además, este eje vertical se refuerza con la transformación de la Avenida de los Rosales (Villaverde), hoy pensada para los coches, en un paseo arbolado con carril bici. De manera transversal, el plan incluye el acondicionamiento de otros caminos menores que mejorarán la conexión a pie con Getafe. Se propone también abrir pasos puntuales atravesando las infraestructuras hidráulicas que actualmente producen barreras y discontinuidades. Las nuevas urbanizaciones planeadas en la zona de la Gavia (Villa de Vallecas) ya prevén conexiones entre una y otra orilla.

El anillo metropolitano. Este apartado contempla la integración del sistema urbano del suroeste (Getafe, Leganés, Alcorcón) con la Casa de Campo. El proyecto de Rubio Arquitectura, que firma el dibujante Carlos Rubio Carvajal, tiene la finalidad de ampliar el anillo ciclista existente al área metropolitana, conectando el río Manzanares con el Guadarrama. En este ámbito se encuentran los dos biotipos presentes en la Comunidad de Madrid: la sierra y el llano. Un territorio donde converge la frondosa vegetación de la sierra con la planicie seca de la conurbación. El plan se acompañará de una nueva protección para la degradada Dehesa de los Carabancheles y el corredor del arroyo Butarque.

Un vivero forestal dará soporte a la lenta recuperación de la Dehesa de los Carabancheles. En Cuatro Vientos se proyecta un parque agroecológico que convierta la vereda de la M-40 en un entorno fértil. Este nuevo perímetro verde alojará un centro antropológico que debe impulsar actividades ciudadanas. El plan también concibe la desindustrialización del polígono de Villaverde, donde se creará desde cero un nuevo pulmón para la ciudad. La fábrica de Arcelor tendrá una nueva vida gracias a la instalación del Centro de Restauración Ambiental de Madrid, institución encargada de monitorizar la gestión del Bosque Metropolitano por entero.