Un sueño cumplido tras años de carrera política
La embajadora de Costa Rica en España ha desempeñado numerosos cargos de responsabilidad en su país antes de recalar en una de las legaciones más importantes para el Gobierno costarricense
Ana Helena Chacón Echeverría infunde optimismo desde el primer momento. La embajadora de Costa Rica no borra su sonrisa de la boca, pese a que está a escasas horas de volver a su país durante 15 días para atender a sus padres contagiados por la covid. Habla con pasión de su país y de toda su enorme trayectoria política, con la aprobación de novedosas leyes como las destinadas a acabar con la discriminación con la población indígena o con el colectivo LGTBIQ. “Se ha ...
Ana Helena Chacón Echeverría infunde optimismo desde el primer momento. La embajadora de Costa Rica no borra su sonrisa de la boca, pese a que está a escasas horas de volver a su país durante 15 días para atender a sus padres contagiados por la covid. Habla con pasión de su país y de toda su enorme trayectoria política, con la aprobación de novedosas leyes como las destinadas a acabar con la discriminación con la población indígena o con el colectivo LGTBIQ. “Se ha cumplido el sueño de mi vida”, afirma con pasión en el despacho de legación, presidido por el expresidente de su país, Juanito Mora.
Chacón Echeverría (San José, 59 años) es descendiente directa del coronel Juan Manuel de Cañas, nacido en el Puerto de Santa María (Cádiz) y que se convirtió en el último gobernador de Costa Rica. De hecho, sus apellidos también revelan un pasado con claro origen vasco. Graduada en Relaciones Internacionales con 24 años, no había ejercido como diplomática hasta su llegada a Madrid a principios de octubre de 2018. Antes se había dedicado de lleno al trabajo legislativo y parlamentario en su país. Comenzó en los años 90 con el Ente Rector de Personas con Discapacidad y desde allí fue ascendiendo en la carrera política. Eso le llevó a ser la número dos del Ministerio de Seguridad Pública, Policía y Gobernanza. También luchó contra la discriminación de las personas con VIH, con la explotación comercial de la mujer y contra la violencia de género, entre otros muchos frentes.
Ya de diputada, presentó 82 proyectos de ley con temáticas similares, como la aprobada para penalizar la violencia contra la mujer y la que está en contra del acoso sexual en el trabajo. Entre 2014 y 2018, fue la vicepresidenta del país nombrada por Luis Guillermo Solís. El actual presidente Carlos Andrés Alvarado le ofreció el puesto de embajadora en España y no lo dudó. “España está mucho más avanzada para las personas con discapacidad. Mi hija Carolina [con síndrome de Down] y yo podíamos crecer mucho más en este país”, afirma con orgullo. Su otra hija, Marisa, es periodista y llegó después a Madrid para cursar un máster en Derechos Humanos. “Como madre feminista, no puedo conformarme con aprobar la receta y dejarla en manos de otros. Requiere que nos rebelemos ante las injusticias, ante el dolor. Queremos seres humanos felices, autónomos. Y el estado debe contribuir a ello”, añade.
La embajadora ha podido regresar a su país porque pasó en marzo de 2020 la covid y aún tiene anticuerpos. Al igual que su hija Carolina. La PCR previa al viaje le dio negativa. “Aquellos días tuve un cansancio enorme. Parece que te vas a derrumbar, pero al final lo superé con energía”, rememora. El primer vuelo humanitario para repatriar a compatriotas suyos procedentes de 18 países salió del aeropuerto de Barajas el 12 de mayo. “Los empleados de la embajada se mataron a trabajar. Los que no tenían dinero se les ayudó con un fondo de repatriación de nuestro Ministerio de Asuntos Exteriores”, explica la embajadora.
La incidencia de la pandemia en su país, con cinco millones de habitantes y 51.000 kilómetros cuadrados, ha sido “importante”, según reconoce la diplomática. “Gracias a que tenemos un sistema sanitario robusto se ha podido combatir. El carácter universal de la asistencia a toda la población se aprobó en los años cuarenta. De hecho, las vacunas llegaron a mi país antes que a España”, presume Chacón. Lo que sí se ha resentido es el turismo, el primer motor económico de Costa Rica. “Hemos trabajado duro, con las recomendaciones de la Organización Mundial del Turismo [OMT] y ya estamos recibiendo visitantes, pero con unos protocolos de aforo y limpieza muy estrictos”, describe.
La colonia de costarricenses en España es pequeña. No supera las 3.500 personas y se concentra sobre todo en Madrid y Barcelona. Muchos son estudiantes y personal cualificado que trabaja en puestos cualificados. Los intercambios comerciales son sobre todo de productos comerciales -con la piña a la cabeza- y de productos de alta tecnología. “No tenemos ejército ni servicio secreto. Somos un ejemplo para el mundo. Si invirtiéramos más en educación y menos en armamento, seríamos un mundo diferente”, asegura Chacón, que presume de que el 25% del territorio de Costa Rica está protegido y se desechan los combustibles fósiles en favor de la biomasa, la energía solar y la hídrica.
La embajadora reside delante del parque del Retiro, lo que le permite disfrutar de este enorme pulmón verde. “Me encanta perderme por Madrid. Se me puede ver con facilidad en cualquier restaurante o bar en el que haya una buena copa de vino y una tapa. Con eso, ya estoy contenta porque soy amante del buen comer y beber”, afirma en su “modesta” embajada de la calle de Ríos Rosas. “Un punto que me encanta es la escultura de dos niños leyendo que hay junto a la Biblioteca Nacional. Cuando paso junto a ella, dejo de consultar el teléfono celular y no paro de admirarla. Me parece de una gran ternura”, concluye.
Un país que cumple 200 años de independencia
El Acta de Independencia de América Central, por la que los países de esta zona del continente se separaban el Gobierno de España, se firmó en Guatemala el 15 de noviembre de 1821. El acta no llegó a Costa Rica hasta el 21 de octubre, porque iba “en burrito”, según recuerda la embajadora Ana Helena Chacón. Este año se cumple, por tanto, el bicentenario de esa independencia, que se hizo de manera pacífica. “Ya he hablado con secretaria de Estado para Iberoamérica, Cristina Gallach Figueras, y estamos preparando actos para esta celebración. Por lo menos que sea algo simbólico si la covid no permite hacer algo más grande”, reconoce la diplomática.
Entre esos actos está prevista la visita del presidente de Costa Rica, Carlos Andrés Alvarado, a España. Siempre que la actual pandemia lo permita. “Nuestro presidente tiene una relación muy cercana con Pedro Sánchez. Ambos son políticos jóvenes. El nuestro tiene 38 años. También hay una invitación formal para que el presidente español visite nuestro país”, añade Chacón. Además, durante este primer semestre de 2021 Costa Rica preside el Sistema de Integración de Centro América (SICA). “Toda esta zona tiene democracias. En algunos sitios ha costado más, pero ahora hay que fortalecerlas”, añade.