Un homenaje a las mujeres asesinadas por violencia machista es vandalizado en Madrid

Cada ramo de flores de la obra de Concha Mayordomo en el Ministerio de Igualdad representa a una víctima

Ramos de Flores en el Ministerio de Igualdad.SANTI BURGOS (EL PAÍS)

La gente que pasea por la calle Alcalá se para curiosa a ver los ramos de flores blancas que están atados a las verjas del Ministerio de Igualdad. En cada uno cuelga una tarjeta con unas iniciales, una fecha y un lugar. En total 40 ramos, uno por cada víctima de violencia de género en el 2020. Pero este homenaje de Concha Mayordomo, Camino de flores, ha sido vandalizado durante estos días. Son siete mujeres, o siete ramos, los que han desaparecido por ahora, y algunas de las etiquetas se encuentran rotas por la mitad.

Enrique Martín frena su paso y observa el escenario. “Me ha ll...

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La gente que pasea por la calle Alcalá se para curiosa a ver los ramos de flores blancas que están atados a las verjas del Ministerio de Igualdad. En cada uno cuelga una tarjeta con unas iniciales, una fecha y un lugar. En total 40 ramos, uno por cada víctima de violencia de género en el 2020. Pero este homenaje de Concha Mayordomo, Camino de flores, ha sido vandalizado durante estos días. Son siete mujeres, o siete ramos, los que han desaparecido por ahora, y algunas de las etiquetas se encuentran rotas por la mitad.

Enrique Martín frena su paso y observa el escenario. “Me ha llamado mucho la atención pero no me hubiese imaginado que es por la violencia de género”, confiesa. Lo mismo le pasa a Juan Carlos Valero, que se ha detenido para intentar descifrar el asunto: “La idea es bonita, pero falta un lema que te llene para que cuando pases sepas que cada ramo es una mujer maltratada. Eso te da qué pensar e impresiona”. Su pareja, Patricia Martín, considera que llevarse los ramos es una falta de respeto hacia las víctimas y hacia la artista.

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Concha Mayordomo lo asocia más a una gamberrada y prefiere pensar que no hay otra lectura, aunque apunta a que nadie quita los ramos de los fallecidos en carreteras. La autora busca despertar esa inquietud en el público, obligarle a pensar y a acercarse a la obra. “Creo que el objetivo se está cumpliendo de una manera sensible y discreta”, añade. Para ella, los espacios exteriores son un territorio común donde el arte puede formar parte de la vida cotidiana y con Camino de flores pretende sensibilizar a la población sobre la violencia de género y las cifras escandalosas que arroja, con 1.074 asesinatos desde que se empezaron a contar oficialmente, para poner de manifiesto toda la pedagogía social que aún queda por hacer.

A las puertas del Ministerio, un trabajador cuenta que mucha gente, sobre todo más mayor, entra para preguntar qué es todo aquello y si las iniciales son por los muertos de la covid. Asegura que cuando les dice lo que simboliza “se les pone la piel de gallina”.

Estos ramos fueron colocados el pasado dos de noviembre, día de difuntos, y estarán expuestos hasta el 25 del mismo mes, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La idea es que las flores se vayan marchitando con el paso del tiempo, que de lo bonito y ornamental se pase a una imagen seca e incómoda para la vista como alusión final a la lacra social que suponen los asesinatos machistas en España.

La artista madrileña tiene un claro compromiso por la igualdad y ha participado en exposiciones tanto nacionales como internaciones. Aunque parezca que su homenaje es simple, detrás de cada detalle hay una intención: las flores hacen referencia al galanteo y ofrenda, el ramo de novia es el comienzo de una vida en común y el deterioro posterior lleva a la imagen de un cementerio, las bridas con las que están sujetos son el acto violento de retención, la tarjeta con las iniciales el obituario y la verja una metáfora del encierro que padecen las víctimas.

Un grupo de amigas jubiladas pasean y charlan distraídas. Cuando ven los ramos se arma un pequeño revuelo y todas intentan adivinar qué significa. “Esto no es solo de Madrid porque en esa etiqueta pone Murcia”, comenta una. Teresa Tejedor apuesta a que son los fallecidos en residencias, pero si así fuera debería haber muchos más, reflexiona en voz alta como si se tratara de un acertijo. Pero cuando se entera de lo que representa y de que se han llevado siete ramos se ruboriza: “Ya me imagino quién habrá sido, intuyo que una ideología de extrema derecha”. Sus amigas han continuado el camino y ella les hace un gesto para que la esperen: “Me gusta lo que han hecho porque es algo visible en la calle y siempre hay que recordar a las mujeres asesinadas, tiene que ser una actitud constante porque no nos podemos descuidar. No merecen quedarse en el olvido”.

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