PP y Ciudadanos se niegan a proteger la última casa de los primeros obreros de Madrid

La propuesta rechazada en la Junta de Distrito tendrá una nueva oportunidad en el pleno y se ampliará a todas las viviendas de este tipo en la ciudad para crear un parque inmobiliario de alquiler social

Esa casita de ladrillo que hace esquina es la última del primer barrio obrero de Madrid. Está en la calle Grandeza Española, 87, en Alto de Extremadura.

La pequeña casa de ladrillo de la calle Grandeza Española, en Alto de Extremadura, que ha resistido a la especulación ya tiene la atención de los partidos políticos. Más Madrid Latina y PSOE votaron por su protección en la Junta de Distrito celebrada este miércoles, pero PP y Ciudadanos votaron en su contra. Vox se abstuvo. Ahora la petición se elevará al pleno del Ayuntamiento y se votará su protección como último vestigio de los primeros obreros que tuvi...

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La pequeña casa de ladrillo de la calle Grandeza Española, en Alto de Extremadura, que ha resistido a la especulación ya tiene la atención de los partidos políticos. Más Madrid Latina y PSOE votaron por su protección en la Junta de Distrito celebrada este miércoles, pero PP y Ciudadanos votaron en su contra. Vox se abstuvo. Ahora la petición se elevará al pleno del Ayuntamiento y se votará su protección como último vestigio de los primeros obreros que tuvieron una vivienda digna en Madrid, a principios del siglo XX.

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Carlos Astudillo, portavoz del grupo municipal de Más Madrid en el distrito reclama que el edificio se incluya en el Catálogo de Bienes municipal y que se coloque una placa conmemorativa que informe sobre el valor de la construcción. La invisibilidad es otro de los peligros de esta casa, que en estos momentos se encuentra okupada. Su dueña es una vecina de 21 años de La Rioja, que prefiere mantener su anonimato, y desconocía la iniciativa del grupo político de salvar la casa de la especulación. Su abuela vivió en ella hasta hace tres años y nunca quiso tirarla abajo para sacarle provecho en altura. Tienen la licencia para hacerlo.

Este pequeño paso a favor del patrimonio más humilde que dan ahora los grupos políticos, forma parte de una idea mayor que la asociación Madrid, Ciudadanía y Patrimonio (MCYP) trabaja con el PSOE. Quieren ofrecer una alternativa sostenible a los intereses de los dueños, que durante todos estos años se han negado a especular con su propiedad. También quieren evitar escenas como la ocurrida recientemente en Tetuán, cuando Mariano Fuentes, delegado del Área de Desarrollo Urbano del consistorio, se jactaba ante la demolición de una de estas construcciones históricas de las clases más populares de Madrid.

“Estamos catalogando todas estas edificaciones en Tetuán, Carabanchel, Usera o Latina. Queremos que el Ayuntamiento las adquiera para crear un parque inmobiliario de alquiler social. Así protegeríamos estos vestigios sin dañar a los propietarios, que son los únicos que no han especulado con ellas. Quedan poquísimas a pesar de haber configurado barrios enteros”, asegura Alberto Tellería, de MCYP.

Recorte de prensa de la época sobre el inicio de la construcción del barrio de casas obreras. Esas primeras han desaparecido.

Alicia Torija, arqueóloga y portavoz de la misma asociación, señala que es muy importante situar la definición de patrimonio histórico más allá de las iglesias y los palacios. “Estas viviendas tienen un valor arquitectónico, pero sobre todo histórico por las personas que lo habitaron. La periferia de Madrid debe ser también protegida, porque el patrimonio histórico madrileño no acaba en el distrito centro”, explica Torija.

Desde el PSOE aseguran que aunque haya sido rechazada la propuesta en la junta de Latina, cuando llegue el pleno votarán a favor de la protección de esta casa y el resto: “Queremos que sea global, no solo para este edificio de Latina. Estamos trabajando desde el verano en esta propuesta para proteger todas las viviendas obreras de Madrid”, señala Mar Espinar, concejala del grupo municipal. Desde el PP prefieren no adelantar su postura en el pleno hasta no haber leído los expedientes te protección del último hogar de una veintena que se construyeron en tres manzanas.

Ricardo Ramírez es un vecino del barrio y ha provocado la reacción de los grupos políticos en defensa de este edificio único. Estudió la colonia fantasma para no dejarlo morir. “Esta casa es el último rastro del primer barrio obrero de Madrid y seguramente de España. Cumple con todos los requisitos para ser protegida por el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid (PGOUM), en la categoría de “colonias históricas”, pero en el Ayuntamiento no saben ni que existe”, comentó a este periódico antes de que la iniciativa se pusiera en marcha. Ramírez ha peleado para evitar que la casa acabe convertida en picadillo de especulación. Es un solar tan goloso que el resto de propietarios han convertido estos chalés a kilómetro y medio del Palacio Real en casas de tres alturas.

Cuestión de catálogos

La Ley de Patrimonio Histórico de 1985 señala que la creación de los catálogos que deben recoger los bienes a proteger es competencia municipal. La casa del Alto de Extremadura no está incluida en estos momentos en el catálogo, pero el Ayuntamiento acaba de publicar la licitación para actualizarlos, después de años sin revisar. Y el equipo de gobierno hace especial hincapié en la protección de la arquitectura del siglo XX, que hasta el momento ha sido maltratada por las normas de protección del patrimonio histórico. Una vez se adjudique su redacción esta casa de “lo desheredados de la fortuna”, como dijo en su discurso inaugural, en 1906, uno de los promotores de la barriada de Latina, pasará a ser intocable.

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