Aguado entrega las armas a Ayuso

"Estoy orgulloso de haberla hecho presidenta", dice Aguado en el acto en Sol para conmemorar el primer año del acuerdo de Gobierno de PP y Cs

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso y el vicepresidente, Ignacio Aguado durante el acto de este miércoles. Vídeo: DAVID FERNÁNDEZ / EFE | EP
Madrid -

Hay codazos y codazos. Lo bueno del nuevo saludo pandémico es que, aunque te lleves mal con el que saludas, ya le estás dando un codazo. La mañana en la Puerta del Sol comenzó entre codazos de diputados del PP y Ciudadanos. Era un día de sonrisas, de alegrías. Por haber, hubo hasta abrazos ―casi prohibidos en la nueva era― entre miembros del mismo partido. Se cumplía un año de la firma del primer acuerdo de Gobierno de coalición de la Comunidad. 365 días en los que la región aún no cuenta con presupuestos, no ha sacado adelante ni una sola ley y en el que, durante la pandemia,...

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Hay codazos y codazos. Lo bueno del nuevo saludo pandémico es que, aunque te lleves mal con el que saludas, ya le estás dando un codazo. La mañana en la Puerta del Sol comenzó entre codazos de diputados del PP y Ciudadanos. Era un día de sonrisas, de alegrías. Por haber, hubo hasta abrazos ―casi prohibidos en la nueva era― entre miembros del mismo partido. Se cumplía un año de la firma del primer acuerdo de Gobierno de coalición de la Comunidad. 365 días en los que la región aún no cuenta con presupuestos, no ha sacado adelante ni una sola ley y en el que, durante la pandemia, la gestión de las residencias y de los hospitales ha abierto una brecha aún mayor dentro del Ejecutivo. Tanto, que hasta la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, se planteó adelantar las elecciones con tal de romper el acuerdo con su socio de Gobierno. Poca broma. Para conmemorar todo esto, el Ejecutivo convocó a los consejeros, a más de 40 diputados autonómicos de ambos partidos y a la prensa, sin admitir preguntas tras las intervenciones. ¿La oposición? Ni rastro.

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El aniversario comenzó pasadas las doce del mediodía en el luminoso patio central del edificio del reloj de las uvas. La escenografía trataba de lanzar un mensaje de unidad a escala nacional. Había que transmitir la idea de unión dentro de la desunión. Había dos grandes telares que colgaban del techo. Uno con el escudo de España y otro con el de la Comunidad. Había un escenario, rojo, con dos televisores de plasma que emitían un mensaje fijo: “Compromiso compartido”. Compromiso estaba señalado en negrita. Compartido, no. Así es el eslogan del primer aniversario de la unidad.

El bullicio político empezó media hora antes. Buscando su silla estaba el primero de los consejeros de Ciudadanos en asistir al acto: Alberto Reyero, de Familias y Asuntos Sociales. Reyero ha sido uno de los hombres más señalados en el Ejecutivo. Deambulaba y sonreía con la mascarilla puesta entre los diputados de Ciudadanos. Era difícil al otro lado porque en el PP le han llegado a llamar “traidor” y “fariseo” tras la publicación en EL PAÍS de unos correos que ponen en cuestión la gestión sanitaria de su compañero de Gobierno y consejero de Sanidad, Enrique Escudero. Reyero se puso en contacto con Escudero a mediados de marzo para pedirle ayuda. Recibió la callada por respuesta.

Escudero y Reyero son las dos caras del Gobierno. Si los populares piden la cabeza de Reyero, los de Ciudadanos piden la cabeza de Escudero. Según ambas formaciones, existe un acuerdo tácito por el que ninguno de los consejeros puede ser cesado por el otro partido. Cada uno responde por los suyos. Es decir, Ayuso, como presidenta, no cesaría a ningún consejero de Ciudadanos. Y viceversa. Los dos se sentaron a varias sillas de distancia para escuchar los discursos.

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“Quienes formamos este Gobierno reafirmamos nuestro compromiso de unidad”, dijo Ayuso. “El acuerdo fue y es un compromiso por la libertad”. El será, es otra historia. La presidenta habló del presente, del pasado y atisbó el futuro. “Nos enfrentamos a una grave crisis. En Madrid prevemos una caída del 12,7% del PIB, casi 30.000 millones de euros”. Ayuso hizo un discurso breve, con mensajes dirigidos a las televisiones nacionales. “Algunos partidos están utilizando el miedo para cambiar el país por la puerta de atrás”, añadió. “Madrid no es de nadie porque es de todos. El Rey no es de nadie porque es de todos. La Constitución no es de nadie porque es de todos”. Por último, ya sí, agradeció públicamente la labor de todos sus consejeros. Los 40 diputados de ambos partidos aplaudieron. Turno de Aguado.

El vicepresidente sorprendió a casi todos. Halagó uno por uno a todos los consejeros. Las mayores flores se las llevaron los del PP. Aguado entregó las armas al adversario en el primer aniversario tras las tensiones agudizadas en los últimos meses. Si la presidenta apenas miraba el vicepresidente durante el discurso, el vicepresidente empezó por ella. “Estoy orgulloso de haberla hecho presidenta. Este es un año de los muchos otros que esté por llegar”. Los 40 diputados de la sala aplaudieron. Algunos del PP miraban a sus vecinos de al lado con rostro de incredulidad. Y quedaba la traca final.

“Tienes el respaldo de todo el Gobierno”, le dijo Aguado a Reyero mirándole a los ojos

El silencio se escuchó de lleno cuando mencionó al consejero de Sanidad, Enrique Escudero. “Has dado todo lo que tenías”, le dijo. La presidenta Ayuso comenzó a toser. Hay discursos que atragantan. “No hemos podido salvar todas las vidas, pero has sido capaz de frenar la curva de contagios”. Ayuso seguía tosiendo. Un diputado del PP comenzó a aplaudir. La sala entera siguió sus pasos. Los diputados de Ciudadanos aplaudieron más lento y terminaron antes. Hay aplausos y aplausos. Hay consejeros y consejeros.

Tras el turno de Escudero, Aguado dio paso a los halagos de Reyero, el consejero de Asuntos Sociales y Familias, de Ciudadanos, el primero en pedir la intervención del Ejército en las residencias durante la crisis sanitaria, lo que le valió reprimenda pública de la presidenta. El guion del primer aniversario estaba llegando a su punto álgido. Nadie podía perder el tiempo en pestañear. “Tienes el respaldo de todo el Gobierno”, le dijo a Reyero mirándole a los ojos. Ayuso, que se ha mostrado dispuesta a eliminar consejerías a cambio del apoyo de Vox a los presupuestos, miraba al suelo. “Esto tiene que darnos la posibilidad de mejorar y aprender. Hay que hacerlo entre todos. Y lo haremos”. Tras estas palabras, se esperaban los aplausos. Los populares, firmes, apenas movieron las manos. Aguado hizo un breve segundo de silencio y continuó con su discurso. Pero un diputado de Ciudadanos arrancó los aplausos para su consejero. Los populares fueron detrás. Por aplaudir, aplaudió hasta Escudero, pero sin mucho ruido. Hay aplausos y aplausos. Hay consejeros y consejeros.

Tras el discurso de Aguado, la presidenta y el vicepresidente firmaron un decálogo de compromiso de Gobierno:

- ¿Ya has firmado todas?―preguntó Aguado a la presidenta.

- Ya he terminado―contestó Ayuso sonriente.

Y tras la firma y como colofón final, los portavoces de ambos partidos se dieron un codazo.


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