“Los sanitarios no queremos ser héroes, queremos condiciones de trabajo dignas”
David Callejo, médico anestesista, dedica su tiempo libre a hacer videos en redes sociales para explicarle a sus seguidores las dudas más comunes sobre el coronavirus
David Callejo (Madrid, 32 años) es médico anestesista y reanimador e influencer, aunque esa palabra no le dice nada. No solo hace malabares uniendo sus tres trabajos y su vida privada todos los días, combinando su empleo en el Hospital Gregorio Marañón, el Hospital Quirón San José y sus clases de Medicina en la Universidad Complutense; además, en su tiempo libre sube vídeos a Instagram. Explica a sus 119.000 seguidores las últimas novedades en Medicina de forma que cualquiera lo pueda entender. Su ...
David Callejo (Madrid, 32 años) es médico anestesista y reanimador e influencer, aunque esa palabra no le dice nada. No solo hace malabares uniendo sus tres trabajos y su vida privada todos los días, combinando su empleo en el Hospital Gregorio Marañón, el Hospital Quirón San José y sus clases de Medicina en la Universidad Complutense; además, en su tiempo libre sube vídeos a Instagram. Explica a sus 119.000 seguidores las últimas novedades en Medicina de forma que cualquiera lo pueda entender. Su último invento: retos virales para que la gente tome conciencia de la importancia de las medidas de seguridad frente a la pandemia de la covid-19.
¿Por qué estudió medicina?
La respuesta políticamente correcta es que quería ayudar a la gente, pero la realidad es que la Facultad de Medicina de la Autónoma me quedaba a 10 metros de casa. Siempre veía a los médicos en el campus estudiando, y me parecía algo inalcanzable. Quería dedicarme a algo en donde pudiera ayudar, pero podría haber sido enfermería, fisioterapia o hasta veterinaria. Acabe la Selectividad y saqué mejor nota de lo que esperaba, así que mis padres y amigos me animaron a ser médico.
¿Se considera influencer?
Soy de la generación analógica, no entiendo nada de redes sociales ni de editar. Simplemente, hace un año empecé a grabarme para explicarles cosas a los estudiantes de Medicina para que les fuera mejor en los exámenes. Así que mi Instagram acabó siendo una combinación de fotos mías en la playa y publicaciones para mis alumnos de Toxicología, una mezcla un tanto extraña.
¿Recuerda su primer contenido viral?
Cuando empezó la pandemia hice un vídeo que se hizo viral explicando la curva de la epidemia y pidiéndole a la gente que se quedara en casa. Fueron cuatro millones de visualizaciones de golpe. Yo pensé que la cuenta iba a explotar. Pase de 5.000 seguidores a 100.000 en tres días.
¿Se esperaba esa reacción?
No, para nada. Flipaba cuando abría Instagram con la cantidad de gente que me pedía que hablara más del coronavirus.
¿Cómo es la producción de sus vídeos?
¿Editar? No sé de ni de qué me estás hablando, eso me suena a chino. Una vez un seguidor me preguntó esto mismo y tampoco supe qué decir. Yo pongo el móvil a grabar, cuelgo la pizarra y me pongo a contar un tema.
¿Cómo hace para tener tres trabajos y aparte subir vídeos?
Durante la pandemia tuve que dejar el hospital privado y las clases y me quedé solo trabajando en el hospital público, y ahí me dio tiempo de subir algunos, aunque los turnos eran muy largos. Trabajar con el EPI (Equipo de Protección Individual), en un entorno nuevo, sin saber qué iba a pasar, hizo que todo fuera muy cansado.
¿Qué ha sido lo más duro de la lucha contra el virus?
Lo más duro fue que nosotros siempre hemos estado acostumbrados a tratar a todo el mundo, tenga la edad que tenga, con todos los medios, y es verdad que durante la pandemia no ha podido ser así. Ha habido momentos en los que no hemos podido tratar a todo el mundo como nos hubiera gustado.
¿En algún momento le tocó elegir a qué paciente atender?
No tanto elegir, pero sí hemos tenido que optimizar los tratamientos para cada paciente. Esto es algo que ha sido muy duro, adaptarse a que no siempre teníamos todos los medios a nuestra disposición.
¿Qué le dicen en el hospital de sus vídeos?
Médicos y pacientes quieren saber más los unos de los otros. En el hospital siempre me preguntan qué piensa la gente, qué dudas tienen. Por otro lado, la gente pregunta qué está pasando en los hospitales, si hemos vuelto a las consultas normales, etc.
¿Qué pensaba de los aplausos?
Los primeros días nos hicieron ilusión, pero después se convirtió en una rutina. Al final, lo importante es que durante la pandemia los médicos no hemos pedido nada. Ahora es el momento de hacer reivindicaciones, los residentes tienen una huelga. Nos han llamado héroes y creo que eso ha minimizado lo que hemos hecho. Lo que consiguen con eso es que se piense que podemos trabajar en condiciones precarias, y no. No queremos ser héroes, queremos ser trabajadores con condiciones de trabajo dignas.
¿Cómo valora la huelga de los MIR?
Los residentes merecen que les escuchen. Son una parte básica de la sanidad madrileña. No piden nada que no sea justo.
En el MIR, ante la duda, la especialidad
Callejo le recomienda a los estudiantes de medicina que acaban de presentar el examen del MIR y tienen la elección de su plaza de residencia en este mes que si tienen que escoger entre la ciudad que les gusta, su pareja o un lugar más lejos, un hospital más pequeño pero especializándose en el área que les gusta de la Medicina, que escojan su especialidad. Aunque cuando le tocó a él elegir, hubiera pesado más quedarse en Madrid con su pareja del momento.