La nueva Ruta Quetzal baja el listón para los chicos para evitar que el 87% de los participantes sean chicas
La organización fija notas de corte diferentes por sexo para compensar que la mayoría de las aspirantes tienen mejores expedientes académicos
Para Íñigo de la Quadra-Salcedo, hijo menor de Miguel y custodio de su memoria y su legado aventurero, fue una preocupación y un dilema salvar el escalón que se le presentó esta primavera entre las medias académicas de las chicas y las de los chicos de todas las comunidades españolas que optaban a una plaza en la Ruta Quetzal 2023. Si todos tenían calificaciones brillantes, en la mayoría de los casos ellas despuntaban todavía más. Cuando empezó a revisar los papeles, a hacer montones con los expedientes de 10, esos que tienen plaza asegurada, descubrió que había autonomías como Galicia, Catalu...
Para Íñigo de la Quadra-Salcedo, hijo menor de Miguel y custodio de su memoria y su legado aventurero, fue una preocupación y un dilema salvar el escalón que se le presentó esta primavera entre las medias académicas de las chicas y las de los chicos de todas las comunidades españolas que optaban a una plaza en la Ruta Quetzal 2023. Si todos tenían calificaciones brillantes, en la mayoría de los casos ellas despuntaban todavía más. Cuando empezó a revisar los papeles, a hacer montones con los expedientes de 10, esos que tienen plaza asegurada, descubrió que había autonomías como Galicia, Cataluña o Valencia en las que, si se seguía a rajatabla el criterio de las notas más altas, sin ningún tipo de discriminación positiva para los varones, ellos quedaban fuera por completo, sin opciones para la aventura. En toda España, solo conseguían un puesto 26 alumnos. El resto, hasta 200, eran alumnas. Es decir, un 13% de chicos y un 87% de chicas.
El problema estaba en que “si solo participaban ellas”, que ya tradicionalmente en número de aspirantes son superiores (un 67% de las 1.386 solicitudes), “el año que viene los chicos acabarían por echarse atrás y no se presentarían”, explica el hombre que tras la pandemia retomó este proyecto educativo inaugurado por su padre en 1979. La única solución que encontró la organización de la Ruta Quetzal fue fijar, comunidad por comunidad, una nota de corte distinta (y ligeramente más baja) para los muchachos frente a la de las muchachas. Las medias requeridas para la admisión están publicadas en la web del programa y salta a la vista que, aunque sea por unas décimas, las adolescentes llevan el timón de este barco. Así, aunque no habrá paridad, con esa ventaja concedida a los niños nacidos en 2007, se ha conseguido, al menos, que participen 63 chicos y 137 chicas. Estos integrarán tres y siete grupos, respectivamente, en el viaje que comenzará el 1 de julio en Vilanova de Arousa (Pontevedra), cruzará a Portugal y concluirá el 14 de ese mes en A Coruña, a los pies del faro en uso más antiguo del mundo, la Torre de Hércules.
El tercer vástago y ayudante, hasta el fallecimiento, de Miguel de la Quadra-Salcedo cita una y otra vez frases lapidarias y expresiones de su progenitor, como aquella definición suya de la sociedad occidental, con tal “empacho de bienestar” que a veces precisa escapar de las comodidades para “valorar cosas” como “un colchón” o “el agua que sale del grifo”. El periodista, explorador y atleta especializado en lanzamiento, que cubrió todo tipo de acontecimientos y conflictos internacionales para TVE, y acabó entrando con su bigote en casa de todos a través de sus viajes de aventura con grupos de adolescentes de ambos lados del Atlántico, murió el 20 de mayo de 2016 a los 84 años. Casualmente, el presentador, que había dedicado más de tres décadas a estrechar lazos entre Europa y América, fallecía el mismo día, 510 años más tarde, que Cristóbal Colón. Y las expediciones juveniles por selvas, ríos, ruinas milenarias, montañas y volcanes en los dos continentes, que habían germinado en los ochenta con el nombre de Aventura 92 para rebautizarse luego como Ruta Quetzal, parecieron irse a la vez que su fundador, porque entonces el BBVA dejó de financiarlas.
Aquellos viajes exóticos y fantásticos, en los que chicos que empezaban a descubrir la vida podían tener experiencias como asistir al recital de un pianista en la plaza principal del Machu Picchu (después de lograr subir hasta allí el piano), tenían un presupuesto de millón y medio de euros anuales. Tras la pandemia, el año pasado, con la percha del Xacobeo 21-22, Íñigo de la Quadra-Salcedo resucitó la iniciativa, sin renunciar al espíritu educador, historiador, naturalista, explorador e iniciático de la idea paterna, pero partiendo de un presupuesto de 80.000 euros. Esto obliga a que las familias de los jóvenes seleccionados pongan una cuota de 200. El resto lo cubren los actuales patrocinadores: la Xunta de Galicia; los ayuntamientos pontevedreses de Vilanova de Arousa, Catoira, Valga y Pontecesures, que constituyen la corporación Mar de Santiago; y la marca española Panama Jack, que lleva aportando las equipaciones de los participantes desde 1990.
Cuando no está volcado en la Ruta Quetzal, De la Quadra-Salcedo, que en realidad estudió Derecho, trabaja moviendo constelaciones por carreteras de Galicia, la comunidad en la que acabó instalándose con su esposa, originaria de Carril (Vilagarcía de Arousa), después de más de media vida en Madrid. Hace años se compró un planetario portátil en Estados Unidos, y cada curso viaja por los colegios e institutos enseñando a los estudiantes a identificar los astros.
Más de 14.000 adolescentes
A lo largo de su historia, la Ruta Quetzal suma ya más de 14.000 jóvenes viajeros. El propósito de su actual impulsor es retornar a esas expediciones transoceánicas, con adolescentes de distintos países que descubrían su propio lugar en el mundo y hacían amistades eternas. El año pasado, el del regreso, “solo pasaron 10 días juntos, y a la hora de decirse adiós se despedían con lágrimas”, cuenta. La edad de los “ruteros” los hace especialmente propensos a quedar marcados por la aventura: “Estos chicos están empezando a descubrir quiénes son y aquí lo hacen sin su familia, en un viaje que sienten que se han ganado con su esfuerzo”, describe De la Quadra-Salcedo, “absorben todo lo que ven, vocacionalmente son esponjas, tienen curiosidad, inquietud, escuchan y hacen preguntas interesantes”. Por si esto fuese poco para aprender y encontrarse a sí mismos, solo disponen del móvil “10 minutos al día, antes de echarse a dormir”.
Como en todas las ediciones anteriores, la aventura de 2023, Hacia la luz del fin del mundo, seguirá los pasos de personajes históricos y revivirá distintos acontecimientos. Desde la conquista romana de la península Ibérica y el descubrimiento del “mar tenebroso” más allá de Finis Terrae, hasta la Expedición Filantrópica de la Vacuna de la Viruela, que partió en 1803 de A Coruña con el médico Francisco Javier Balmis y la enfermera Isabel Zendal, para llevar el antídoto de la enfermedad, a través de 22 niños vacunados, a América y Filipinas.
Los 200 ruteros recorrerán los faros de la Costa da Morte; conocerán historias de naufragios; aprenderán a mariscar; visitarán la casa natal de Valle-Inclán; remontarán el río Ulla; viajarán a Ponte de Lima, en Portugal, para recordar el terror de las tropas romanas de Décimo Junio Bruto. Los soldados temían cruzar el cauce del Limia porque lo identificaban con el temible Lete, o “río del olvido”, y pensaban que dejarían de saber hasta sus nombres. Este verano, 22 siglos después, los expedicionarios de la Ruta Quetzal alcanzarán la desembocadura del Limia en kayak.
Íñigo de la Quadra-Salcedo no quiere avanzar noticias que no han madurado aún, pero confiesa que tiene fe en “el año que viene” para que la Quetzal vuelva a dar el salto internacional que conoció en otros tiempos. Sin embargo, amigo de las fechas y los hitos históricos como es, no se resiste a dar algunas pistas de lo que sueña, o planea, mientras busca financiación: “Este 2023 se cumple el 50º aniversario de las relaciones institucionales entre España y China... y quien hizo ese reportaje para TVE fue mi padre, en 1973. Además, en 2024 se conmemorarán los 800 años de la muerte de Marco Polo... La Ruta Quetzal siempre ha mirado a América, pero tampoco Colón creía que iba a llegar a ese continente” cuando partió de Palos en 1492.