El 71% cree que los líderes políticos deberían estar “obligados” a participar en debates electorales

Feijóo solo ha aceptado un cara a cara con Sánchez y rechaza contrastar su programa en un formato a cuatro con el PSOE, Vox y Sumar

Debate electoral celebrado en TVE en abril de 2019 entre Pedro Sánchez, Pablo Casado, Albert Rivera y Pablo Iglesias.Uly Martín
Madrid -

El 74% de la población ve “necesario” que se celebren debates electorales y hasta un 71% cree que “los líderes de los partidos políticos deberían estar obligados a participar” en ellos, según el último barómetro de 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER, en cuyas páginas web puede consultar todos los datos de la encuesta. En España, la ley regula, por ejemplo, el tie...

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El 74% de la población ve “necesario” que se celebren debates electorales y hasta un 71% cree que “los líderes de los partidos políticos deberían estar obligados a participar” en ellos, según el último barómetro de 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER, en cuyas páginas web puede consultar todos los datos de la encuesta. En España, la ley regula, por ejemplo, el tiempo que la televisión pública debe dedicar a cada formación —de acuerdo a los resultados obtenidos en las elecciones anteriores—, pero la norma no recoge como obligación la celebración de ese contraste de propuestas entre los diferentes candidatos. Tres comunidades autónomas (la región de Murcia, País Vasco y Castilla y León) sí han incluido en sus respectivas legislaciones electorales la obligación de celebrar “al menos un debate” —en el caso de Castilla y León dice expresamente “al menos dos”— entre los candidatos a presidir el territorio.

Normalmente, el favorito en las encuestas, sea del partido que sea, es el más reacio a debatir —y arriesgarse—. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, a la cabeza en todos los sondeos, solo se ha comprometido, de momento, a un cara a cara con Pedro Sánchez en Atresmedia. Los populares han rechazado la invitación del ente público RTVE, a la que acusan de falta de neutralidad, y también la del Grupo Prisa, editor de este diario. Feijóo se niega a debatir a cuatro con los dirigentes de los partidos que conforman los dos grandes bloques con posibilidades de gobernar, según los sondeos, esto es, con el PSOE, Vox y Sumar, e insiste en un formato que nadie le ha propuesto: a siete, incluyendo a representantes de ERC, EH Bildu y el PNV. Los cuatro principales partidos representan a 299 de los 350 diputados en el Congreso. ERC, EH Bildu y el PNV, a 24.

Los votantes de la extrema derecha son los que menos importancia dan a esos debates, aunque también en ese electorado gana la opinión de que es necesario que se celebren (61%). Los del PP coinciden mayoritariamente (76%) en que son “necesarios”, en que los líderes de los partidos tendrían que estar “obligados” a participar en ellos (64,5%), en que debería haber “al menos un cara a cara” (76%) y en que ningún debate debería dejar fuera a partidos con representación parlamentaria que, “aunque no estén entre los dos favoritos, tengan cierta fuerza y representación parlamentaria (72,5%). Los que más importancia dan a ese contraste público de ideas son los votantes de Sumar, nueva marca electoral que, precisamente por ser novedad en el tablero político, necesita ganar visibilidad.

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En EE UU, la llamada Comisión de Debates Presidenciales garantiza, desde 1987 y “en beneficio del electorado”, que ese contraste de ideas “entre los principales candidatos a los cargos de presidente y vicepresidente de los Estados Unidos” es un elemento “permanente del proceso electoral”, según recoge su página web. El organismo, que se define como independiente y sin ánimo de lucro, ha organizado los debates presidenciales de las elecciones de 1988, 1992, 2000, 2004, 2008. 2012, 2016 y 2020, pese a las tensiones. Los republicanos, por ejemplo, se quejan de que sus formatos benefician al Partido Demócrata.

En el entorno europeo tampoco son obligatorios, pero suelen hacerse. En el Reino Unido ha habido debates televisados en las campañas de 2010, 2015, 2017 y 2019. En Alemania, donde tampoco están regulados, hubo cuatro debates en las últimas elecciones y en distintos formatos, tanto en medios públicos como privados. En Francia tienen categoría de ritual democrático, como explicaba este domingo el corresponsal de EL PAÍS, y destaca especialmente el de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, que se celebra desde 1974. En 2022, no obstante, Emmanuel Macron rechazó participar en un debate previo a la primera vuelta.

El grupo mayoritario (52%) de los encuestados en el barómetro de 40dB. considera que las del 23 de julio son unas elecciones “mucho más” o “más” importantes que otras, frente al 40% que las considera “igual” de trascendentes. Según la intención de voto, los que más importancia le dan son los electores de Vox y el PP.

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