Sánchez sostiene que Feijóo no quiere debatir porque no puede explicar su “esperpento” con Vox
El PSOE está convencido de que los acuerdos con la ultraderecha pasarán factura al PP
El eje de la precampaña de las generales está siendo muy distinto al de la campaña de las autonómicas, que fue demoledora para el PSOE. Si entonces se habló sobre todo de Bildu y de algunos escándalos del voto por correo, lo que domina la agenda de estas semanas previas a la campaña para el 23-J son los pactos municipales y autonómicos del PP y Vox. ...
El eje de la precampaña de las generales está siendo muy distinto al de la campaña de las autonómicas, que fue demoledora para el PSOE. Si entonces se habló sobre todo de Bildu y de algunos escándalos del voto por correo, lo que domina la agenda de estas semanas previas a la campaña para el 23-J son los pactos municipales y autonómicos del PP y Vox. Los socialistas, después del golpe del 28-M, parten claramente con desventaja en todas las encuestas, pero confían en una movilización de la izquierda para cambiar las expectativas. Y en estos primeros compases creen que la campaña se ha girado de una manera que no le conviene nada al PP.
Pedro Sánchez ha entrado de lleno en campaña con presencia prácticamente diaria en entrevistas o en un inusual formato que se ha inventado el PSOE y que consiste en una conversación con sus ministros sobre un tema específico, pero sin preguntas de la prensa y con un público de dirigentes del partido. Este jueves, el presidente del Gobierno se ha lanzado sobre los pactos del PP con Vox que articulan la agenda estos días, después de la amenaza de repetición electoral en Extremadura. El líder del PSOE, que sigue presionado a Alberto Núñez Feijóo para que acepte varios debates con él, ha vinculado las dos cuestiones.
“Nosotros hemos dicho que sí a todos los debates propuestos por los medios”, ha explicado Sánchez. De hecho, el PSOE ha enviado este jueves cartas a los cuatro medios que han solicitado un cara a cara —el Grupo PRISA (editor de EL PAÍS), RTVE, Atresmedia y Mediaset— para aceptar todas las propuestas, de manera que Feijóo se arriesga a que alguno de ellos se lleve a cabo con su silla vacía.
“Lo que vemos es que el PP continúa deshojando la margarita. Permitidme una broma. Para Feijóo los debates son como los gimnasios en enero, que uno se apunta pero nunca va. ¿Qué temor tiene Feijóo a debatir? Yo creo que es por la imposibilidad de explicar este lamentable esperpento de ver este intercambio de votos por derechos. Los derechos de las mujeres, del colectivo LGTBI, y otros muchos que se están viendo en ciudades, pueblos y comunidades y allí donde el PP suma con la ultraderecha”, ha rematado.
Los socialistas siguen así con su doble campaña. Por un lado, Sánchez mantiene la peculiar ronda de charlas con sus ministros, en la que llevará al menos a cinco de ellos. Ya lo ha hecho con José Luis Escrivá (Seguridad Social) y con Luis Planas (Agricultura), y seguirá con su exministro de Sanidad Salvador Illa para hablar de Cataluña; con la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, para hablar de cambio climático y energía, y con la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, para hablar de economía. Por otro lado, el PSOE mantendrá también la presión sobre el PP para lograr el máximo desgaste por sus pactos con Vox.
De hecho, en Extremadura el socialista Guillermo Fernández Vara ha tomado la iniciativa para presentarse a la investidura. Con ello, no solo destaca que el PP ha perdido las elecciones y solo puede gobernar si pacta con la ultraderecha, sino también intenta desactivar la idea de que Feijóo representa la estabilidad y la seriedad frente al caos de la coalición de Gobierno. El riesgo de repetición electoral en Extremadura, que ha puesto encima de la mesa su líder, María Guardiola, es precisamente la prueba más evidente para el PSOE de que un Gobierno PP-Vox, al que ven como la verdadera alternativa de la coalición PSOE-Sumar, no es ninguna garantía de estabilidad.
Los socialistas están convencidos de que este asunto se puede convertir en un enredo muy largo para el PP porque hay muchos hitos que refrescarán el problema para los ciudadanos. Quedan varias investiduras autonómicas, y en cada una de ellas habrá tensión entre el PP y Vox, negociaciones hasta el último minuto, posibles rupturas o acuerdos que ponan en primer plano la cuestión más compleja de gestionar para Feijóo. De momento, el líder del PP no está consiguiendo, como sí logró en la campaña de las municipales, que todo el foco se ponga sobre Sánchez y sus aliados, y en especial Bildu. El PP sigue concentrando buena parte de sus mensajes de campaña alrededor del grupo de Arnaldo Otegi, en especial en los vídeos que realiza, pero esta vez no está teniendo tanto protagonismo el asunto como en la anterior. Aún así, tanto socialistas como populares tienen claro que estamos aún en los primeros tanteos de una larga campaña y los ciudadanos estarán más atentos y los mensajes tendrán mucha más fuerza a medida que se acerquen las elecciones, por lo que todo el análisis que sirve para este arranque, y que ha animado a los socialistas con la posibilidad de una campaña mucho mejor que la anterior, puede cambiar rápidamente. Y en cualquier caso, lo que sigue siendo decisivo es la gran movilización del voto conservador, que no parece remitir, y el trasvase del PSOE hacia el PP, que precisamente los socialistas confían en frenar con este giro que han provocado los pactos con Vox en la Comunidad Valenciana y en 140 ayuntamientos.