La renuncia de Garzón agita la negociación contra reloj de Yolanda Díaz con Podemos
La vicepresidenta agradece el gesto del líder de IU y no se pronuncia sobre el futuro de Montero y Belarra: “Esta pregunta hay que formulársela a cada una de las personas”
A tan solo seis días de que venza el plazo para el registro de coaliciones, la renuncia del líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, a presentarse en las listas de Sumar para las elecciones del 23 de julio, supuso el viernes la última sorpresa en un proceso negociador inédito, que implica poner de acuerdo a una quincena de partidos en tiempo récord. La decisión, “muy meditada y que aspira a promover la renovación de ...
A tan solo seis días de que venza el plazo para el registro de coaliciones, la renuncia del líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, a presentarse en las listas de Sumar para las elecciones del 23 de julio, supuso el viernes la última sorpresa en un proceso negociador inédito, que implica poner de acuerdo a una quincena de partidos en tiempo récord. La decisión, “muy meditada y que aspira a promover la renovación de las caras públicas” que representen al proyecto, según explicó el ministro de Consumo, ha agitado el debate sobre la continuidad también de las máximas dirigentes de Podemos, Ione Belarra e Irene Montero. Preguntada por este asunto en una conferencia de prensa en el Ministerio de Trabajo, la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz evitó responder y emplazó a que sean ellas quienes hablen de su futuro.
“Sumar es un movimiento ciudadano, y eso es lo importante”, incidió Díaz. “No voy a desvelar nada de las negociaciones. Los acuerdos salen porque hay discreción”, añadió tras mostrarse “optimista” sobre unas conversaciones de las que apenas han trascendido detalles. “Les doy las gracias hoy a una mujer que suma, se llama Ada Colau [que hace días trasladó que no iría en las listas del 23-J por Barcelona], y hoy a Alberto Garzón […] Creo que esta pregunta hay que formulársela a cada una de las personas”, respondió escuetamente.
En la formación de Belarra, que ha mantenido ya al menos un encuentro con el equipo de Sumar esta semana, distintas fuentes indican que no ven posible un veto a las dos ministras. “Eso sería una humillación”, resume un cargo público del partido. Creen que en todo caso responde a que hay formaciones, como Más Madrid o Compromís, que no quieren que Podemos forme parte de la coalición. Las dos fuerzas territoriales también desmienten estos días que haya líneas rojas, aunque sí han hecho valer su peso en el proyecto —18,35% del voto en la Comunidad de Madrid y el 14,3% en la Valenciana, frente a un UP ya extraparlamentario—. Las negociaciones con cada una de las partes, no solo Podemos, son muy complejas y todos admiten que el ruido externo puede hacerlas descarrilar.
La urgencia del momento tras el batacazo electoral del 28-M impone pragmatismo y en los últimos días ha cundido la desazón en varias comunidades. En Baleares, la dirección —donde el partido pasó de seis a un parlamentario tras haber estado en el Gobierno— puso el jueves sus cargos a disposición del Consejo Ciudadano Autonómico, en la práctica, un anuncio sobre su intención de dimitir en la reunión prevista el 10 de junio. En rueda de prensa, la coordinadora en las islas, Antònia Jover, se mostró “convencida” de que la gente “está esperando” la confluencia con Sumar. La última de las voces que han señalado en público el camino es la del máximo responsable en Madrid, Jesús Santos. “Primero el país y no los partidos. Nos jugamos una década y cada voto puede decantar la balanza. De nosotras/os dependerá el rumbo de España a partir del próximo 23 de julio. Seamos responsables, sumemos y salgamos a ganar. Juntas y juntos, con Yolanda Díaz”, escribió a mediodía en redes el político de Alcorcón, que en plena campaña recibió el respaldo de la vicepresidenta, con quien ya había cerrado filas antes.
La renuncia de Alberto Garzón (Logroño, 37 años) marcó la jornada del viernes. El coordinador federal de IU, que informó de su decisión el martes a Díaz, mantendrá el cargo al frente del partido y trabajará en la campaña de Sumar. Se trata de un paso decidido hace tiempo, según explican en su entorno, y que el adelanto electoral ha precipitado. “Como republicano, siempre he creído en la renovación de los representantes: es sano para los proyectos políticos y también para la democracia. Ahora que entramos en una fase nueva, creo que es un momento estupendo para dejar que otros compañeros y compañeras puedan aportar sus energías y conocimientos. Yo he estado doce años en la primera línea. Pasé de las plazas del 15-M al Congreso, y de allí al Gobierno de España”, reflexiona el ministro de Consumo en un comunicado en el que también pone el énfasis en el desgaste que supone para la vida personal. “No sé cuánta gente recordará el trabajo, tiempo y energías que he dedicado durante estos 12 años. Tengo la esperanza de que la gente lo recuerde como una contribución positiva. Pero de lo que estoy seguro es de que quien sí va a recordar el tiempo y la energía dedicados es mi familia. La primera línea de la política es muy exigente. A partir de ahora quiero cuidar más y mejor a la gente a la que quiero: a mis hijas, a mi compañera, a mi familia. Y lo quiero hacer combinando dos aspectos: dedicándoles más tiempo y manteniendo mi compromiso político por construir una vida mejor”, enuncia Garzón.
“Gracias por todo el camino que hemos recorrido juntas. Somos militantes, así que esto no es un adiós, seguiremos haciendo política para mejorar la vida de la gente“, le dedicó Irene Montero en redes. “Hoy no puedo más que darle las gracias por su buen hacer, su saber estar y su enorme generosidad”, ensalzó también Díaz, que contará con el dirigente de IU para la rama económica de Sumar.
En los últimos tiempos, la relación entre la vicepresidenta y el coordinador federal de IU era muy buena, según transmiten en su entorno. La titular de Trabajo mantuvo en 2019 un desencuentro con Garzón por apoyar la estrategia del entonces líder de Podemos, Pablo Iglesias, para formar un Gobierno de coalición, lo que llevó a la repetición electoral de noviembre de ese año. La discrepancia condujo a la salida de Díaz de Izquierda Unida, aunque aún hoy mantiene el carnet de militante del PCE. Con el cambio de liderazgo en Unidas Podemos, Garzón y el partido decidieron dar su apoyo a Sumar, integrándose en sus grupos de trabajo desde el principio.
Sucesor de Cayo Lara
El hoy ministro entró por primera vez en el Congreso tras las generales de noviembre de 2011 que dieron la mayoría absoluta al PP en un contexto de fuerte crisis económica. Se convertía entonces en el diputado más joven del hemiciclo, tan solo meses después de que su figura emergiera como uno de los referentes en las protestas del 15-M. En junio de 2016, sucedió a Cayo Lara en el liderazgo de IU, pero ya antes, el entonces máximo responsable de IU se hizo a un lado y dejó que Garzón se presentara como candidato a la Presidencia del Gobierno en 2015. El partido obtuvo en aquellos comicios dos diputados frente a los 69 de Podemos y tras un intenso debate interno, ambas fuerzas decidieron presentarse juntas en las siguientes elecciones bajo la marca Unidos Podemos. En el Gobierno de coalición ha dirigido el Ministerio de Consumo y, pese a sus modestas atribuciones, ha protagonizado algunos de los debates más mediáticos estos años: las polémicas por la ingesta de carne, el modelo de producción de las macrogranjas o la publicidad en torno a los juguetes. Dentro del Ejecutivo, ha ejercido también de apoyo a Díaz cuando, en los últimos tiempos, el espacio a la izquierda aireaba sus diferencias estratégicas.
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