Sumar se aferra a la autonomía de los comunes para justificar su posición en la crisis de los presupuestos en Cataluña

Ada Colau avaló la estrategia del grupo parlamentario de Catalunya en Comú y asegura que no será candidata a la Generalitat

Ada Colau, a la izquierda; y Yolanda Díaz y Ernest Urtasun, a la derecha, durante el acto de cierre de la campaña electoral de Sumar en la pasada campaña en Galicia.Agostime (Europa Press)

ERC y PSOE han evidenciado en los últimos días su malestar con el papel de la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, que descartó públicamente influir en las negociaciones catalanas amparándose en el carácter plurinacional de Sumar. Una postura que defendió también el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, el único miembro del Ejecutivo de Catalunya en Comú. Republicanos y socialistas culpan a los comunes po...

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ERC y PSOE han evidenciado en los últimos días su malestar con el papel de la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, que descartó públicamente influir en las negociaciones catalanas amparándose en el carácter plurinacional de Sumar. Una postura que defendió también el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, el único miembro del Ejecutivo de Catalunya en Comú. Republicanos y socialistas culpan a los comunes por haber dejado caer los Presupuestos catalanes y cuestionan el liderazgo de Díaz en este asunto. Mientras, desde Podemos, en una posición crítica siempre con la vicepresidenta, aprovechaban este jueves para deslizar que, con Pablo Iglesias, esto “no hubiera pasado” y se habría evitado el efecto contagio de que el Gobierno central se quede también sin Presupuestos.

Las relaciones entre ERC y la dirección de Sumar son tensas. Los de Oriol Junqueras votaron en contra de la reforma laboral en febrero de 2022 y en Cataluña la pugna tiene un evidente carácter electoral, al competir por un electorado similar. Con todo, esta semana ha habido contactos, aunque según fuentes conocedoras de las conversaciones, Díaz siempre trasladó que los comunes tenían autonomía de decisión y pidió, en todo caso, que ERC negociase.

“Pensar que el hecho de que Aragonès no consiga sacar adelante sus presupuestos es responsabilidad de que haya habido o no una mediación de Yolanda Díaz es partir de un error. Esto es un grupo confederal plurinacional. Jamás se media para presionar a compañeros a que tomen una postura u otra en un debate territorial”, insisten fuentes de Sumar, que creen que el problema es que los Presupuestos catalanes eran malos para la ciudadanía. También, trasladan la responsabilidad al Govern, que solo consiguió el apoyo de uno de los ocho grupos políticos del Parlament (el PSC). Sumar también responde a los señalamientos del ala socialista de la coalición y pone de manifiesto que fue el PSC el que decidió no moverse. Los comunes, de hecho, están en proceso para cerrar un acuerdo con Sumar —que celebra su primera Asamblea la próxima semana—, que evite las injerencias.

Además de la convocatoria electoral para el 12 de mayo, la consecuencia inmediata en la política nacional ha sido la renuncia a negociar los Presupuestos de 2024, un movimiento del que Sumar se enteró por los medios y que han tachado de “decisión unilateral del PSOE” que no comparten. Después de que el partido de Díaz saliera esta semana públicamente presionando al PSOE para lograr incluir algunas medidas en materia de dependencia, permisos, fiscalidad y vivienda, el haber descartado la posibilidad de tener cuentas este año complica la posición de Sumar en el Gobierno, que necesita hacer valer su papel después de unos meses en los que la amnistía ha acaparado todo el debate público. Su portavoz parlamentario, Íñigo Errejón, aseguraba este jueves que las cuentas no lo son todo: “A falta de Presupuestos hemos sido capaces de subirle el salario a 2,5 millones de trabajadores, de revalorizar las pensiones de quienes más lo necesitan y seremos capaces de reducir la jornada laboral. Así que hay legislatura y agenda social”, defendió.

Críticas a Catalunya en comú

Tras facilitar la aprobación de tres de los cuatro últimos Presupuestos en Cataluña, los comunes han sorprendido al sostener hasta el final su rechazo al complejo del Hard Rock al calificarlo como un proyecto caduco que puede servir para generar el blanqueo de capitales, ludopatías e insostenible en un contexto de sequía. La líder de los comunes en el Parlament, Jessica Albiach, subraya que hace cinco meses avisó a Aragonès de que exigirían el freno al complejo hasta el final, como escenificó la cúpula del partido el domingo con Ada Colau, Ernest Urtasun, Albiach y Jaume Asens.

En el PSC recuerdan que en 2022 los comunes votaron unas cuentas que destinaban 122 millones de euros al Hard Rock. Pero de la misma forma que los socialistas catalanes defienden que ahora apoya la amnistía porque el contexto ha cambiado, los comunes afirman que la sequía es ahora mucho peor que hace un año y que el plan director del Hard Rock está a punto de aprobarse. “Está en juego el modelo de país. No podíamos llegar el año que viene a las elecciones con el plan urbanístico aprobado y la opción de compra del proyecto formalizada. Eso no tendría marcha atrás”, afirma una fuente de los comunes en el Parlament.

Colau insiste en que no será candidata a la Generalitat

Pero hay otra razón de fuerza mayor: Ada Colau ya no es alcaldesa en Barcelona y no necesita los votos de ERC para gobernar como ocurrió en el pasado con el intercambio de apoyos entre el Ayuntamiento, el Parlament y el Gobierno. Oficialmente, el partido niega que esta sea la razón: “Es falso que sea un despeche de Colau”, dicen y remachan que “la estrategia viene de lejos, está pensada, consensuada y aprobada por todos los órganos del partido”. La líder del partido confirma que no ha participado en las negociaciones del grupo parlamentario, pero que avala la decisión, que pasó por la ejecutiva de Catalunya en Comú el pasado lunes. También insiste y recuerda que lo ha dicho “mil millones de veces” que no será candidata del partido a la Generalitat.

Pero personas relevantes de la formación advierten: “Ya no tenemos el Ayuntamiento, ya no necesitamos ni nos importa tanto que nos apoyen las políticas”. Las mismas fuentes son críticas con la estrategia seguida: “Es verdad que el partido está de forma unánime contra el Hard Rock y hay que marcar perfil. Pero ha sido un error centrarse en una sola cuestión. Cuando negocias tienes que pensar en todos los escenarios y en la salida de cada uno de los escenarios. Se ha medido mal”, lamentan.

Con la CUP en caída, los comunes, estancados en el Parlament con ocho escaños (el total es de 135), aspiran a ganar espacio por la izquierda y pasar el rastrillo en busca de votos por coherencia. “Si cuando gobierna la izquierda asumimos los planteamientos de la derecha, ¿cuándo nos van a votar?”, se preguntó la diputada de los comunes sobre el no rotundo al Hard Rock. Pero la decisión y sus consecuencias han sido cuestionados por algunas voces relevantes y que nunca antes habían alzado así la voz. Como el secretario general de CC OO en Cataluña, Javier Pacheco, que el miércoles emplazó en las redes “a la izquierda a no perder el rumbo” y no se mordió la lengua: “Valoramos muy negativamente la caída de Presupuestos y convocatoria anticipada. Emplazar a la ciudadanía a una borrachera electoral entre mayo y junio no toca por la situación socioeconómica. La izquierda no está haciendo caso de los riesgos que tenemos ante las políticas reaccionarias y de ultraderecha que llaman a la puerta de nuestras instituciones cuando lo necesario es dar respuestas”.

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