Ciudadanos pierde 30 escaños y dilapida la victoria histórica de 2017
Inés Arrimadas evita la autocrítica y achaca los malos resultados de su formación a la baja participación
Ningún partido ha perdido tanto como Ciudadanos este domingo, que ha pasado de ser la fuerza más votada en 2017 a la séptima en 2021. El partido que Inés Arrimadas llevó a la victoria electoral en Cataluña hace tres años con 36 escaños se ha quedado este domingo con apenas seis diputados. Una derrota histórica que recuerda a una noche electoral más reciente, la última de Albert Rivera como líder del partido. En aquellas generales del 10-N de 2019, Cs se hundió hasta los 10 escaños después de hab...
Ningún partido ha perdido tanto como Ciudadanos este domingo, que ha pasado de ser la fuerza más votada en 2017 a la séptima en 2021. El partido que Inés Arrimadas llevó a la victoria electoral en Cataluña hace tres años con 36 escaños se ha quedado este domingo con apenas seis diputados. Una derrota histórica que recuerda a una noche electoral más reciente, la última de Albert Rivera como líder del partido. En aquellas generales del 10-N de 2019, Cs se hundió hasta los 10 escaños después de haber logrado 57 apenas siete meses antes. El partido de Inés Arrimadas, ahora líder nacional, vuelve a sufrir este 14-F un golpe a la altura del de entonces al perder casi un millón de votos. “No hemos sido capaces de movilizar a los votantes constitucionalistas”, ha reconocido Arrimadas en su valoración de los resultados, en la que ha evitado hacer autocrítica y ha achacado el batacazo a la escasa participación (53,46%).
Ni las peores encuestas ni desde luego los sondeos internos, mucho más generosos, lograron dimensionar la contundencia de una debacle anunciada. Los de Arrimadas soñaban con amortiguar la caída y quedarse por encima de los 20 escaños, con el objetivo de no ser superados por Vox y el PP. La ultraderecha, con 11 diputados, barrió cualquier expectativa de los liberales, a los que como único consuelo de una noche para el olvido les queda el haber ganado la batalla que libran con los populares, perdidos en la irrelevancia en la política catalana con apenas tres escaños.
Todas las miradas se centran ahora en Inés Arrimadas, por encima del propio candidato Carlos Carrizosa. La presidenta se volcó desde el primer día en la campaña catalana como si ella fuera la aspirante a la Generalitat, lo que hace de esta una derrota muy suya. Esta noche en Cataluña, en su cuna política, Cs se jugaba mucho. La presidenta del partido había multiplicado su presencia en los actos de campaña con la intención de recuperar algo de aquella gesta de 2017 que convirtió en histórica una victoria más simbólica que efectiva, ya que el independentismo siguió gobernando y ella nunca intentó la investidura (para la que tampoco daban los números).
Por ello, la líder decidió comparecer junto a Carrizosa esta misma noche para asegurar que “Ciudadanos seguirá siendo voz y refugio del constitucionalismo y seguirá luchando por Cataluña”. La presidenta del partido ha reconocido una “sensación de tristeza” porque “el separatismo salga reforzado cuando está más dividido y tiene menos apoyo”. “Se avecinan años duros”, ha advertido.
Arrimadas había tratado en los últimos meses de cerrar la brecha abierta entre sus votantes y su formación después de unos años de volantazos ideológicos dirigidos por su predecesor, marcados por su giro a la derecha y su veto al PSOE, pero cualquier intento de contener la sangría de votos ha resultado inútil. El de este domingo era el primer gran examen para el partido desde la salida de Rivera.
La presidenta de la formación, en un claro desmarque de su predecesor, había trabajado para devolver a Ciudadanos a sus orígenes, al centro político, con una mano tendida a la derecha y otra a la izquierda. Una estrategia que en los últimos días trataba de encontrar a parte de aquel millón holgado de electores catalanes no nacionalistas que concentraron su voto hace tres años en Cs, con la crisis del procés aún caliente, frente a otras opciones como el PP o el PSOE. Pero los votantes de Cs ya no están tampoco en Cataluña, donde la formación nació hace 14 años.
Ciudadanos no ha logrado retener apoyos ni de un lado ni de otro. El PSC, con el exministro Salvador Illa de candidato y que ha ganado las elecciones en número de votos, ha recuperado al elector de izquierdas no nacionalista que le había dado la espalda hace tres años. Por el otro lado, la ultraderecha de Vox, cuyo objetivo era precisamente el sorpasso de los de Arrimadas, se ha ganado el favor del votante de derechas descontento con la deriva de Ciudadanos.
Carrizosa, que también enmarcó su derrota en la baja participación, ha asegurado, en un claro mensaje a Vox, que defenderán “a aquellos que se sienten catalanes, españoles y europeos” para demostrar que “no tienen que caer en estridencias, ni radicalismos, porque desde el centro se puede defender a Cataluña”. Pero, más allá de las primeras palabras en caliente, la ejecutiva del partido se reunirá este lunes para analizar los porqués de otra noche aciaga para Ciudadanos.