Ondara vibra con el triunfo de sus vecinos de Nebulossa: “Ahora nos consideramos zorras, ¿y qué?”
En la localidad alicantina donde viven Mery y Mark, el dúo que representará a España en Eurovisión, coinciden en lo mucho que “se lo han currado” y en que son “gente normal, del pueblo de toda la vida”
Tras el subidón que supuso el triunfo en el Benidorm Fest del sábado, toca retirarse al pueblo. Solucionar la continuidad del salón de belleza que regenta la cantante Mery Bas, o del estudio de grabación del productor Mark Dasousa; reunirse con sus dos hijos y hablar de todo lo que ha pasado y pasará, ir asimilando el brutal ...
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Tras el subidón que supuso el triunfo en el Benidorm Fest del sábado, toca retirarse al pueblo. Solucionar la continuidad del salón de belleza que regenta la cantante Mery Bas, o del estudio de grabación del productor Mark Dasousa; reunirse con sus dos hijos y hablar de todo lo que ha pasado y pasará, ir asimilando el brutal impacto de su exposición pública por su repentino éxito más allá de los 50 años, antes de que comience la vorágine de promociones, giras, entrevistas, ensayos y viajes previos al festival de Eurovisión, que se celebrará el 11 de mayo en la ciudad sueca de Malmö. En el pueblo alicantino de Ondara, de 7.400 habitantes, parece que así lo entienden y lo respetan. “Ahora tienen que descansar”, dice una mujer en un céntrico bar. “De repente, son famosos y se habla mucho de ellos, pero son gente muy normal, del pueblo de toda la vida. Aquí nos conocemos todos”, apunta otra.
Es un comentario recurrente entre los vecinos consultados el martes: “Del pueblo de toda la vida”. Eso y que “se lo han currado mucho”, que se lo merecen por los muchos años dedicados a su pasión, la música, de bolo en bolo, con diversas formaciones como las ya extintas Píldora X (en la que él era el teclista) o Solar (con ellos dos y más músicos), anterior a Nebulossa. Y todo ello desde los márgenes, desde una localidad situada a 100 kilómetros de Valencia y 85 de Alicante y alejada del centro de la industria y de los cenáculos mediáticos, entre el mar de Dénia y las montañas de la Serra de Segària.
A las seis señoras que toman café en una terraza, debajo del Atomic Studio, donde Mark ha trabajado con relevantes grupos valencianos de rap, rock o pop como La Fúmiga, Smoking Souls o Zoo, les gusta Zorra, la “divertida y fiestera” canción ganadora. “Ahora, aquí, todas nos consideramos zorras, ¿y qué?”, afirma, desafiante y divertida, la que parece llevar la voz cantante, mientras el resto de las amigas se ríen y asienten. Todas le quitan hierro a la polémica generada, sobre todo en determinados ambientes conservadores, por las connotaciones del nombre de la canción y su contenido, irónico y reivindicativo. “¿Y por qué no hay polémica con zorro? Hasta hay otra serie, El Zorro, y no pasa nada. Cada uno tiene su gusto y no hay por qué meterse con el de los demás”, tercia la última en llegar.
Dora conoce bien a la pareja ganadora, que fue recibida el domingo en su barrio por un numeroso grupo de vecinos cantando Zorra: “Son muy trabajadores y no hablan mal de nadie. Se han buscado la vida siempre en lo que les apasiona. Recuerdo cómo se apuntaron al festival de San Remo en 2021. Y ahora han dado un paso adelante. María ha vivido su vida como ha querido. Que digan lo quieran de ellos. Es extraordinario lo que les ha pasado”. La agencia de comunicación que lleva ahora a Nebulossa responde que el dúo necesita tranquilidad y que no se expondrán ante los medios esta semana, a instancias de RTVE, organizadora del Benidorm Fest. “Hay que respetarlos”, apunta Kike, que les hizo el “merchandasing” en su tienda de arte urbano Laruch, muy cerca de donde viven.
En esas tranquilas calles, el londinense de origen mexicano Salvador Gutiérrez tiene una peluquería donde corta el pelo al dúo y a su familia, con los que ha trabado una buena relación. Lleva cinco años viviendo en Ondara “porque es muy tranquilo, porque aquí la gente cuida unos de otros”. “Necesitaba salir de Camden Town”, del estrépito de la gran ciudad, añade. Salvador fue una de las estrellas de la fiesta en la que el pueblo siguió la final el sábado en un local municipal, ataviado con sus elevadas plataformas púrpuras y su colorido sombrero que entroncan con el popular carnaval del barrio de la capital británica. “La gente piensa que estoy loco”, dice sonriendo.
En la centenaria plaza de toros del pueblo, de estilo neomudéjar, se instalará una gran pantalla para seguir la final de Eurovisión el 11 de mayo. “Será una fiesta con mucha fuerza”, comenta el alcalde de Ondara, el socialista Ramiro Pastor. “La gente se siente muy identificada con sus vecinos. Para el pueblo ha sido una alegría muy grande el triunfo de unos vecinos muy cercanos, que llevan muchos años trabajando, y que representarán a España. Es histórico para nosotros”, afirma. Sostiene que la polémica sobre la canción se genera muchas veces para armar ruido y dar que hablar, pero que no es tal, que es un proyecto musical con un mensaje acogedor, como el pueblo, situado “en una encrucijada entre el mar y la montaña, entre Valencia y Alicante”, agrega.