Cómo abrir los parques naturales valencianos a más iniciativas sin rebajar la protección

Los ecologistas recelan de los planes del nuevo Gobierno de no perder oportunidades en espacios protegidos y alertan del peligro de masificación

Parque Natural de la Albufera de Valencia.Mònica Torres

Cambiar el concepto de espacio restrictivo. Ese es uno de los objetivos del nuevo Gobierno valenciano sobre los 22 parques naturales autonómicos. Para ello, aunque sin dar muchos detalles, la consejería de Medio Ambiente esboza ese impulso con el que “no perder oportunidades de proteger nuestro medio natural con criterios racionales y de compatibilidad de usos”, tal como dijo la re...

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Cambiar el concepto de espacio restrictivo. Ese es uno de los objetivos del nuevo Gobierno valenciano sobre los 22 parques naturales autonómicos. Para ello, aunque sin dar muchos detalles, la consejería de Medio Ambiente esboza ese impulso con el que “no perder oportunidades de proteger nuestro medio natural con criterios racionales y de compatibilidad de usos”, tal como dijo la responsable del departamento, Salomé Pradas, en su primera comparecencia.

Pradas habló de las líneas generales de su acción de gobierno y mencionó, en primer lugar, los parques naturales en su idea de “conjugar protección del medio ambiente y desarrollo social y económico”. Además, avanzó un plan de revisión de las normas reguladoras de los parques naturales, lo que ha puesto en alerta a los conservacionistas. Más dado que el gobierno de Carlos Mazón (PP), tiene como socio a Vox, que ya ha hablado del “fanatismo climático” y la “perversa” Agenda 2030, tal como señaló el consejero de la ultraderecha que tiene asignadas las competencias de Agricultura.

Sin embargo, el director general de Medio Natural, Raúl Mérida, ha asegurado que la ley de Espacios Naturales protegidos, que data de 1994, no se tocará, que en ningún caso habrá una rebaja de la protección y que la intención es revisar los planes de ordenación y de gestión de usos.

”La consejería está abierta para todos aquellos proyectos que sean interesantes y creen riqueza para el entorno desde la sostenibilidad del mismo”, resumen fuentes del departamento de Pradas.

“Ser conocidos es la mejor forma de que se conozcan valores”, afirmó la consejera que adelantó que una de las acciones previstas es una campaña de divulgación de estos espacios en los que se pretende “potenciar el turismo de naturaleza”. “No vamos a permitir nada que no esté permitido”, asegura el director general de Medio Natural que afirma que solo se trata de ofrecer alternativas dentro de la norma, “poner en valor el parque y sus peculiaridades y tratarlos como parte de nuestro patrimonio”. Los ecologistas ven un peligro: la masificación. Hay parques que tienen restricciones en el acceso pero esta no es una medida mayoritaria. En Ecologistes en Acció, Richard Barrena, considera que es preciso realizar estudios de carga en los espacios para determinar cuánta gente cabe. De la misma manera, Eva Tudela, de Acció Ecologista Agró, considera que los parques han estado abiertos para quien ha tenido interés en conocerlos y que hay que ir con cuidado con abrirlos a un turismo de playa “que muchas veces no tiene la sensibilidad de quienes visitan espacios protegidos”.

“No se trata de masificar”, asegura el responsable de Medio Natural de la consejería.

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La consejera aseguró que los cambios se realizarán de la mano de “todos” los agentes implicados. Raúl Mérida mantiene que se buscará el consenso y que las junta rectoras de los parques, en las que suelen estar incluidos los grupos conservacionistas, serán el escenario de las negociaciones. Sin embargo, adelantan otro problema como es el hecho de que esos órganos, que deberían reunirse cada seis meses, se pueden convocar hasta con dos años de retraso. También vaticinan que la administración presente las incitativas como hechos consumados, tal como ha pasado en otras ocasiones.

Sin oposición a la revisión

Ninguno de los dos grupos conservacionistas se niega a esa revisión de usos que, tal como señala Eva Tudela, se debería haber hecho hace años. Pero sí muestran su cautela sobre las formas. De hecho, la consejera escenificó en las Cortes su intención de impulsar estas políticas de parques con la firma del inicio de la tramitación del Plan Regulador de Usos y Gestión de la Albufera de Valencia, cuando el paso anterior, según la portavoz de Acció Ecologista, el Plan de Ordenación de Recursos Naturales de este mismo espacio, que marca las bases de los usos, aún no está aprobado.

Los dos colectivos conservacionistas están de acuerdo en la mejora de la señalización de algunas rutas, que el Gobierno valenciano tiene en mente, y en la recuperación de antiguas sendas. También en la de promocionar y promover actividades que ya están permitidas como el buceo, en espaciosos protegidos marinos. “El problema es que esconden la ‘marca’ de parque natural para que los buceadores no piensen en restricciones que las hay, pero se puede bucear en unos lugares excepcionales”, señala Richard Barrena. “Hay que impedir acciones que tengan un impacto irreversible”, precisa.

El director general de Medio Natural insiste en que cualquier acción se realizará “desde la sostenibilidad y la protección”.

Una de las ideas del nuevo gobierno es la de facilitar los permisos y agilizar las actividades que la actual regulación permite. Es el caso de eventos deportivos que acaban desestimándose por la lentitud de la burocracia y la tramitación de autorizaciones. El nuevo gobierno estudia implantar la declaración responsable como método para acelerar esos permisos para la realización de actividades. Es lo que Medio Ambiente llama “empleo verde” y que surge de toda la iniciativa económica que se mueve alrededor de estos espacios y que, además, quiere que contribuya a la despoblación.

Certificados para poner en valor productos del entorno

Una de las acciones concretas previstas en la consejería que lidera Salomé Pradas es la de la emisión de un certificado para los productos que se elaboren dentro o en el entorno de los parques naturales. Según el director general de Medio Natural, Raúl Mérida, este “certificado forestal”, que requerirá además de unos estándares de calidad, contribuirá a poner en valor estos productos que, además, tienen su origen en actividades tradicionales. Es el caso del corcho en el parque natural de la Serra Espadà, donde hay artesanos que producen corcho procedente de los propios bosques situados del espacio y de forma sostenible. “Tenemos que tener en cuenta que hay parques que son el motor económico para muchos municipios”, afirma Mérida. “Es otra forma de acabar con esa visión de que el medio ambiente es sinónimo de restricción”, añade. El aceite o la miel son otros de los productos que podrían acceder a ese certificado, al igual que la sal procedente del parque de Las salinas de Torrevieja o el vino en las Hoces del Cabriel.
En parques naturales, o fuera de ellos, la consejería está estudiando la posibilidad de iniciar experiencias de contaminación cero. Para ello deberán buscar zonas de espacios naturales en los que no exista nada externo que interfiera y poder hacer un seguimiento de cómo evolucionan la fauna y la flora. Este tipo de experiencias, que según Mérida no están desarrolladas en España, permitirá, junto a las universidades, el estudio del entorno. Para explicarlo recuerda como, durante el confinamiento que provocó la pandemia, muchas animales retornaran a espacios que habían habitado y abandonado por la acción humana y el impacto de la contaminación.

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