Ana Criado: la prologuista de Hollywood que nació en Buñol
La nominada a un Emmy es hoy una de las gobernadoras de la Television Academy que entrega los premios del sector en EE UU
En mayo de 2012, Ana Criado (47 años) llegó a Los Ángeles. Su particular crisis de los 30 había coincidido con la de 2008 y, pese a que había trabajado para grandes del diseño como David Ruiz o Lavernia & Cienfuegos, decidió que, a su edad, lo de no llegar a fin de mes requería de una solución drástica: “O me dedicaba a otra cosa o emigraba”. Actualizó su portafolio y envió currículos a medio mundo. Llegaron las respuestas automáticas —negativas—, y algunas más amables, pero el único sí rotundo...
En mayo de 2012, Ana Criado (47 años) llegó a Los Ángeles. Su particular crisis de los 30 había coincidido con la de 2008 y, pese a que había trabajado para grandes del diseño como David Ruiz o Lavernia & Cienfuegos, decidió que, a su edad, lo de no llegar a fin de mes requería de una solución drástica: “O me dedicaba a otra cosa o emigraba”. Actualizó su portafolio y envió currículos a medio mundo. Llegaron las respuestas automáticas —negativas—, y algunas más amables, pero el único sí rotundo lo firmaba el que hasta para ChatGPT es el segundo autor de títulos de crédito más famoso de la historia del cine después de Saul Bass: Kyle Cooper. “Le dije que, en realidad, nunca había hecho nada de eso, que no sabía animar, que no conocía el oficio... Él insistió y me mudé a Venice”. Justo 11 años después, la buñolense no solo responde a EL PAÍS por videollamada desde ese distrito, sino que es una de los 25 gobernadores que coordinan la Television Academy, la organización de profesionales que otorga los Premios Emmy.
Criado estuvo nominada a los galardones más prestigiosos del mundo de la televisión en 2019 por la serie Stark Trek: Discovery. Sus “prólogos visuales” han formado parte de éxitos globales como American Horror Story, galas de los Óscar, la plataforma Apple Arcade y, hoy en día, trabaja para FX (The Walt Disney Company), una de las más brillantes productoras del audiovisual hollywoodiense y responsable de proyectos tan premiados como Fargo, Sons of Anarchy o Mrs. America. Sin embargo, su comienzo fue bastante más abrupto: “Los primeros días en Prologue, el estudio de Cooper, fueron horribles; me di cuenta de que mi nivel de inglés era peor de lo que pensaba y ni entendía ni me entendían. Entonces llamó él desde un rodaje. Estaba tan nerviosa que pensé que lo que me estaba diciendo era que se había equivocado, que lo sentía mucho, que estaba despedida”. Sus compañeros le advirtieron de que era justo lo contrario, que estaban entusiasmados con su incorporación. Ahora trabaja como directora creativa, asumiendo una coordinación que va más allá de la parte gráfica de esos títulos que apagan el mundo exterior y sumergen en una serie o película.
Lo que no sabían entonces ni Cooper ni Criado es que, meses más tarde, Hollywood viviría la mayor inflexión de su historia: “Cuando llegué, el 80% o 90% de lo que hacíamos era cine. Había cuatro grandes estudios dedicados a títulos de crédito.
Entonces, “Netflix lo cambió todo”, cuenta la valenciana. “Por un lado la producción se desató y el porcentaje de trabajo entre salas y plataformas se vio invertido. Por otro, al aumentar de una forma exponencial la cantidad de contenido para las mismas, se exacerbó la competencia entre estudios por conseguir un mismo proyecto, lo que aquí conocemos como “pitches”, lo que impactó, sobre todo, en los estudios más modestos cuando sus trabajos no eran los seleccionados.”
Sin embargo, Criado apunta a que, desde allí, la amenaza hoy parece otra: “En la academia llevamos un tiempo preparándonos para la crisis. Desde Hollywood, que las plataformas tengan grandes estudios en Europa o Asia se ve como una amenaza, como que Hollywood haya permitido que su negocio se escape. Aun así, hoy hay más trabajo que nunca, pero también más población y más parte del sistema depende de que la gran fábrica del entretenimiento no se caiga”.
Hasta que inició su vida a 10.000 kilómetros de Buñol, nunca había diseñado unos títulos de crédito. “Idealmente, deben contar su propia historia”, “aunque nuestro primer paso es asumir los acuerdos del departamento de legal: orden de aparición de actores y actrices, tamaño pactado y un largo etcétera de compromisos”. Del cine clásico se queda con los prólogos de Matar a un ruiseñor y El crepúsculo de los dioses y tiene claro para qué cineasta en activo desearía trabajar: Pedro Almodóvar. “A corto plazo es difícil que vuelva a España. He asumido otro tipo de responsabilidades como directora creativa, como gobernadora de la Television Academy, estoy más en rodaje... En los últimos años he pasado algunas temporadas allí y no descarto que, si vuelvo a dedicarme únicamente a labores de diseño, regrese. He aprendido que esta industria cambia increíblemente rápido, en cuestión de meses, así que… quién sabe”.