Janet Sanz: “Trabajaré asesorando a ciudades que quieran hacer proyectos como las ‘superilles’”
La exconcejal de los comunes en Barcelona se despide este viernes tras 14 años en el Ayuntamiento y anuncia su fichaje por la red de grandes urbes Metropolis
Tras 14 años como regidora en el Ayuntamiento de Barcelona (cuatro en la oposición con ICV, ocho en el Gobierno de Ada Colau y dos de nuevo en la oposición), Janet Sanz (Tamarite de Li...
Tras 14 años como regidora en el Ayuntamiento de Barcelona (cuatro en la oposición con ICV, ocho en el Gobierno de Ada Colau y dos de nuevo en la oposición), Janet Sanz (Tamarite de Litera, 41 años), se marcha este viernes en el último pleno del año.
PREGUNTA. ¿Qué balance hace de estos 14 años y en especial de los ocho de Gobierno municipal?
RESPUESTA. Ha sido una experiencia increíble, he tenido el privilegio de poder hacer y repensar Barcelona. Una oportunidad que para una persona que viene de Tamarite de Litera (Huesca) y se ha criado detrás de la barra de bar, poder desarrollar políticas transformadoras de urbanismo, la herramienta más poderosa que tenemos las ciudades, el mejor regalo que podría haber imaginado que la política me daría. Los comunes cambiamos la agenda: hicimos cosas que en 2015 parecían utopías y hoy son realidad. Como demostrar que el urbanismo no es neutro y puede generar derechos y no privilegios, que es lo que pasaba hasta entonces. Pusimos límites al capitalismo salvaje que juega con las ciudades como si fuera un Monopoly, impactando en la vida de sus vecinos, fijamos a la vivienda y la perspectiva feminista como prioridad.
P. ¿Quién le sucederá en la presidencia del grupo municipal?
R. Será Gemma Tarafa, la actual portavoz, tiene sentido a un año y medio de las elecciones e inmersos en un proceso de primarias, que tome las riendas de la coordinación.
P. El alcalde Jaume Collboni aprobará sus presupuestos por cuestión de confianza tras el rechazo de los comunes en una estrategia de todo o nada. ¿Qué pierde Barcelona sin sus aportaciones?
R. Unas cuentas más progresistas, con actuaciones como desarrollar Superilles, el proyecto que destacaría como el más revolucionario, porque cambia las prioridades en el espacio público; o acabar con el alquiler de temporada o compras especulativas de vivienda. En una negociación quien debe tener flexibilidad es el Gobierno, Collboni no ha tenido voluntad política para alcanzar un acuerdo amplio.
Lo que tenemos en el Ayuntamiento es una gestoría que no transforma ante retos que son brutales"
P. ¿Qué valoración hace de sus dos años y medio de mandato?
R. No ha llevado ningún gran proyecto grande de ciudad, no tiene cintura, ni capacidad de consenso. Nosotros acordamos con la Sagrada Familia, con el Barça, promotores privados, la Generalitat, el Gobierno, vecinos… ahora no pasa. Tira de inercia y le falta valentía, no hay acción política, lo que tenemos en el Ayuntamiento es una gestoría que no transforma ante retos que son brutales.
P. ¿Cuál será la estrategia de Barcelona en comú en el año y medio que queda, qué solución ve a una izquierda que pierde peso?
R. De la estrategia concreta no puedo hablar, pero lo que tiene que hacer la izquierda es demostrar la utilidad de las políticas públicas desde la práctica política: que puede frenar los abusos del mercado, bajar el precio de la vivienda, proteger a la ciudadanía. Si la izquierda lo demuestra con hechos será imbatible porque la gente recuperará la confianza.
P. ¿Qué pasó para que ustedes acabaran como tercera fuerza en Barcelona?
R. Sufrimos una campaña de desprestigio político y mediático sin precedentes, de gota fina, con noticias falsas, querellas que fueron archivadas, se generó el discurso de que la alcaldesa Colau era culpable de todo… y muchos partidos se abonaron y jugaron sabiendo que esto al final es un campo lleno de minas, un boomerang que te puede dar a ti. Veo ahora a Pedro Sánchez denunciando el lawfare y pienso que igual el PSOE tendría que haberse posicionado de forma diferente cuando nosotros lo sufrimos. La importancia de la política no es parecer una cosa, es hacerla y serla, y los cambios necesarios en ese país tienen que venir de la mano de la estabilidad, grandes acuerdos, frentes amplios para defender una democracia que es frágil.
En la izquierda tengo la sensación de ver La vida de Brian en bucle: somos la escisión de la escisión, de la escisión, de la escisión"
P. ¿Es partidaria del frente amplio con otros partidos de cara a las elecciones de 2027?
R. Cuántos más seamos, más capacidad tendremos de transformación. La derecha siempre sabe aglutinar, hay pocos partidos, y su competencia electoral se reduce. En cambio, en la izquierda tengo la sensación de ver La vida de Brian en bucle: somos la escisión de la escisión, de la escisión, de la escisión. En el contexto actual es una responsabilidad extrema ver que esto no va de personalismos ni de partidismos en construir frentes por la democracia y los derechos, no solo en Barcelona. Lo que fuimos en 2015 en Barcelona puede volver a ser: no podemos esperar a que la extrema derecha gane para preguntarnos qué ha pasado, activemos ya los mecanismos de colaboración.
P. En el caso de Barcelona, ¿podría pasar por renunciar a siglas?
R. Para mi sí. Yo vengo de una formación política [ICV] que renunció a siglas, por tanto, para mí el objetivo no es el partido en sí mismo, el fin es la transformación de la sociedad y la transformación de Barcelona, que para mi pasa por delante del partido y las siglas.
P. El sábado Gerardo Pisarello presentará su candidatura a primarias después de una década en cargos políticos. ¿No es contradictorio si se habla de nueva política?
R. Habría que preguntárselo a él, yo llevo 14 y lo dejo: por razones personales, porque me parece suficiente tiempo para ejercer la política institucional y para respirar a otro ritmo.
P. En las primarias de Barcelona en comú para elegir candidato en 2027, ¿votará por Gerardo Pisarello o por Bob Pop?
R. Al futuro candidato de Barcelona en comú le pido que conozca y defienda Barcelona.
P. ¿Le duele que las políticas contra la emergencia climática hayan desaparecido?
R. Hay excepciones, pero sí. Hay un cambio de marco, de agenda, porque buena parte de la derecha, pero también de la izquierda que no emprende las políticas necesarias. Hace falta una nueva agenda internacional valiente que ponga en el centro la defensa de la vida: la justicia social y la emergencia climática. El marxismo y ecologismo tienen que ir de la mano.
P. ¿Qué va a hacer ahora?
R. A partir de enero trabajaré en un organismo internacional para asesorar a capitales que quieran implementar políticas como la Superilla. Trabajaré en la red de ciudades de más de tres millones de habitantes Metropolis, que forma parte de la red internacional CGLU (Ciudades y Gobiernos Locales Unidos), creada hace 40 años y cuyo Secretariado Mundial tiene sede en Barcelona. Acompañaré a grandes ciudades del mundo en hacer transformación urbana: desarrollar superilles, políticas de movilidad, urbanismo, gestión del turismo, derecho a la vivienda… tengo muchas ganas. Y quiero escribir un libro donde poder también sintetizar todo ese conocimiento y esa experiencia.