El Gobierno y la Generalitat reactivan la Bilateral con el plan de aumentar el número de mossos y de jueces
Los dos Ejecutivos celebran también la comisión de transferencias, que no se reunía desde 2010
El Gobierno y la Generalitat celebran este lunes en Barcelona la Comisión Bilateral para reactivar y normalizar la relación entre las dos instituciones. La última vez que se reunió el órgano fue en 2022 bajo la presidencia del republicano Pere Aragonès, aunque según el Estatut debería convocarse dos veces al año. La fecha de la última comisión mixta de transferencias se remonta a noviembre de 2010, cuando las dos administraciones estaban dirigidas por socialistas y antes por tanto de la década del procés. Las dos sesiones, que las presidirá el ministro de Política Territorial Ángel Víctor Torres y Albert Dalmau, consejero de la Presidencia y mano derecha de Salvador Illa, presidente de la Generalitat, se saldarán probablemente con acuerdos para aumentar el número de agentes de mossos d’esquadra y de funcionarios de justicia.
El doble cónclave, que se celebrará de forma solemne en el Palau de la Generalitat, visualizará que estos son otros tiempos, aunque este lunes Junts tenga en vilo al Gobierno con si decide retirar o no la cuestión de confianza de Pedro Sánchez, jefe del Ejecutivo. La realidad es que los socialistas vuelven a copar, 15 años después, las dos instituciones y la reivindicación de ERC de la mesa de diálogo ha quedado atrás. El orden del día pactado entre las dos Administraciones dará prioridad a asuntos como la seguridad y la justicia, una de las principales prioridades de Illa, que quiere poner freno a la multireincidencia y no dar argumentos que pueda utilizar la extrema derecha. Los dos órganos también abordarán aspectos relacionados con la financiación de los Ayuntamientos para dar solución a la falta de secretarios e interventores y con la gestión de becas, así como a otros propuestas del Govern y otros pactados con sus socios.
Con toda probabilidad, este lunes se darán luz verde a asuntos pactados políticamente en la Bilateral de 2022, relacionados con el ciclo del agua, y que nunca se llegaron a concretar porque, según ERC, el Estado no convocaba la comisión de transferencias, que no se reúne, de hecho, desde 2010. Desde el otro lado de la mesa se apunta a una cuestión de desidia de las dos administraciones. El mecanismo de funcionamiento es primero un acuerdo político en la bilateral que luego se concreta en la de transferencias. El Govern de Aragonès rechazó en septiembre de 2022 organizar la Bilateral porque no se convocaba esa comisión y porque no se pensaba conformar con una “foto”. El tiempo transcurrido da idea de la magnitud del vacío durante el procés y posprocés.
Tras cumplir ahora seis meses en el cargo, Illa se ha propuesto reactivar toda la maquinaria institucional, normalizar la situación de Cataluña y cumplir a rajatabla los acuerdos con sus socios de investidura para apuntalar su mandato en minoría. La Comisión Bilateral de hoy culmina el calendario desplegado en dos semanas por las dos Administraciones para tomar medidas y poner al día asuntos que están en el limbo desde hace años. El programa arrancó hace una semana con la comisión de infraestructuras, saldada con el acuerdo de que la Generalitat asumirá la gestión de Rodalies en 2026, proseguirá este lunes con la Bilateral y la de Transferencias y se cerrará el viernes con la comisión mixta de Asuntos Económicos en la que se tratará con más profundidad el nuevo sistema de financiación, caballo de batalla de la legislatura. Illa insiste a diario que no hay nada que negociar en ese sistema y que se cumplirá.
La jornada arrancará con reuniones en el Palau entre Dalmau y miembros de los grupos parlamentarios, así como con representantes de agentes económicos y sociales como las patronales Foment y PIMEC, los sindicatos CC OO y UGT y entidades municipalistas para dimensionar la magnitud de los acuerdos. Pese a que Illa gobierna con una frágil minoría y no tiene presupuestos, la Bilateral viene precedida por una imagen simbólica para visualizar la buena relación con ERC. El sábado, en el Palau, se celebró la primera entrevista entre Illa y Oriol Junqueras desde que el primero es president y después de que el segundo revalidara en diciembre su cargo en la cúpula republicana.
Los dos políticos mantenían los contactos en privado y el encuentro normaliza una relación que no fue precisamente muy fluida en tiempos no muy lejanos. Ni el día ni el lugar elegido fue gratuito porque conviene a ambos. El Govern en minoría de Illa casi se ha resignado, sin dramatismos, a que tendrá que transitar su primer año de mandato sin presupuestos porque ERC dice que no hay tiempo y que tendrá que pactar modificaciones de crédito con sus socios -hoy Illa se reunirá con la líder de los comunes, Jéssica Albiach- por al menos 4.000 millones de euros. Y a ERC le interesa mostrar su capacidad de influir en logros en la Bilateral ahora que los socialistas están a ambos lados de la mesa. Junqueras afirmó antes de la cita del sábado que llegan días y horas importantes en temas de financiación. Y otra cosa más: que ya pone la mirada en los presupuestos de 2026.