Los alquileres vuelven a caer en las 140 ciudades catalanas con el precio regulado: un 0,9%

Las rentas bajaron de julio a septiembre por segundo trimestre consecutivo, según las cifras de la Generalitat

Edificio de pisos en alquiler con un cartel publicitario que los anuncia en Barcelona, este miércoles.Albert Garcia

La regulación de los precios del alquiler en Cataluña está bajando las rentas en los 140 municipios de mercado tenso, que es donde se aplica y donde vive el 80% de la población catalana. Los precios cayeron un 0,9% durante el tercer trimestre en estas 140 ciudades que desde marzo regulan los precios, respecto al mismo trimestre del año pasado. También cayeron un 3,2% interanual en la ciudad de Barcelona y un 1,1% en el global de la comunidad. Lo muestran los datos oficiales publicados este miércoles por la Generalitat y obtenidos del registro de fianzas del Instituto Catalán del Suelo (Incasol). Entre julio y septiembre, el segundo trimestre entero con la regulación que permite la Ley de vivienda en vigor, en cambio, los precios subieron allí donde no se aplica la regulación: con un 6,1% de incremento.

De media, en Cataluña el alquiler medio es de 829 euros mensuales. En los 140 municipios regulados es de 877,9 euros y en Barcelona, 1.133 euros. Dentro de la capital, con todo, los precios presentan una brecha enorme: oscilan entre 767 euros al mes en el distrito de Nou Barris, el más humilde de la ciudad, y los 1.639 de Sarrià, el más adinerado de la ciudad. En las zonas no reguladas, que son poblaciones más pequeñas, la media es de 623 euros al mes.

Estas cifras están alineadas con las que se publicaron en octubre, sobre el segundo trimestre de este año, que apuntaban que la regulación del alquiler en Cataluña redujo los precios. Entonces indicaban también que se desplomó el número de contratos. En los 140 municipios declarados como mercado residencial tenso, los contratos bajaron un 17,2% (24.543 nuevos contratos). Eran las primeras y esperadas cifras del segundo trimestre de este año (abril, mayo y junio), el primero completo tras la regulación de rentas en la comunidad. Los números, comparados con el primer trimestre, mostraban, como ahora, las diferencias entre las zonas no reguladas y las reguladas.

Durante el tercer trimestre, los contratos han caído interanualmente de nuevo (un 13%, algo menos que en el segundo), pero las cifras muestran que el saldo entre los nuevos y los que se acaban es positivo: sube, pues el número total de contratos vigentes, lo que desde el punto de vista de los inquilinos es sinónimo de mayor estabilidad. El saldo positivo de contratos se debe a la inercia del cambio en la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) en 2019, cuando su vigencia se alargó de tres años, a entre cinco y siete años, en función de si el casero es un particular o una empresa. Además, señala el Govern, “la regulación de precio elimina el incentivo que podrían tener [antes de la regulación de precios] los propietarios para subir la renta, de manera que hay más renovaciones”. La excepción a esta tendencia es la ciudad de Barcelona, donde la cifra se mantiene prácticamente estable con respecto a antes de la pandemia (58 contratos menos).

En la explicación sobre la caída de contratos coinciden los responsables de Vivienda de la Generalitat y las entidades por el derecho a la vivienda. En cambio, agentes privados del sector como la Cámara de la Propiedad Urbana atribuyen el descenso de contratos a una caída de oferta como consecuencia de la regulación de los alquileres: ya sea porque los contratos de vivienda habitual se derivan al alquiler de temporada para esquivar los topes; o porque los caseros optan por vender los pisos.

Aumento de los contratos de alquiler de temporada

La Generalitat ha incluido por primera vez en la nota de comentarios de los datos de alquileres una referencia a los contratos de temporada, una modalidad legal y contemplada en la LAU que si los propietarios utilizan correctamente (para personas que necesitan un piso una temporada pero tienen otro domicilio) requiere también depositar la fianza en el Incasòl. La utilización fraudulenta es la que algunos caseros están utilizando para subir precios al margen de la ley, alquilando solo unos meses a residentes habituales en las ciudades.

Las cifras oficiales indican que durante el tercer trimestre se han firmado 1.289 nuevos contratos de alquiler de temporada reales más que durante el segundo trimestre en Barcelona y su provincia. Y 1.629 en el resto de Cataluña. “El departamento de Territorio interpreta que parte de este crecimiento son alquileres de temporales reales que corresponden a estudiantes”, apunta la nota sin aclarar a qué cifra corresponde la citada “parte del crecimiento”, ni qué porcentaje de aumento suponen los nuevos contratos.

La Generalitat ha señalado este miércoles que los datos publicados solo corresponden a los 140 primeros municipios declarados zonas de mercado tenso. No incluyen todavía las 131 poblaciones declaradas recientemente también como áreas tensas, y donde todavía no se ha podido contabilizar el efecto del control de rentas durante un trimestre entero.

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