Sin prácticas y sin supervisión: las quejas contra Ilerna, la empresa con casi el monopolio de la FP privada ‘online’ en Cataluña

“Ninguna empresa quiere cogerte por la mala fama del centro, porque saben que los alumnos no van preparados. Yo lo he quitado de mi currículo”, confiesa una alumna

Una persona pasa delante del centro privado de FP Ilerna en Barcelona.massimiliano minocri

María (nombre ficticio) estudió el ciclo formativo de Higiene bucodental a distancia con el centro Ilerna, con sede en Lleida. Ha cursado tres titulaciones con ellos -a unos 3.000 euros cada una-, por querer formarse bien y “por desesperación”, debido a la falta de plazas públicas. Pero su experiencia ha sido nefasta. La joven explica que en las clases online se conectaban tantos alumnos que “el profesor no podía responder a todos”, además de “la falta de preparación” de algunos docentes. También critica que el servicio de atención al alumno es como un call center de una compañía telefónica. Pero lo peor llegó cuando tuvo que hacer las prácticas de forma presencial. “Las prácticas te las tienes que buscar tú, no te ayudan. El problema es que ninguna clínica quiere cogerte por la mala fama de Ilerna, porque saben que los alumnos no van preparados. Y cuando al final tienes que buscar trabajo ves que el aprendizaje deja mucho que desear, lo poco que sabes y lo poco preparado que estás. Al final, opté por quitar de mi currículo que había estudiado en Ilerna” remata la joven.

La experiencia de María sintetiza las quejas de innumerables alumnos del centro de FP privado Ilerna. Las pesquisas realizadas por EL PAÍS y la Cadena SER revelan la posición casi de monopolio de esta empresa en los ciclos a distancia, a la vez de unas prácticas más que cuestionables. Este centro, con sede en Lleida, tuvo en el curso 2022-23 un total de 44.159, según datos del Departamento de Educación obtenidos por transparencia, lo que significa que acaparó dos de cada tres alumnos que estudian en esta modalidad en Cataluña (66.257) y el 37% de toda España (117.912). Además, Ilerna se sitúa así a la cabeza de los centros privados que imparten ciclos online, muy por delante del centro ubicado en segunda posición, IPF del Grupo Planeta, con 4.971 alumnos, y del tercero, Centre d’Estudis Catalunya, con 2.336.

Alumnos, institutos de FP, centros hospitalarios, sindicatos e inspectores se quejan de malas prácticas del centro, de opacidad y de priorizar el negocio por delante de la calidad educativa. Ilerna, por su parte, ha declinado responder a las preguntas de este diario.

La mala gestión de las prácticas y el hecho de que la escuela no las proporcione en muchos casos es una de las críticas más repetidas por los alumnos a través de las redes sociales. Incluso han organizado una plataforma de afectados para compartir sus experiencias. Otras de las quejas habituales están relacionadas a la mala preparación del profesorado, que solo leen la lección y no responden a las dudas de los alumnos o la dificultad a la hora de contactar con los docentes o con el centro a la hora de resolver un problema.

Natalia está cursando un ciclo a distancia con Ilerna. Entre los aspectos que critica son las clases prácticas, que debía hacer de forma presencial en otra provincia porque donde vive ella Ilerna no cuenta con un centro físico. “Estaban muy mal organizadas y a veces la profesora no venía y la sustituta explicaba otro temario que no venía al caso”. Pero como en el caso de María, las prácticas en empresas son lo más cuestionable. “Las pagué en enero y todavía no me han llamado ni buscado nada. Nos decían que buscáramos nosotros las prácticas, pero después vas al hospital y de dicen que esto no se hace así, que es el centro quien debe contactar con ellos. Incluso una amiga mía que trabaja en un hospital me dijo que ya no trabajaban con Ilerna porque son un desastre administrativo”, abunda Natalia por teléfono, quien admite que ha llegado a pensar en denunciar, como otros alumnos, pero que no lo hacen por miedo a que el centro les suspenda.

Fuentes hospitalarias consultadas por este diario confirman las críticas de María y Natalia. Aseguran que no tienen convenio con Ilerna, pero sí han recibido algún alumno. “Vienen con un nivel bajo”, admiten estas fuentes. “Preferimos trabajar con escuelas presenciales porque al menos viene el tutor aquí a realizar el seguimiento del alumno, todo es más fácil. Con Ilerna todo es online y es como hablar con una máquina”, añaden.

Institutos de FP también han comprobado que el centro leridano no ofrece prácticas a muchos de sus alumnos, o no las suficientes. “Nos llegan alumnos de Ilerna que ya han hecho la parte teórica pidiendo matricularse solo de la parte práctica porque Ilerna no se las ofrece”, se queja una directora de un instituto público de FP. Y muestra su preocupación por la equiparación de los títulos. “Si una paciente va a hacerse una mamografía, ¿el técnico que la atiende estará lo suficientemente preparado? Porque alguien que ha realizado los estudios a distancia tienen el mismo título que uno de presencial”, remata. Los sindicatos también denuncian “opacidad” porque en muchos centros privados no los dejan entrar para supervisar las condiciones de los docentes.

Joan Lluís Espinós, inspector de FP jubilado asegura que “Ilerna no tiene infraestructura suficiente para dar respuesta a las prácticas de todos sus alumnos”. También se muestra especialmente crítico sobre la forma en que se hacen los exámenes finales -que por normativa deben hacerse de forma presencial en la comunidad donde el alumno está matriculado, o en otra con autorización previa-. “Los exámenes se hacen en hoteles. ¿Qué controles y garantías hay de que se hagan bien? Ilerna tiene muchos alumnos de otras comunidades y extranjeros. Un inspector no puede ir a Milán o a Badajoz a controlar cómo se hacen los exámenes”, remata.

Cataluña cuenta actualmente con 248 inspectores para supervisar unos 5.500 centros educativos. “A un inspector le toca todo tipo de centros y hay muchos que no saben de FP, así que, a la hora de elegir un centro a visitar, priorizas lo que conoces”, añade Espinós.

El Departamento de Educación admite con la boca pequeña que no se realiza la supervisión necesaria de estas enseñanzas a distancia, pero deja claro que “las prácticas forman parte del currículo, así que los centros privados están obligados a ofrecerlas”. “Si a un alumno no le dan el servicio de prácticas que ha contratado, se puede quejar”, añaden desde el departamento.

De hecho, Educación hace años que es consciente de que la proliferación de la FP a distancia se les ha ido de las manos y por ello intentó regularla y ponerle límite en una orden que se publicó en 2021 (y que limitaba los grupos online que se podían crear), pero que el TSJC tumbó debido a un recurso, precisamente de Ilerna, a pesar de que “la normativa se había pactado con todo el sector privado”, detalla Espinós, en ese momento director general de FP. Con todo, el Departamento trabaja actualmente en recuperar esta normativa y convertirla en decreto, aunque no verá la luz antes de un año.

La incursión de fondos de inversión

Ilerna nace en 2012, pero su embrión hay que buscarlo en la fusión de las escuelas Les Heures y Academia Técnica de Lleida, gestionado por la familia Giné. La división online nace en 2014, de la mano de la normativa impulsada por CiU que dio luz verde a la oferta privada a distancia. Desde entonces ha vivido un crecimiento exponencial hasta los casi 45.000 alumnos actuales.

Ello hizo que los fondos de inversión acabaran fijando su mirada en la empresa: en 2019 la compró el grupo educativo francés Skill&You, dentrás del cual está el fondo de inversión IK Partners. Esto ha permitido a Ilerna vivir un momento de expansión hasta llegar a la decena de centros presenciales en España y Milán. La empresa ingresó en 2022 unos 40 millones de euros, según ha publicado la premsa económica, y tuvo un resultado bruto de explotación de 20 millones de euros, aunque estas cifras son superiores actualmente. El pasado mes de julio, otro fondo de inversión, el suizo Jacobs, compró Ilerna por 400 millones, apuntando que la FP es un “sector atractivo” y con “oportunidades de crecimiento”.


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