Las reservas de los embalses catalanes siguen bajando tras el final de verano y se sitúan en el 27,3%
Las lluvias otoñales y el fin de la época de riego y turística no evitan que el agua embalsada descienda un 2% en un mes
Las primeras lluvias otoñales y el fin de la época de riego tras el final de la temporada veraniega no ha evitado que las reservas de los embalses catalanes sigan disminuyendo. Desde el pasado 15 de septiembre, hace exactamente un mes, la media de las reservas de todos los embalses han pasado del 29,4 al 27,3% actual. Por sistemas hidrológicos, los pantanos que conforman el Ter-Llobregat, el que más preocupa al Govern porque es el que abastece a en torno el 80% de los catalanes entre las provincias de Barcelona y Girona, se sitúan en el 28,8%. Son cuatro puntos porcentuales por encima del 25%, el límite en el que la normativa autonómica de sequía establece la entrada en el estado de excepcionalidad (el previo al peor, el de emergencia), que supone un aumento exponencial de las restricciones agrícolas, industriales y domésticas.
En la comarca del Priorat, la zona cero de la peor sequía desde hace más de un siglo, la situación sigue siendo alarmante con las restricciones más severas, con cortes de suministro y camiones cisterna. El embalse de Riudecanyes, que abastece la comarca agrícola, está prácticamente seco, con apenas un 1,6% de agua embalsada. En el Alt Empordà, los 12 municipios que se abastecen del embalse de Darnius-Boadella, al 17% de su capacidad, entre ellos Figueres o Cadaqués, sigue vigente la declaración de emergencia, que entre otras limitaciones prohíbe el riego de jardines, la limpieza de vehículos o un límite de 200 litros de consumo doméstico por habitante al día, bajo amenaza de multa. En el sistema Ter-Llobregat, sigue vigente la declaración de alerta.
Los datos históricos detallan que es a partir de octubre cuando se ralentiza el desplome de las reservas que acarrea el verano, la estación con menos lluvias y en la que coincide la temporada de riego agrícola y la llegada de millones de turistas en Barcelona y la Costa Brava. Con todo, las reservas están mejor que en el mismo periodo del año anterior, cuando por estas fechas se situaban en el 21,1%.
Mientras el fantasma de la sequía sigue sobrevolando el cielo de Cataluña el Govern busca bajo tierra cualquier recurso que evite las restricciones más duras de agua. La Generalitat anunció la pasada semana que a lo largo de 2025 se activarán nuevos pozos en el sistema hidrológico del Ter-Llobregat con el objetivo de no volver a entrar en un escenario de emergencia, como ya ocurrió en febrero de 2023. Estas medidas a corto plazo costarán 99 millones e incluyen la mejora de pozos ya activos y la ampliación de dos potabilizadoras barcelonesas, así como la incorporación al ciclo potable de agua de rieras del Llobregat, entre otras. Las actuaciones incrementarían a finales de 2025 la disponibilidad de agua en 31 hectómetros cúbicos (actualmente este sistema acumula 192). El Govern cree que así se evitarían más restricciones de agua generalizadas si la pluviometría es “la normal” este otoño, tal y como de momento prevén los cálculos mensuales.