5.500 estudiantes catalanes se quedan sin plaza del FP y uno de cada siete empieza dos semanas tarde

De momento hay más de 9.000 vacantes, abiertas para todo aquel que quiera matricularse

Alumnos de FP del instituto de Seguridad y Movilidad de Barcelona, el primer día de curso.Gianluca Battista

Uno de cada siete alumnos de Formación Profesional empezará los estudios con dos semanas de retraso respecto a sus compañeros. Este miércoles el Departamento de Educación ha informado que, de las casi 20.000 solicitudes recibidas en la fase de repesca de este septiembre, la mitad han obtenido una plaza, así que podrán formalizar la matrícula a partir de este jueves y podrán unirse a los 60.000 compañeros que ya empezaron el curso el 12 de septiembre.

Pero no todos han tenido la misma suerte: 5.458 no han obtenido una plaza y 3.836 han sido consideradas no válidas por no cumplir los requisitos. Educación asegura que uno de los motivos del gran volumen de alumnos que quedan fuera es que, en la solicitud, “solo eligen estudios de una familia profesional determinada y muy demandada”; por ello, el departamento se compromete, de cara al próximo año, a revisar la oferta y adecuarla a la demanda. El volumen de los que han quedado fuera se ha reducido considerablemente después de los 31.000 de julio, una cifra que Educación rebajó a 17.000 tras restar las que no cumplían los requisitos. Se trata de una problemática que no es exclusiva de Cataluña. En Madrid, con problemas habituales también en la FP, este curso se han quedado a las puertas 48.000 alumnos, según un estudio de CC OO.

Con todo, el Departamento de Educación recuerda que, en estos momentos, todavía hay 9.142 vacantes, una cifra que podría aumentar durante la semana que viene si alguno de los 10.372 alumnos que ahora ha obtenido plaza no acaba formalizando la matrícula. Para acabar de cubrir estos huecos, los alumnos pueden consultar en la web del departamento la lista de vacantes y puede dirigirse al instituto y matricularse, independientemente de la nota de su expediente, el requisito que ha primado durante las dos fases de inscripción anteriores. El departamento también asegura que informará de otros recursos, como el IOC o los cursos de personas adultas.

El caos que vive el proceso de inscripción de la Formación Profesional también se vive a la hora de transmitir los datos, por la magnitud de la información, la burocracia, la falta de datos centralizados, junto con los cambios en los responsables del departamento. La nueva consejera de Educación, Esther Niubó, admitió la semana pasada en el Parlament que el tema de la FP es uno de los que más preocupa y se comprometió a enmendar los errores, empezando por la revisión del calendario, para intentar que todos los alumnos sepan si han obtenido plaza o no a finales de julio.

Esta es una de las reivindicaciones también de familias e institutos. Muchos padres y alumnos piden que se agilicen los trámites, para no tener que sufrir por si obtendrá plaza, y acabar recurriendo a la privada -los que la pueden pagar- para estar tranquilos. También los centros lo piden, ya que se quejan de que sin saber cuántos alumnos van a tener no pueden organizar los grupos, y que los nuevos alumnos llegarán cuando el proceso de presentación y orientación ya se ha hecho, además de tener que recuperar dos semanas de clases.

Otra de las reclamaciones de los centros es la mejora es la orientación y la simplificación de todo el proceso, como unificar el proceso de inscripción de la FP superior y la universidad, para evitar que un gran volumen de las adjudicaciones no acabe formalizándose: este septiembre, unas 9.000. Esto provoca situaciones de que plazas que en un principio estaban ocupadas acaben liberándose y las podría disfrutar algún alumno que la había elegido en primera opción, pero que en cambio se ha tenido que conformar con una opción peor, ya sea en un instituto lejano al domicilio o unos estudios que no eran los preferidos.

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Una buena orientación también debería evitar o reducir uno de los agujeros negros de este proceso: las solicitudes no válidas. Si se suman las de la primera fase (unas 14.000) y la de este septiembre (3.800), la cifra roza las 18.000, lo que supone el 15% del total de inscripciones. El Departamento no ofrece mucho detalle de esta casuística, pero desde los centros apuntan a casos de alumnos que no aprueban la ESO (la inscripción se realiza en primavera) o al hecho que no presentan la documentación requerida, entre los motivos principales.

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