El curso escolar en Cataluña empezará el 9 de septiembre

La consejera Anna Simó rectifica en parte la decisión de Cambray de iniciar las clases el cuarto día laborable para priorizar el dar tiempo a los docentes para preparar el curso

Primer día de clase en la escuela instituto Mercè Rodoreda de Barcelona, el pasado septiembre.Gianluca Battista

El gran salto adelante del calendario escolar ha durado dos cursos. Las clases ya no se reanudarán la primera semana se septiembre, sino que este año se retrasa hasta el lunes 9 de septiembre para las etapas obligatorias. La consejera de Educación, Anna Simó, ha comunicado este jueves la decisión, que supone cumplir parcialmente la reivindicación del profesorado, pero también la petición de hace unas semanas del Consejo de Educación de Cataluña (anteriormente Consejo Escolar) para que el curso empezara el 9. Pero a la vez supone rectificar parcialmente el avance que impuso su antecesor, Josep Gonzàlez-Cambray, respaldado por el president Aragonès. “Comencé el mandato diciendo que escucharía a toda la comunidad, pero también que consolidaría las medidas tomadas hasta ahora, pero era necesario priorizar que los centros pudieron hacer el trabajo”, se ha inclinado Simó.

En concreto, el lunes 9 de septiembre volverán a las clases los alumnos desde infantil a la ESO, de 3 a 16 años. El bachillerato y los ciclos de grado medio de la FP empezarán el 12, mientras que los del grado superior esperarán hasta el 19 de septiembre. De cara al verano, el curso finalizará el 20 de junio. Con esta programación, el curso tendrá 177 días lectivos, uno menos del máximo que fija la Ley de Educación de Cataluña. El departamento ha comunicado la fecha simultáneamente esta mañana a la mesa sectorial con los sindicatos, a la junta de directores y a los miembros del Consejo de Educación.

La fecha de inicio del curso despierta mucha polémica desde 2022, cuando el exconsejero Josep Gonzàlez-Cambray anunció por sorpresa, y sin negociación previa, que las clases ya no comenzarían tras la Diada, como era habitual, sino la primera semana de septiembre. La decisión causó una ola de rechazo y grandes huelgas. Al año siguiente se repitieron los roces con la comunidad educativa y Cambray resolvió fijando como norma que el curso empezaría el cuarto día laborable de septiembre.

Pero el verano pasado, Anna Simó llegó para volver a coser las relaciones con los sindicatos, y ya en septiembre avanzó que se abría a flexibilizar la fecha de inicio de curso. Simó ha repetido estos días que la idea es buscar un equilibrio entre empezar pronto (nunca después de la Diada, eso es una línea roja) y dar cierto tiempo a los profesores para que puedan preparar el curso. Pero mantener la paz con los sindicatos y el colectivo del profesorado -que supone un importante granero de votos para ERC y a los que es mejor no hacer enfadar a un año de las elecciones-, también supone pagar el precio de echar marcha atrás a una de las medidas estrellas impulsadas desde presidencia: el avance del curso.

En su comparecencia este jueves, Simó no se ha mostrado lo exultante que sería de esperar al lograr una decisión que agrade a toda la comunidad educativa y ha dedicado gran parte a justificar este retraso del calendario. Preguntada si presidencia avala este cambio, Simó se ha limitado a contestar que “todas las decisiones se hablan con presidencia”.

Por su parte, los sindicatos han valorado de forma desigual la nueva fecha, pero han coincidido en lamentar que la decisión no se haya negociado con ellos y defienden el día 12 como fecha preferida. Con todo, interpretan que se trata de una “rectificación parcial” del departamento, fruto de las huelgas y las movilizaciones y no se oponen a empezar el día 9, que ven una opción “mejor” que el día 5 o 6. Una posición similar mantienen las direcciones, que también preferirían el 12, pero ven el día 9 como un mal menor.

Las familias, en cambio, se oponen al retraso del calendario, que tachan de “desacierto” y piden al departamento que “deje de tomar decisiones azarosas que claramente no obedecen a criterios pedagógicos”, aseguran desde la aFFaC, la federación de asociaciones de familias. La entidad apuesta por empezar las clases al inicio de septiembre y que el mes de julio los profesores lo dediquen a planificar el curso, y no a formación, que ya realizan durante todo el año.

Se prorroga la prueba de la intensiva en primaria

Educación ultima ahora la orden del calendario escolar, la normativa que además de la fecha del inicio de las clases recoge otros aspectos como la jornada de los centros. En este sentido, ha confirmado que se prorroga de nuevo el horario intensivo que mantienen de forma experimental 25 escuelas de primaria, y así se hará hasta que el departamento tenga las conclusiones de la evaluación que ha encargado de esta prueba, pero también de la jornada intensiva en la ESO.

Otro de los aspectos clave es el mes de julio. El año pasado se pactó con los sindicatos que el profesorado no debía asistir presencialmente a los centros durante los primeros días de julio, algo obligatorio hasta ahora. Departamento y sindicatos negocian ahora si vuelven al modelo anterior o qué tipo de formación se implanta para este mes, teóricamente laborable para el profesorado.

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