Indignación en el Eixample de Barcelona por el freno a la pacificación de la calle de Rosselló
El Ayuntamiento ha comunicado a los vecinos que no se harán otros dos proyectos votados en los presupuestos participativos: el carril bici de plaza de Catalunya y los ‘ecochaflanes’ de Aragó
Las entidades del distrito del Eixample de Barcelona como la Asociación Vecinal de la Izquierda del Eixample o Eixample Respira han mostrado su indignación y estupor este martes al comunicarles el Ayuntamiento que no seguirá adelante con el proyecto de pacificación de la calle de Rosselló, un plan que fue el más votado de los ...
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Las entidades del distrito del Eixample de Barcelona como la Asociación Vecinal de la Izquierda del Eixample o Eixample Respira han mostrado su indignación y estupor este martes al comunicarles el Ayuntamiento que no seguirá adelante con el proyecto de pacificación de la calle de Rosselló, un plan que fue el más votado de los presupuestos participativos del mandato pasado. El proyecto, que ya había superado las validaciones técnicas, consistía en ensanchar aceras y hacer un carril bici en nueve tramos de esta vía, entre Josep Tarradellas y la calle de Urgell. La idea era hacer más amable un tramo de calle donde hay varias escuelas y equipamientos, como La Model o el Hospital Clínic.
El consistorio ha respondido que “el proyecto sale de la lógica de los presupuestos participativos al no haberse concretado ni podido ejecutar en los tiempos establecido para 2019-2023″, años que corresponden al segundo mandato de la ex alcaldesa Ada Colau. “Esto no significa que se descarte definitivamente, sino que el Ayuntamiento continuará estudiando y trabajando para ver la viabilidad futura de actuar en esta calle”, añade el consistorio a través de una portavoz.
Pero el enfado por esta noticia se suma a los dos proyectos de movilidad sostenible que también salieron de los presupuestos participativos y que el gobierno del alcalde Jaume Collboni paralizó en verano y hace unas semanas. Primero fueron los “ecochaflanes” de la calle de Aragó, que el actual ejecutivo municipal decidió reducir. Luego, el carril bici de la plaza de Cataluña (un enorme espacio que conecta Ciutat Vella con el Eixample y donde las bicis no tienen un lugar reservado).
Sobre la calle de Rosselló, los vecinos consideran en un comunicado que “pese a justificarlo por razones de presupuesto, las entidades consideramos que es solo voluntad política no pacificar Rosselló y que hay herramientas suficientes por parte del Ayuntamiento para hacer cumplir los compromisos con la ciudadanía”. Además, lamentan que ya se habían rebajado la intervención prevista inicialmente, desde el área de Movilidad.
“Este anuncio llega después de las cancelaciones de los proyectos de los ecochaflanes de la calle Aragó y del carril bici de Plaça Catalunya, el segundo y el quinto proyectos más votados en el Eixample. El actual gobierno del Ayuntamiento desprecia de esta forma la participación de la ciudadanía y está fulminando la confianza en futuros procesos participativos, ya que no se podrá confiar en que se cumplan sus compromisos. Los actuales responsables del gobierno ya formaban parte del anterior gobierno y no pueden desentenderse de un proyecto del que formaban parte”, exclaman las entidades. Piden que se reconsidere la decisión y una reunión con el concejal del Eixample, Jordi Valls, que también es teniente de alcalde de Economía.
En verano, sobre la calle de Aragó y la pacificación de sus chaflanes, el Ayuntamiento anunció simultáneamente que la esquina con Bruc (donde se agrupan la escuela y el mercado de la Concepció, el conservatorio y la sede del distrito) no se realizaría con una intervención de urbanismo táctico, sino “como obra estructurante”, con piedra; pero al mismo tiempo el distrito decidió “no llevar a cabo las otras cuatro actuaciones tácticas propuestas en los chaflanes de Viladomat, Urgell, Nàpols y Entença”, para no perder plazas de carga y descarga y “servicios difíciles de resituar”.
El nuevo equipo de Gobierno, que fue socio de Colau en el mandato pasado cuestionaba la idoneidad de las actuaciones tácticas, provisionales: “Surgieron por una necesidad de emergencia, pero una vez ya no está vigente la necesidad habría que realizar actuaciones estructurales, con el diseño estándar de las aceras para dotar de calidad al espacio y mejorar su mantenimiento”. Y señalaba que un informe del Departamento de Obras y Mantenimiento del Distrito, el Área de Urbanismo y el distrito argumentaban la decisión “por su elevado coste de mantenimiento y las dificultades de accesibilidad de las actuaciones tácticas, que no tienen en cuenta todos los elementos del espacio público, ya que se crean escalinatas y rampas”.
En el caso del freno al carril bici de la plaza de Catalunya, el Ayuntamiento se reunió con sus promotores y empleó los mismos argumentos que en la calle de Rosselló: no entrará en los presupuestos participativos 2019-2023 , “pero no implica que quede descartado”. “El consistorio seguirá estudiando cómo debe implantarse esta infraestructura [...] en el marco de la reflexión que se quiere hacer sobre las Rondes de Ciutat Vella también cómo se encaja en las obras de la Rambla”.
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