Las familias de una escuela de Sabadell fuerzan la retirada de la dirección por el bajo nivel educativo: “Llegan a la ESO y no saben ni hacer un resumen”

El equipo directivo ha cogido la baja en bloque y el Departamento de Educación ha puesto provisionalmente al frente a dos inspectoras

Entrada de la escuela Andreu Castells de Sabadell (Barcelona).Albert Garcia

El Departamento de Educación de Cataluña ha tenido que intervenir la escuela Andreu Castells de Sabadell (Barcelona), después de que los tres miembros del equipo directivo hayan cogido la baja simultáneamente por el conflicto que mantienen abierto con las familias desde hace un tiempo. Las madres se quejan de la mala gestión y comunicación por parte del equipo, las malas formas a la hora de tratarlas o el bajo nivel educativo del cent...

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El Departamento de Educación de Cataluña ha tenido que intervenir la escuela Andreu Castells de Sabadell (Barcelona), después de que los tres miembros del equipo directivo hayan cogido la baja simultáneamente por el conflicto que mantienen abierto con las familias desde hace un tiempo. Las madres se quejan de la mala gestión y comunicación por parte del equipo, las malas formas a la hora de tratarlas o el bajo nivel educativo del centro. Incluso habían convocado una concentración el viernes ante el colegio para pedir la dimisión de la dirección, lo que habría provocado la baja del equipo. Ante la presión mayoritaria de las familias —a la que se han unido antiguos docentes—, los responsables del departamento visitaron el miércoles el centro y anunciaron que la inspección ha cogido las riendas provisionalmente hasta que se logre nombrar un nuevo equipo, que será interino hasta que se resuelva un nuevo proceso de asignación de dirección.

Aunque las quejas de las familias no son recientes, el caso insólito de esta escuela de Sabadell estalla en un momento sensible en Cataluña, donde el bajo nivel del sistema educativo está en el punto de mira tras los malos resultados en las pruebas de evaluación que impone la Generalitat, pero especialmente tras la debacle en el informe PISA.

En concreto, el conflicto del colegio de Sabadell se arrastra desde hace unos tres años, cuando las familias ya impulsaron una recogida de firmas porque “había cosas que no gustaban” y que se han ido perpetuando. Varias madres de la asociación de familias (AFI), reunidas a las puertas del centro, han detallado algunas a este diario: no explicar qué hacen los alumnos ni publicar el proyecto educativo (finalmente se colgó en la web hace pocos días), no comunicar dónde han ido de excursión, no permitir que las familias participen en el proyecto de reforma del patio (y, en cambio, pedir financiación a la AFI) o el “menosprecio constante” que reciben. “Nos decían que como familias no podíamos pedir el proyecto educativo porque tampoco lo íbamos a entender al no ser profesoras”, lamentan las madres.

Pero uno de los aspectos que más les preocupa es, según ellas, el bajo nivel educativo. “Desde la pandemia no se ha avanzado nada, los alumnos no tienen hábitos de estudio ni de hacer deberes. Y cuando llegan al instituto se encuentran con que no saben ni hacer un resumen o un trabajo”, se queja una madre cuyo hijo ha empezado este curso la ESO. Otra progenitora también lamenta que su hija, en 1º de primaria, apenas sabe leer y contar: “Se pasa el rato dibujando”. Las familias incluso explican que, según el relato de los alumnos, durante las pruebas de competencias básicas la dirección iba por las clases ayudándoles con las respuestas para que el colegio obtuviera buenos resultados.

Desde el AFI aseguran que la relación con los profesores es buena y explican que algunos docentes también se han sentido “menospreciados” por la dirección, por su “exceso de intervencionismo”. “A veces entraban en medio de la clase para corregir la forma de enseñar. Y los alumnos explican que la dirección ridiculizaba a los profesores y les faltaba el respeto”, añaden.

De hecho, un grupo de antiguos docentes han presentado un escrito ante el departamento confirmando esta “actitud negativa y poco humana” hacia el profesorado por parte de la directora y la jefa de estudios, que provocaba que cada año una decena de docentes abandonara el centro, según recogen varios medios locales. Asimismo, aseguran no entender la permisividad del departamento, especialmente cuando la dirección no superó el proceso de valoración de su mandato.

Pero los hechos se han precipitado estas últimas semanas, cuando se han intensificado las reuniones entre la escuela y las familias. “La dirección llegó a reconocer su mala gestión, se disculpó y pidió empezar desde cero, pero la confianza ya está rota”, asegura Montse Plana, presidenta del AFI. Las familias presentaron sus quejas también ante el departamento y, el viernes, en una multitudinaria reunión con casi un centenar de socios, acordaron convocar una concentración ante la escuela el próximo viernes para pedir la dimisión de la dirección.

Esto parece ser la gota que ha colmado el vaso y que provocó que, el martes, el equipo directivo —directora, jefe de estudios y secretaria— cogiera una baja médica, aunque no se espera que regresen al centro tras el alta. Ante esta situación, la directora de los Servicios Territoriales del Vallès Occidental, Maite Fons, y la inspectora acudieron el miércoles al colegio para reunirse con el claustro de profesores y pedirles tranquilidad, ofrecerles apoyo y, de paso, intentar buscar entre la plantilla algún voluntario que coja el timón del centro de forma provisional. “Estamos aquí para garantizar la normalidad”, ha asegurado Maite Fons a los medios de comunicación ante las puertas de la escuela.

Fons ha admitido que desde “antes de Navidad” son conocedores de las quejas y ha soslayado la pregunta de por qué no se ha actuado antes. “Cuando aparece una situación de angustia, la inspección actúa. Hay una escucha activa”, ha terciado. Sobre la carta de los antiguos docentes, Fons se ha limitado a pedir “prudencia” sobre el motivo del cambio de centro. “A veces es porque prefieren uno más cerca del domicilio”, ha dicho. Y también ha puesto en duda las críticas del bajo nivel, asegurando que “las evaluaciones no lo indican así”.

La representante del departamento también ha aseverado que “se ha escuchado a las familias”, pero ha admitido que todavía “queda camino para trabajar”. “Las citaremos e intentaremos hablar con ellas. Si creen que desconocen el proyecto educativo, mediaremos para mejorar la comunicación”, ha resuelto.

Las familias no celebran como una victoria la retirada del equipo directivo. “Estamos contentas de que se quiten de en medio, pero han dejado abandonado al colegio. Ahora solo pedimos que venga alguien capacitado y competente”, pide Plana. Con todo, el AFI asegura que mantiene la concentración del viernes hasta que la dirección no dimita formalmente. “No nos van a parar, seguiremos luchando porque lo que queremos es una educación digna y de calidad para nuestros hijos”, remata la madre.

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