Muere Remei Margarit, la primera cantautora catalana

En la célula catalanista donde se gestó la Nova Cançó, desde el principio, estuvo la cantante, escritora y psicóloga Remei Margarit, que falleció ayer 12 de octubre a los 87 años. A finales de la década de los cincuenta del siglo pasado, un grupo de amigos se reunía en casa del cinéfilo Miquel Porter, escuchaban discos de chanson y comparaban con la que sonaba en la radio. Eran dos mundos distintos y ellos querían ser parte del primero en catalán. La teoría la expuso Lluís Serrahima en un artículo m...

En la célula catalanista donde se gestó la Nova Cançó, desde el principio, estuvo la cantante, escritora y psicóloga Remei Margarit, que falleció ayer 12 de octubre a los 87 años. A finales de la década de los cincuenta del siglo pasado, un grupo de amigos se reunía en casa del cinéfilo Miquel Porter, escuchaban discos de chanson y comparaban con la que sonaba en la radio. Eran dos mundos distintos y ellos querían ser parte del primero en catalán. La teoría la expuso Lluís Serrahima en un artículo mítico: “Ens calen cançons d’ara”. Margarit, nacida en Sitges en 1935 y estudiante de Filosofía y Letras, por entonces era la pareja de Serrahima, tenía conocimientos musicales porque había pasado por el Conservatorio y se puso a componer.

El 19 de febrero de 1961 se celebró una sesión artística en el CICF de la calle Avenir (por entonces Porvenir). “Sessió extraordinària dedicada a la Poesia de la Nova Cançó. Cantaran, amb acompanyament de guitarra, Remei Margarit de Serrahima, Miquel Porter, Josep Maria Espinàs”. El acto lo presentaron Gonçal Lloveras y Joan Triadú. Aunque esa noche Margarit no pudo estar allí, porque un catarro se le estaba complicando y esperaba su segundo hijo, grabó dos canciones compuestas por ella y se reprodujeron por magnetófono, aunque la calidad de sonido fue escasa. Otra canción suya la interpretó Espinàs. “El público se divirtió mucho”, consignó en su dietario su suegro Maurici Serrahima.

La “Nova Cançó”, con más ilusión que profesionalidad, había empezado a andar. Recitales en parroquias, la creación de una pequeña compañía discográfica, la idea de constituir “Els Setze Jutges”. Margarit fue la segunda y fue una de las primeras que grabó disco. En 1963 se distribuyó el extended play Canta les seves cançons. En la contracubierta podía leerse la presentación escrita por Lloveras: “Canta amb ironia de persona que sap on és culturalment per tres motius: la lluita contra la carrincloneria, l’autocrítica social i costumista i el joc estètic”. La más destacada de las cuatro canciones, que incluían la versión de un poema de Pere Quart, era la irónica “Classe mitja”. Un año después publicó su segundo y último disco.

Al poco de conocerse la noticia de su fallecimiento, Maria del Mar Bonet escribió un post recordándola. Rememoró el día que la conoció en Mallorca a través de su hermano -Joan Ramon, cantautor también- y de la acogida que le dispensaron el matrimonio Serrahima y Margarit al llegar a Barcelona. Era canguro de sus hijos. Al escucharla cantar, le propusieron que se incorporase al grupo. “Em van marcar el camí”.

Margarit no se profesionalizó como cantautora, pero siguió cantando durante muchos años. En la Transición signó un manifiesto reclamando el retorno de Josep Tarradellas como President de la Generalitat apoyó públicamente al PSC y en las elecciones constituyentes de 1977. En esa época participó en actividades vinculadas al feminismo. Trabajó en el Departamento de Planificación Familiar de la Generalitat y como técnica de cultura del Ayuntamiento de Barcelona. Publicó libros de poesía y narrativa. “Jo crec que és una obra perfecta”, dijo Joan Perucho de su novela Estimat John. Colaboró en prensa con artículos en los que su saber como psicóloga se transformaba en una lección de vida para relacionarse con los otros y su circunstancia.

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