Una trilogía argentino-catalana sacude el Grec
La barcelonesa Cristina Clemente y el bonaerense Nelson Valente han triunfado con ‘La paella dels dijous’ y ‘Silvia’, respectivamente, y estrenarán juntos el desenlace, ‘Rovira vs. Rodríguez’, el 24
¿En serio nadie ha hecho una trilogía teatral como la vuestra? “No, nadie, que sepamos”, responde Nelson Valente, mientras Cristina Clemente asiente. “Y hemos rebuscado, ¿eh? Y nada...” Nelson Valente es el autor y director de Silvia, una comedia de proximidad que ha llenado la sala Flyhard de Barcelona. Cristina Clemente es autora de La paella dels dijous (La paella de los jueves), una comedia de proximidad que ha llenado la sala Maldà de Barcelona. Son dos obras aparentemente independientes, cerradas. Pero tienen mucho que ver. Una tercera obra, Rovira vs. Rodríguez (a p...
¿En serio nadie ha hecho una trilogía teatral como la vuestra? “No, nadie, que sepamos”, responde Nelson Valente, mientras Cristina Clemente asiente. “Y hemos rebuscado, ¿eh? Y nada...” Nelson Valente es el autor y director de Silvia, una comedia de proximidad que ha llenado la sala Flyhard de Barcelona. Cristina Clemente es autora de La paella dels dijous (La paella de los jueves), una comedia de proximidad que ha llenado la sala Maldà de Barcelona. Son dos obras aparentemente independientes, cerradas. Pero tienen mucho que ver. Una tercera obra, Rovira vs. Rodríguez (a partir del 24, en la sala Versus Glòries), que ensayan y dirigen los autores y los actores (y los personajes, importantísimo) de las obras anteriores, convertirá la programación de estos tres pequeños espacios en una trilogía contemporánea, en el marco del festival Grec de Barcelona.
La novedosa idea surgió a partir de una experiencia de Valente: “Yo trabajé en un edificio en el que se pusieron de acuerdo todos los vecinos y representamos en dos pisos de la misma planta dos obras que ocurrían contemporáneamente, luego se cambiaban los espectadores de piso y el desenlace se representaba en el rellano”, cuenta el director y autor de títulos como Solo llamé para decirte que te amo. Aquello era de una proximidad total, igual que la de la compañía Timbre 4, de Claudio Tolcachir, pero Valente tiene su historia: “Yo tenía un teatro y arriba oficinas y un piso”, recuerda. “Una vez la sala se inundó y tuvimos que hacer la función en el piso. Y descubrimos que era el lugar ideal. Allí estrenamos en 2009 El loco y la camisa”.
La cuestión es que Valente, que ya ha trabajado en diversas salas barcelonesas, comentó a la red de teatros de proximidad de Barcelona (la plataforma On el teatre batega —donde el teatro late— la unión de10 espacios pequeños de la ciudad) la idea de hacer dos obras que transcurrieran contemporáneamente en lugares diferentes y una tercera que las uniese. Ahí salió el nombre de Cristina. “Yo acababa de representar en Argentina una obra suya, Laponia. Era esa la única relación que teníamos, suficiente, porque yo sentía que aquella obra podía haberla escrito yo tranquilamente”, dice Valente. Su colega coincide, pero con más prudencia: “Conocíamos nuestro teatro y nuestro estilo”, dice. “Creo que el experimento ha salido superbién (a falta de estrenar la tercera) pero que podría haber salido muy mal, porque realmente escribir es algo muy íntimo, y de repente juntar tu intimidad y tus inquietudes con las de otro... Incluso habiendo hecho él una obra mía. A veces te encanta la obra de alguien y luego no conectas con la persona. Pero la verdad es que todo ha fluido muy bien”.
Lo primero que decidieron fue de qué iban a hablar. “Quisimos hacerlo de la familia, visibilizar a la gente mayor, el deseo de la gente mayor, la sexualidad de la gente mayor, cómo tratamos a nuestros padres cuando se hacen mayores...”, explica Nelson. Y Cristina revela cómo dieron con la tecla: “Encontramos la historia en una anécdota de la vida real: una mujer mayor que se largó con otra mujer, tal cual”.
Así, Nelson escribió Silvia en Buenos Aires y allí la ensayó con Lide Uranga, Julián Ponce, Mayra Homar y Gabriel Beck; y Cristina escribió en Barcelona La paella..., con Lluïsa Castell, Jordi Andújar y Núria Cuyàs, bajo la dirección de Muguet Franc. “A pesar de que la obras tenían que ser absolutamente independientes, que se entendieran por sí solas, cerradas, pactamos vía zoom las cosas comunes que debían tener. La idea era que ocurrieran contemporáneamente...”, empieza a revelar ella, pero él la interrumpe para asumir su culpa: “¡Pero yo la traicioné!”, admite, entre risas.
Entre zooms y ensayos a miles de kilómetros fueron saliendo las ideas para la tercera entrega. En las dos primeras se nos presenta a dos familias, una argentina que se instala en España y otra catalana, del barcelonés barrio de Gràcia. Las madres de esas familias se han enrollado y no saben cómo comunicárselo al resto. Ahora... “Ahora toca que se conozcan las dos familias”, adelantaClemente. “Ellas dos ya están viviendo su vida feliz en Zahara de los Atunes, adonde irán sus respectivos familiares para conocerse. Será un desastre, claro”.
El espacio escénico se traslada (de la modestísima casa de los Rodríguez, en Málaga, y de la clásica casa pequeñoburguesa de los Rovira) a un precioso patio andaluz en la costa atlántica gaditana en Rovira vs. Rodríguez. Soplará el viento de levante, claro, “pero sobre todo, en el interior de ese patio, ¿eh?”, matiza Clemente. Los actores se conocieron hace pocas semanas, cuando desembarcó el equipo argentino, y junto con los directores han trabajado desde una escaleta y a partir de improvisaciones: ”Ha sido lindo trabajar con actores que ya se traían a sus personajes puestos, eso ha facilitado las cosas a todos”, subraya Valente. Y han parido una obra con siete personajes, lo que no es poco, con los tiempos que corren. “Hacer actualmente una obra con tantos intérpretes es un logro que agradecemos a las salas de proximidad”, reconoce Cristina Clemente.
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