Tres bomberos para salvar a Aragonès

Tras la crisis de gobierno en Cataluña la pregunta es si, más allá de solucionar los problemas de gestión, ERC será capaz de motivar a sus votantes con un relato que ilusione

Comparecencia del presidente Pere Aragonès en el Palau de la Generalitat, este lunes, para anunciar cambios en su gabinete. Foto: MASSIMILIANO MINOCRI | Vídeo: EPV

¿A cuántos enemigos puede hacer frente simultáneamente un gobernante? ¿Y si éste solo tiene el apoyo de 33 diputados de un total de 135? Las dos preguntas resuenan desde hace meses con fuerza en el seno del Gobierno catalán y en Esquerra Republicana. Pasada la euforia inicial por haberse desembarazado de sus socios de Junts en la Generalitat, el Govern ha sudado sangre para mostrarse como un ente mínimamente sólido, siempre a expens...

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¿A cuántos enemigos puede hacer frente simultáneamente un gobernante? ¿Y si éste solo tiene el apoyo de 33 diputados de un total de 135? Las dos preguntas resuenan desde hace meses con fuerza en el seno del Gobierno catalán y en Esquerra Republicana. Pasada la euforia inicial por haberse desembarazado de sus socios de Junts en la Generalitat, el Govern ha sudado sangre para mostrarse como un ente mínimamente sólido, siempre a expensas de los —caros— votos del Partit dels Socialistes, el indisimulado rencor de los de Carles Puigdemont y el apoyo insuficiente de los comunes. Todos saben que un gobierno con tan poca base parlamentaria tiene un recorrido limitado.

Pero la crisis de gobierno conocida este lunes en Cataluña, con el relevo de tres consejeros, debe leerse más en clave de la primera pregunta. ¿Cuántos colectivos agraviados puede permitirse un presidente de la Generalitat si aspira a repetir? Aragonès ya ha respondido: menos de los que tiene ahora. Los tres consejeros relevados se han caracterizado por estar sistemáticamente bajo el fuego en tres ámbitos muy sensibles los últimos meses. Josep Gonzàlez-Cambray, en Educación, ha afrontado una decena de huelgas del personal docente y se ha convertido en la bestia negra de los más de 90.000 trabajadores de la educación pública en Cataluña. Esto es más de lo que puede aguantar Esquerra si quiere seguir identificándose como “el partido de los maestros”. Algo parecido ha pasado en el departamento de Acción Clímática y Agenda Rural. Su hasta ahora titular, Teresa Jordà, ha afrontado las inclemencias de la peor sequía en décadas, con restricciones que ya afectan a seis de cada siete catalanes y que amenazan la supervivencia de una parte muy significativa del sector agrícola. En una comunidad con un sistema de distribución de escaños que sobredimensiona la Cataluña rural nadie puede permitirse tener en contra a agricultores y ganaderos. Y por si fuera poco, descontento también en el ámbito de las infraestructuras. El hasta ahora titular de Territorio ha tenido una gestión más que errática en el conflicto por el Cuarto Cinturón, la autovía radial de Barcelona que lleva décadas encallada y que ahora el PSC ha querido desencallar en contra de la voluntad de ERC y singularmente del consejero hoy relevado.

Tocaba apagar incendios antes de ir a la campaña del 23-J y de afrontar la recta final de la legislatura catalana, a la que muy pocos ven fuelle para aguantar hasta febrero de 2025. El resultado ha sido el cese de los tres consejeros políticamente más quemados y su sustitución por perfiles muy políticos. En Educación estará una vieja conocida del sector y bien vista por los sindicatos, Anna Simó. En Acción Climática mandará quien para muchos ya ejercía como consejero en la sombra cuando las cosas se torcían: David Mascort. Y en Territori toma las riendas Ester Capella, que en los últimos meses se ha movido entre bambalinas en Madrid como delegada de la Generalitat y que ya se fogueó como consejera de Justicia cuando tuvo que gestionar la estancia en prisión de los siete líderes del procés. Aragonès ha fichado a tres bomberos en el momento más crítico para su gobierno y su partido. Se acabaron los inventos. La pregunta ahora es si, más allá de solucionar los problemas de gestión, ERC será capaz de motivar a sus votantes con un relato que ilusione. A juzgar por los resultados de las elecciones municipales se adivina complicado.

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