El debate de los presupuestos catalanes escenifica la agria ruptura del bloque independentista
Junts le reprocha a Aragonès un volantazo en la hoja de ruta que fijó en su investidura: “Ha pasado de un gobierno independentista a un tripartito autonomista”
El debate parlamentario de los presupuestos de la Generalitat ha puesto en escena la quiebra y la profunda herida del bloque independentista y que su sutura, si es que llega, no será temprana. Junts ha aprovechado su enmienda a la totalidad a las cuentas para asegurar que también lo es contra Pere Aragonès y su gobierno por alejarse del acuerdo que le permitió ser investido y por alentar ahora un “tripartito autonomista”. La CUP ha calificado de “inc...
El debate parlamentario de los presupuestos de la Generalitat ha puesto en escena la quiebra y la profunda herida del bloque independentista y que su sutura, si es que llega, no será temprana. Junts ha aprovechado su enmienda a la totalidad a las cuentas para asegurar que también lo es contra Pere Aragonès y su gobierno por alejarse del acuerdo que le permitió ser investido y por alentar ahora un “tripartito autonomista”. La CUP ha calificado de “incomprensible” que el president haya ligado su futuro y el de Cataluña al “PSC más gris, de derechas y españolista de la historia”. El Pleno, lleno de agrios reproches entre los exsocios, ha desestimado todas las enmiendas a la totalidad de las cuentas por 59 votos a favor y 74 en contra (ERC, PSC y comunes).
La votación allana la legislatura de Aragonès y también es la primera que consagra el cambio de ciclo en el Parlament al haber sido investido por 74 votos independentistas (ERC, Junts y la CUP). Mónica Sales, portavoz de Junts, ha definido los presupuestos como los de la “renuncia” y acusado al Govern de haber desperdiciado la mayoría independentista del 52% que lograron ahora hace dos años en las elecciones del 14 de febrero de 2021. “Junts cumple los acuerdos, no renuncia a la independencia y no aceptamos que nos den gato por liebre”, ha remarcado en alusión al auto del Supremo que confirma los 13 años de inhabilitación de Oriol Junqueras. El PSC ha asistido impasible al debate y ha remarcado que se ha limitado a un ejercicio de responsabilidad y no de apuntalar al Govern. “Hay que pasar de la confrontación que hemos visto aquí a los acuerdos”, ha sintetizado la socialista Alícia Romero.
La consejera de Economía, Natàlia Mas, ha recalcado que el pacto con el PSC es “concreto y puntual” y ha abierto la puerta a que sus exsocios independentistas retiraran la enmienda. De hecho, ERC ha achacado ese voto a su interés de desgastar al president. El proyecto supera por primera vez el umbral de 40.000 millones de euros y contempla medidas como la actualización del Indicador de la Renta de de Suficiencia de Cataluña (IRSC) que beneficia a 100.000 familias con un aumento entre 50 y 100 euros mensuales; la consolidación de 6.200 profesores o 4.300 nuevos sanitario. La consejera no ha mencionado los macroproyectos que reivindica el PSC para desencallar el proyecto como la B-40, el Hard Rock Café o la ampliación del número de vuelos de El Prat. “Gobernar es evitar el bloqueo y asumir sacrificios y algunas contradicciones”, ha afirmado. Durante la sesión, unos activistas han desplegado en la tribuna del público la pancarta: “Stop macroproyectos”
Si la distancia entre ERC y Junts es enorme, la sesión ha constatado que la que existe entre el Govern y la CUP es sideral. La anticapitalista Eulàlia Reguant ha acusado a Aragonès de asumir inmediatamente después de haber sido investido con sus votos la agenda de Fomento consistente en “pacificar el conflicto, impulsar los macroproyectos y excluir a la CUP”. La diputada ha recordado que pedían 1000 millones para vivienda, privatizar el 061, frenar la intervención de los antidisturbios en desahucios, y 40 millones para la renta universal (”Se van a la escuela concertada) o paralizar los macroproyectos. “Felicidades, señor Illa (líder del PSC); ha introducido todas las mierdas de la patronal”, ha afirmado, “con proyectos tóxicos de ludopatía, que contaminan y destruyen el territorio”. La CUP ha anunciado que ejercerá contra ellos una oposición radical tanto en el Parlament como en la calle.
Los reproches se han sucedido porque la consejera Mas ha recordado a Junts la contradicción que supone gobernar con los socialistas en la Diputación y que el exconseller Giró también quería negociar las cuentas con el PSC. No solo eso: ha acusado a la CUP de tener “cero voluntad” de negociar. “Hacer política es salir de la zona de confort y no quedarse con cero responsabilidad”. Jéssica Albiach, de En Comú Podem, ha reivindicado su apoyo a las cuentas, y recordado a la CUP que no hay un solo euro para los grandes proyectos en los presupuestos.
La inhabilitación de Junqueras ha sobrevolado el debate. Junts ha afirmado que el auto demuestra que ERC ha pactado con el Estado a cambio de nada. “Solos no se va a ningún sitio. No nos debería de extrañar. Hace tiempo que Pedro Sánchez dice que es para extraditar a Carles Puigdemont”, ha dicho. No han hurgado demasiado entre otras cosas porque el auto ha retirado la inhabilitación de a Josep Rull (Junts). “Quo vadis, Aragonès? Han vuelto sin el peix y sin el cove (equivalente a más vale pájaro en mano) y han dejado a Cataluña a la intemperie y regalado el falso relato internacional de que el conflicto se ha acabado”.
El bloque de la derecha, formado por Vox, Cs y PP, también han presentado enmienda a la totalidad. El popular Alejandro Fernández ha criticado la “incoherencia” de los comunes por oponerse a los macroproyectos y asumirlos ahora con naturalidad. Con todo, ha afirmado que el peor papel lo tiene que asumir el consejero de Territori, Juli Fernández, exalcalde de Sabadell, que ha consagrado, ha dicho, su carrera política a oponerse a la B-40. “Todos en política nos comemos sapos. Yo unos cuántos. Pero cuando pienso en usted me animo. El suyo es un trasatlántico. Menudo papelón”.
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