Junts apuesta por Gemma Geis para cerrar su crisis en Girona y conservar la alcaldía

Los posconvergentes ven peligrar su principal gobierno municipal tras la última crisis generada por la renuncia de su candidata Assumpció Puig

La consejera de Universidades, Gemma Geis, en el Parlament, este miércoles.Albert Garcia

Girona, el gran feudo municipal de Junts en Cataluña, peligra. La crisis que protagoniza la formación a nivel catalán tiene una derivada en su principal alcaldía. Tras el anuncio de la actual alcaldesa, Marta Madrenas, de no presentarse a la reelección, el...

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Girona, el gran feudo municipal de Junts en Cataluña, peligra. La crisis que protagoniza la formación a nivel catalán tiene una derivada en su principal alcaldía. Tras el anuncio de la actual alcaldesa, Marta Madrenas, de no presentarse a la reelección, el tándem que forman Carles Puigdemont y su amigo Josep Maria Matamala apostó en mayo como sustituta por la exdecana del Colegio de Arquitectos de Cataluña, Assumpció Puig, una gerundense poco conocida en su ciudad que llega casi sin previo aviso. Discrepancias internas provocaron su renuncia la semana pasada, lo que ha generado un nuevo episodio de tragicomedia en la vida municipal de Girona, siempre agitada por los problemas internos de Junts con sus candidatos. Desde el partido se presiona para cerrar la crisis apostando ahora por una dirigente bien vista y próxima a Puigdemont, la consejera de Universidades Gemma Geis, quien, con diferencia, dicen, genera más consenso a todos niveles. Si la candidatura de Geis acaba prosperando, lo que muchos ya dan por hecho en Girona, la todavía miembro del Govern deberá lidiar en una plaza complicada que lleva años afrontando sucesos políticos que rozan el surrealismo.

Girona fue durante 32 años dominio absoluto del PSC, la mayoría de ellos bajo la vara de Joaquim Nadal, y dos legislaturas de su sucesora, la independiente Anna Pagans. Varias fueron las víctimas convergentes durante esos años, entre ellas Josep Arnau, Salvador Martí o, en 1999, Zoila Riera, la primera mujer en la historia que optaba a la alcaldía. La telaraña municipalista tejida por Nadal empezó a resquebrajarse justo en el momento de crisis de la izquierda tripartita. En mayo de 2006 el candidato escogido (también sector Matamala) para las municipales de 2007, el abogado Carles Mascort, se retiró a causa de las amenazas de muerte anónimas que recibieron tanto él como su familia cuando anunció su intención de entrar en política municipal. Unió defendió que fuera el segundo de la lista, el democristiano Jordi Fàbrega quien ocupara el puesto, pero CDC (Matamala), como recurso rápido, acabó yendo a buscar al director de la Casa de Cultura, que no era edil, pero ese año había entrado de diputado en el Parlament como independiente en el grupo de Convergència i Unió. Era alguien entonces desconocido fuera de Girona: Carles Puigdemont.

Esa primera legislatura, Puigdemont recupera los ediles perdidos, pero sigue en la oposición. Fue en 2011, con un cambio de ciclo en general a nivel de toda Cataluña, cuando aprovechó el embate y por primera vez CiU, de la mano de un independiente, arrebata la alcaldía a los socialistas de Pia Bosch. ERC queda fuera del Consistorio por un voto. En 2015 un Puigdemont que ha ido ganando protagonismo revalida la alcaldía y unos meses después, en enero de 2016, es elegido presidente de la Generalitat tras la renuncia forzada de Artur Mas.

El relevo del de Amer da paso a uno de los capítulos más esperpénticos que ha vivido la ciudad, la llamada “Ballestada”. Puigdemont decidió que su sustituto fuera el número 19 de la lista, Albert Ballesta. Se saltaba así a la número dos, Isabel Muradàs, de UDC, y a Madrenas, a quien él mismo había ido a buscar para que fuera en su lista. Esta inesperada elección generó sorpresa, desconfianza y mucho enfadado en algunos de los 18 ediles que tuvieron que renunciar para dejar vía libre a Ballesta. Las llamadas de día y de noche y las idas y venidas fueron constantes. Ballesta, que había estado años llevando la gestión de los Mossos d’Esquadra en la región policial de Girona y luego pasó con gran solvencia a la Delegación de Interior, aceptó el envenenado encargo. Pero tras unos meses convulsos con un error en el pleno municipal de toma de posesión que hizo que tuviera que repetirse, y las continuas maniobras de la oposición —que incluso le bloquearon su sueldo— decidió renunciar y volver a su cargo en Interior.

Su renuncia permitió a Marta Madrenas, que hacía apenas dos meses había sido ignorada, hacer el salto a la alcaldía. Las siguientes elecciones, posteriores al referéndum del 1 de octubre y la sentencia del procés, las ganó, pero su mandato este 2023 llegará a su fin. “Está muy quemada”, aseguran fuentes del partido. Los buenos resultados conseguidos en el Consistorio por los herederos de Convergencia durante más de 11 años hacían pensar que gozaban de una solidez sin fisuras, sin embargo el panorama parece haber cambiado. La inestabilidad de nuevo se ha asentado en un ayuntamiento en el que durante muchos años reinó el bipartidismo.

La sospecha de que la candidata hasta esta semana, Assumpció Puig, pretendía sustituir a los actuales ediles —entre ellos la presidenta de Junts de la provincia de Girona, Maria Àngels Planas— generó un gran malestar y, sumado a un modus operandi “más técnico que político y más frío que complaciente”, según varias fuentes, enciende las alarmas en la maquinaria de la formación en Girona. La coordinadora local, que intuye un fracaso absoluto, lo hace llegar a altas instancias. Puig, que detecta estos movimientos internos bien visibles, ha decidido renunciar a ocho meses de las elecciones.

Para impedir que el principal ayuntamiento de Junts recaiga de nuevo en manos de la izquierda se busca al candidato adecuado y fuentes de Junts aseguran que este sería Gemma Geis Carreras. Nacida en 1979 en el barrio del Pont Major de Girona, abogada, doctora y especialista en Derecho administrativo, es la que genera más consenso, por su perfil. Está muy bien valorada en el entorno universitario y se considera que está realizando una buena gestión como consejera de esta área. Además, su permanencia en el Gobierno catalán está totalmente en entredicho pase lo que pase en la consulta de esta semana, ya que es la única consejera de Junts alineada con los sectores rupturistas.

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